lunes, 27 de febrero de 2012

La "torre de los hilos eléctricos"


Se acaba de inaugurar la torre Iberdrola de Pelli en Bilbao. Contrapunto vertical y estático al dinamismo horizontal del Guggenheim, que parece culebrear juguetón ante su imponente presencia, sus 165 metros son ya el techo de Euskadi y celebran los 111 años de la empresa eléctrica fundada en la capital vizcaína, hoy quinta del mundo. Para la ceremonia se ha creado una composición musical basada en la Oda a la Energía de Neruda:

"Fuego que corre y canta,
agua que crea,
crecimiento,
transforma nuestra vida,
saca
pan de las piedras,
oro del cielo,
ciudades
del desierto,
danos,
energía,
lo que guardas,
extiende tus dones de fuego
allá
sobre la estepa,
fragua de la fruta, enciende
el tesoro del trigo,
rompe la tierra, aplana
montes, extiende
las nuevas
fecundaciones
por la tierra
para que desde entonces,
desde allí,
desde donde
cambió la vida,
ahora
cambie la tierra,
toda
la tierra,
las islas,
el desierto
y cambie el hombre"
.

 (Oda completa aquí).

viernes, 24 de febrero de 2012

Sobre Mansilla


"Se le veía contento. Disfrutó de muchas de las cosas que la arquitectura puede dar. Era una persona sofisticada en la elección de todo aquello que lo rodeaba, sofisticación que trasladaba al tono que quería para su arquitectura. A pesar de la madurez de su trabajo, no había perdido la condición juvenil, casi de estudiante, que llegaba a ser grácil, de una frescura adolescente. Seguramente Luis Mansilla ha estado muy atento al trabajo de su mujer, la pintora Carmen Pinart, con quien compartía una sensibilidad común. Estaba contento con sus hijas. Se puede decir que tuvo una vida plena. Pero también que le hubiera apetecido hacer muchas otras cosas. También a nosotros que las hubiera hecho" (Rafael Moneo). Artículo completo.

"Amante de su familia, de la arquitectura y de la vida, Luis bebía el mundo a sorbos, respiraba el humo de la invención y alimentaba su pupila codiciosa con intuiciones deslumbrantes. De su tiempo en la Academia de España en Roma —donde por cierto conoció a la que sería su mujer, también pensionada allí— quedó quizá la costumbre de interpretar los objetos, los paisajes y las gentes a través del dibujo, y en sus trazos latía con fuerza una pulsión poética y una profundidad lírica que parecían ajenas a su figura menuda y pelirroja, siempre atenta y bondadosa, a veces ensimismada, y sin embargo ardiendo sin pausa con un fuego interior de zarza que se consume en la pupila". (Luis Fernández-Galiano). Artículo completo.

"Todo lo profesional: edificios, diseños, textos, clases, conferencias o el fanzine Circo, lo compartía Mansilla con Emilio Tuñón. Se hace difícil hablar de Mansilla en solitario. Tras 25 años como profesor sostenía hace poco que la indignación del 15-M se venía gestando en la Escuela de Arquitectura desde hacía 10 años. También que "el modelo de entender la arquitectura con una participación más cercana nos lo han enseñado los alumnos".´ (Anatxu Zabalbeascoa). Artículo.

jueves, 23 de febrero de 2012

In Memoriam


"Dice un filósofo: "El deber del alumno es alejarse del maestro pero el deber del maestro es engañarle". De la experiencia en el estudio de Moneo hemos entendido lo importante que es la honestidad y la coherencia. Más allá del estilo, hemos comprendido que en las obras de arquitectura existen obsesiones personales, necesidades públicas, problemas de construcción y de geometría, por lo que es importante conciliar todos estos elementos de forma coherente. En la coherencia nace la arquitectura". (Luis Mansilla)

domingo, 19 de febrero de 2012

Cyborgs vs flâneurs


"El automatismo detectado premonitoriamente por Poe [en El hombre de la multitud] forma parte ya, sin duda, de nuestra condición contemporánea. El autómata moderno, sin embargo, no es como aquellos originarios y sofisticados muñecos mecánicos -capricci que jugaban al ajedrez o tocaban impecablemente la pianola- sino que se parece más a los inquietantes seres, casi indistinguibles de los humanos, que desde E.T.A.Hoffmann pueblan la literatura de la ciencia-ficción. El autómata urbano remeda el comportamiento de sus congéneres porque es incapaz de metabolizar el shock nervioso que supone la aceleración de la ciudad moderna y acaba deviniendo en verdadero cyborg en el que la carnalidad concreta se anima con la personalidad genérica del hombre masa. El autómata, por tanto, es un sujeto fracasado, incapaz de hallar en la anomalía urbana un hueco para su individualidad(...).
La actividad del flâneur es la alternativa a ese aprendizaje pasivo, incapaz ya de hacer frente a los peligros que las ciudades aceleradas y genéricas suponen para la conservación de la individualidad humana. El flâneur de Benjamin, igual que los personajes de Houllebecq que se desplazan alegremente de no-lugar en no-lugar, busca su identidad en la multitud y sólo en ella halla su sentido. "La mejor manera de estar solo es estar acompañado": esta máxima transforma de manera inmediata la percepción de nuestro entorno inmediato de tal modo que la ciudad puede dejar de ser un leviatán devorador para para mostrarse como un apasionante e intrincado laberinto. De ahí el reto para el hombre moderno, que guardando en sí la huella del constructor Dédalo, debe comportarse ahora como Teseo, liberando a las víctimas de la temible construcción erigida previamente por él.(...) Al convertir así al shock en una vivencia, el flâneur esquiva la clónica condición del autómata y se reafirma en su singularidad". (Eduardo Prieto, La arquitectura de la ciudad global").

La foto es de Moby, famoso como músico pero no tanto como fotógrafo (ya hablamos de él), quien acaba de crear un blog sobre la arquitectura en Los Angeles. Armado con su cámara, Moby es el perfecto flâneur que señala Prieto (arquitecto y filósofo), mostrando lugares anónimos de una ciudad que el músico describe como extraña pero bella, en la que los estilos más bizarros se mezclan sin el más mínimo rubor y donde el azar crea contrastes impactantes. Sus comentarios sobre las fotos son tan interesantes como las imágenes, con un estilo chispeante difícil de traducir. Sobre los apartamentos de la foto dice: "de una manera rara y subjetiva, me encantan estos extraños y feos bloques de apartamentos. en parte por su estética rectilínea en forma de caja y absolutamente decrépita. pero más aún por su narrativa implícita (si alguna vez quieres sonar realmente pretencioso, basta con que digas "narrativa implícita" en un cóctel. la gente te tirará literal o figurativamente basura a la cara)".


martes, 14 de febrero de 2012

Cartografía de un sueño


"Basta con unas cuantas líneas para que se levante un sueño. Basta con unos cuantos sueños para que se dé forma a un mundo (...). Todos los planos constituyen una cartografía, también los de una casa; es decir, una ruta para ubicarse en el espacio, para arribar a un puerto, para estar extraviado con unas coordenadas precisas, sin sentir el vértigo de estar perdido (...). Los planos de una casa deberían ser las ramas del nido, y el nido la promesa de nuestra plenitud". (Carlos Marzal, El esqueleto de la ilusión, en Descubrir el Arte, nº156).

(Foto: planos de la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright. “En un hermoso bosque se alzaba junto a una cascada una plataforma sólida y alta de roca, y parecía que lo natural era construir la casa encima, en forma de voladizo, sobre la caída de agua… Además estaba (claro está) el cariño del Sr. Kaufmann por ese bonito lugar. Le encantaba el sitio sobre el que la casa estaba construida y le gustaba oir el sonido del agua. Esto se convirtió en el principal motivo del diseño. Creo que puedes oír la cascada cuando observas el diseño”. Frank Lloyd Wright en una entrevista en 1954).

jueves, 9 de febrero de 2012

Optimistas racionales


"También he empezado a leer The Rational Optimist: How Prosperity Evolves [2010] de Matt Ridley. Comienza comparando un hacha de mano del 10.000 a.C. con un ratón de ordenador. La forma y el tamaño son parecidos, ambos diseñados para la mano, pero uno está diseñado por un solo individuo que manipula el material con sus manos, y el otro no podría ser diseñado por completo ni tan siquiera por 100 personas trabajando juntas. El ratón es una síntesis de tantos procesos y destrezas especializados que una sola persona no podría explicar su funcionamiento hasta el último detalle. La arquitectura es así, por supuesto". (Bjarke Ingels, entrevistado en el último número de Ark. Foto: ópera en Guangzhou de Zaha Hadid).

sábado, 4 de febrero de 2012

Arquitectura zombi


El otro día leyendo un artículo en El País sobre la Caja Mágica de Perrault me topé con un término brillante: deszombificar. Resulta que el ayuntamiento de Madrid no sabe qué hacer ahora con el voluminoso pabellón para competiciones tenísticas que nos costó 294 millones, más de la mitad de lo presupuestado, proveniente de aquellos tiempos en los que nos postulábamos entusiásticamente para las olimpiadas (aún seguimos en el empeño, aunque con mermados ímpetus). Mientras nos toca la loto olímpica se ha intentado dar salida al enorme edificio de techos móviles de diversas maneras, hasta llegar a la situación actual, que es la de edificio zombi, una genial traducción del white elephant inglés. Parece que hay una modesta escudería de Fórmula 1 que estaría interesada en su deszombificación, en fin. Lee el artículo, de Bruno García Gallo, aquí.

Últimamente los zombis vuelven a estar de moda. Hasta en Cuba, que ya es decir, de la mano de la película Juan de los muertos. Imaginamos a los Castro aterrorizados no tanto por el look casquero y los andares dislocados de los muertos vivientes, sino por lo que suponen de invasión cultural norteamericana. Los zombis carecen del pedigrí literario de un Drácula o no digamos un Frankenstein, pero entraron con fuerza en el imaginario colectivo gracias a películas como La noche de los muertos vivientes de Romero en los 70 y aquí se han quedado. Para algunos representantes de miedos apocalípticos, para otros mero divertimento gore, vivimos como digo un revival que tiene hasta correlatos poéticos. Ya circulan varias antologías de poesía zombi en Estados Unidos, así Aim For the Head (Apunta a la cabeza), donde se recoge la obra de más de 50 poetas zombis, casi nada. ¿Qué dices, que me lo estoy inventando? Anda, mira aquí. Para muestra, un botón: "Sé que tenía/ dos/ brazos cuando llegué/ a esta ciudad/ pero parece/ que he perdido uno/ en alguna parte". Su sutil autor es Matt Betts, y la metafórica pieza, publicada en la antología Vicious verses and reanimated rhymes (Versos depravados y rimas reanimadas), lo mismo vale para referirse a un zombi que a algún político cascado.

La arquitectura zombi nos persigue. Nos recuerda nuestro paletismo de nuevo rico. Perdimos no ya un brazo, como en el delicado poema de Betts, sino directamente la cabeza, y ahora andamos comiéndonos el coco para ver cómo reanimamos a tanto artefacto zombificado y cómo cuadramos las cuentas, porque encima nos han salido por un riñón. Vaya, hoy la entrada me ha salido visceral.

(El Modulor zombi de la foto es la portada de un libro llamado Hacia una arquitectura a prueba de zombis, en realidad una tesina de final de carrera de un tal Glenn Ginter presentada en la universidad de Michigan, "una mirada satírica a la cultura del miedo inherente a la arquitectura y el urbanismo", según señala el propio autor. Sabías que, también en Estados Unidos, se celebra una competición que premia la mejor casa a prueba de zombis? No comment).

jueves, 2 de febrero de 2012

Parecidos razonables: Madrid/Rotterdam


Fóster es ya tan nuestro que hasta se me escapa la tilde cuando escribo su nombre. El Lord de Manchester ha llegado incluso a formar parte de nuestro léxico: pusimos un foster en nuestras vidas (como decía Juli Capella ya en 2001) y los bilbaínos bautizaron fosteritos a las entradas del metro diseñado por él en la capital vasca. Casado, como todo el mundo sabe, con una española (Elena Ochoa), tiene estudio en Madrid y ha diseñado también aquí la sede y la galería de arte de Ivorypress (editorial a cargo de su esposa) a la que contribuye comisariando exposiciones. Príncipe de Asturias de las Artes, y desde hace unos días, doctor Honoris Causa por la UPM, Foster es como Hemingway, casi patrimonio nacional. Apóstol del high-tech en los 90 aunque siempre con inquietudes ecológicas, fan de arquitectos vanguardistas como Bucky Fuller o Prouvé, resulta curioso que viva en una mansión suiza del siglo XVIII y se acabe de comprar (por 20 millones de dólares de nada) un casoplón tradicional americano en Martha´s Vineyard, y es que en casa del herrero, cuchillo de palo.


En las fotos, el edificio Carrión de Luis Martínez Feduchi y Vicente Eced y Eced, todo un icono madrileño, contrastado con el World Port Centre en Rotterdam de Foster.