viernes, 6 de julio de 2012

Verne y Le Corbusier


¿Influyó Julio Verne en las teorías arquitectónicas de Le Corbusier? Eso parece señalar Dietrich Neumann en uno de los artículos de Arquitectura Escrita, libro editado por Juan Calatrava y Winfried Nerdinger al hilo de una exposición celebrada en el Círculo de Bellas Artes madrileño que estudiaba las conexiones entre arquitectura y literatura. El visionario autor francés, precursor literario del submarino o los viajes espaciales, también tocó el palo arquitectónico. Verne escribió en 1879 un relato de nombre Los 500 millones de la Begum en el que hablaba de una ciudad ideal (France-Ville) donde los arquitectos debían cumplir con un decálogo estricto en el que se incluían reglas para las casas unifamiliares tales como que ninguna podía tener más de dos plantas, debían incorporar jardín y estar a diez pies de distancia de la calle, los tejados debían ser planos, la planta baja tenía que quedar libre y abierta para garantizar el paso del aire, los interiores debían tener lo esencial y las habitaciones tenían que estar bien ventiladas.  Neumann lo contrapone al ideario de Le Corbusier en Vers une architecture (1923) y las coincidencias cantan: "Pedid paredes desnudas en el dormitorio, en la sala de estar y en el comedor.(...) Comprad sólo muebles prácticos y dejaos de adornos. (...) Enseñadles a vuestros hijos que una casa sólo es habitable si está llena de luz y de aire y cuando las paredes y los suelos están libres", por no hablar de la planta baja libre y los techos planos. El relato de Verne es incluso anterior a otras formulaciones sobre la ciudad-jardín como el libro Looking Backward de Edward Bellamy, publicado diez años después del relato de Verne. (Foto: interior de la Villa Savoye de Le Corbusier)

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