lunes, 31 de diciembre de 2012

Christmas arquitectónicos

(Christma de Mies)

(Christma de Le Corbusier)
(Christma de Alvar Aalto)
(de Rem Koolhaas)
(de Zaha Hadid)
(de Alvaro Siza)
(de SANAA)
(de Tadao Ando)
(Otro de Mies)


De los blogs Life of an Architect y Coffee with an Architect.

jueves, 27 de diciembre de 2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

Ovoides




 Esto es lo último (construido) de Zaha Hadid. Se llama Galaxy Soho, es un centro comercial, y está en Pekín. Mira el video y observa las cuatro imponentes masas ovoidales en torno a un patio central que las conecta a diferentes niveles. Hadid es una de las pocas superestrellas que no conocen la crisis, pero el camino hasta ahí ha sido duro como todos sabemos: mujer y árabe, ha sido ninguneada y zancadilleada como pocos en una profesión nada femenina. Pero Hadid es como el toro bravo, que se crece con el castigo, por utilizar el españolísimo símil macho del ministro Wert. Vuelve a verla (y a oírla) en el video que te enlazo: está claro que la angloíraquí es una mulier potens acostumbrada a recibir (y repartir) estopa. A lo mejor hasta le ha encontrado el punto.  


  

Más ovoides. Esta especie de extraño edificio de belleza distraída es el Museo del Cómic y la Animación a construir en Hangzhou (China) por MVRDV. Nada menos que ocho globos interseccionados lo conforman, inspirados en los bocadillos de diálogo de los cómics. El estudio holandés, autor del edificio Mirador madrileño, suele preferir la línea recta aunque aquí se han liado la manta a la cabeza y así les ha quedado. Es un poco lo que le pasó a Moneo con su proyecto para el Palacio de Congresos de Córdoba, una suerte de huevera invertida quizá inspirada en los aparcamientos de la estación de Atocha, aunque el diseño era totalmente ajeno a su estilo. Afortunadamente no fue elegido. Otro ovoide que se quedó en el plano fue el diseñado por André Bruyère para Nueva York en los 70 (llamado precisamente "The Egg"), que iba a tener nada menos que 100 metros de alto. Veamos otros que sí vieron la luz:




Por orden, un centro comercial de Piano en Colonia; el ayuntamiento de Londres de Foster (Ken Livingston, antiguo alcalde, le encontró rápido un parecido); el Teatro Nacional de China, de Paul Andreu, y por último el "Blob vB3" de los belgas dmvA, un original refugio para jardín que también podía valer como sucursal estándar de Bankia (que manda huevos).



viernes, 14 de diciembre de 2012

El arquitecto que diseñó una pecera


Sabíamos que los arquitectos, aparte de edificios como es obvio, han diseñado cosas de lo más variopintas  (coches, muebles, lámparas, autobuses, picaportes, yates, cafeteras, vajillas, escenografías teatrales, piraguas, papel pintado, vinos, teteras, parques infantiles, camas y cunas colgantes, un sombrero para Lady Gaga, etc: ¿Pero qué arquitectos ha creado estos objetos y artilugios? La solución al final de la entrada, que no quiero perder el hilo). El último descubrimiento que he hecho en este campo, digamos, metarquitectónico, es una pecera de diseño a cargo del arquitecto pekinés Ma Yansong (fundador del estudio MAD Architects), con la que al parecer experimentó nuevas formas arquitectónicas para conseguir mayor funcionalidad y comodidad en sus edificios. La puedes ver en la cuidada exposición que sobre él ha organizado el Museo ICO en Madrid. Observa esta fantástica maqueta de un proyecto de dos torres para Mississauga (Canadá):


Pensarás que todo quedó en wishful thinking. Pues no, las torres están ya construidas y han sido todo un éxito. De hecho en un primer momento estaba solo prevista una pero la enorme demanda hizo a los constructores plantearse la segunda. Sus cimbreantes formas, que habrían encantado a Niemeyer, les han valido el apodo de las Marilyn Monroe Towers. Fue el primer concurso internacional ganado por un arquitecto chino (Yansong tenía entonces tan solo 30 años), que tuvo que competir con propuestas tan interesantes como la finalista de Rojkind (que dimos por error como ganadora). Tienes fotos espectaculares aquí. Más proyectos en construcción de MAD en China que darán mucho que hablar:


La primera foto, las Fake Hills (las falsas montañas), un macroedificio de 800 metros de longitud frente al mar en Beihai. En la segunda los apartamentos Taiping Vista en Huangshan y la tercera es la Harbin Culture Island que recuerda mucho a Hadid (su profesora en Yale). A continuación subo fotos de otros cinco proyectos que por desgracia se quedarán en meras maquetas, por orden: el Urban Forest; la 800 m Tower -en realidad tiene 400 pero al doblarse y volver al suelo tiene la misma superficie útil que si los tuviera-; el espectacular Shanshui City Reasearch, con un cierto parecido a Gaudí; el Qunli Learning Center en forma de estrella de mar, curiosa fisonomía para una biblioteca, y una futurista propuesta de ciudad flotante para Pekín que nos recuerda a las setas sevillanas de Mayer:




Y ahora, la solución al quiz inicial sobre metarquitectos:
-Coches:Ya conocerás los locos cacharros de Fuller, Le Corbusier o Hadid. ¿Sabías también que Loos diseñó un Lancia y Wright tuneó un Lincoln?
-Muebles: La lista sería interminable. Gehry los ha hecho de cartón.
-Lámparas: Esta ahí donde la ves es de Coderch, autor de uno de mis bloques de viviendas favoritos de Madrid: el edificio Girasol.
-Autobuses: Foster versionó el típico doubledecker londinense.
-Cafeteras: Rossi.
-Picaportes: Foster o Nouvel los han diseñado.
-Vajillas: Chipperfield.
-Yates: Foster.
-Escenografías teatrales: Herzog & de Meuron, Calatrava.
-Piraguas: Esta sí que es difícil. Prouvé.
-Papel pintado: Jacobsen.
-Teteras: fíjate en esta de Gehry. Y sólo vale 475 dólares!
-Vinos: Moneo tiene una bodega.
-Parques Infantiles: West8 (y están en Madrid Rio).
-Camas y cunas colgantes: Erskine diseñó para su chalecito sueco (The Box) un sistema de poleas que permitían elevar la cama y la cuna de la única habitación hasta el techo y dejar así espacio diáfano para otros usos durante el día.
-Un sombrero (o similar) para Lady Gaga: se lo hizo Gehry. ¿No me crees?

martes, 11 de diciembre de 2012

Sobre Niemeyer


Traigo una selección de comentarios de estos últimos días sobre Niemeyer:

-Anatxu Zabalbeascoa, siempre precisa y pedagógica:"Tras ensayar los trazos rectilíneos del Movimiento Moderno en sus primeros edificios de los años treinta, decidió tropicalizar ese estilo sencillo, pero recto, demostrando que el material del siglo XX, el hormigón armado, además de sujetar podía también expresar. Niemeyer apostó por la humanidad de la curva y la plasticidad de las formas libres".

-Norman Foster,  simpático en su artículo para El País: "En lo personal, mi encuentro con él fue vivificante. Ya entonces había superado los cien años. Se hallaba en perfecta forma (a veces me pregunto medio en broma si el secreto de su juventud no sería su matrimonio a los 98 años con su secretaria)"; más académico en el texto que redacta para su página web: "Se dice que cuando el cosmonauta ruso pionero Yuri Gagarin visitó Brasilia, dijo que la experiencia era similar a la de aterrizar en otro planeta.(...) Era atrevida, escultural, llena de color y libre, nunca se había hecho nada igual. (...) Brasilia  no está simplemente diseñada, está coreografiada, cada una de sus piezas, diseñadas con plena fluidez, parecen estar dispuestas, cual bailarines, sobre sus puntos de apoyo congeladas en un momento de equilibrio absoluto".

-Rowan Moore, crítico de The Guardian: "Él trajo el movimiento a la arquitectura moderna, e inventó una versión del mismo expresiva y seductora, claramente no funcional, y claramente distinta a la caja de cristal germánica de la Bauhaus".(...) En sus mejores trabajos se nos pide no solo que nos quedemos boquiabiertos ante sus inventos, sino que se nos invita a interactuar con ellos, tomando parte en una obra teatral de movimiento arquitectónico y humano". 

-William J.R. Curtis, cañero como de costumbre:"Niemeyer, un comunista que construyó casas para ricos, una catedral, viviendas sociales y edificios para numerosas burocracias estatales, era cualquier cosa menos coherente ideológicamente. Los mundos para los que construyó han desaparecido, pero sus edificios mantienen toda su riqueza fascinante. Hacia el final, se le culpaba a veces de un formalismo vacío y de caricaturizarse a sí mismo. Pero su enorme obra incluye numerosos ejemplos de su fecunda imaginación espacial y de su destreza a la hora de resolver tareas a todos los niveles".

-Luis Fernández-Galiano ofrece con su habitual pegada semántica un enjundioso y potente texto en AV.com: "Oscar Niemeyer fue un maestro de inocencia. Más allá de la geometría elemental y la gramática cubista que aprende de Le Corbusier, más allá de las formas curvas y la libertad lírica que provienen del surrealismo o el dadá, y más allá del futurismo naïf y la estética aerodinámica que utiliza el optimismo de los cincuenta, este creador tropical construyó con la ignorancia sabia de quien pone la ley del deseo por encima de la ley de la gravedad.(...)Recibiendo homenajes en vida y añadiendo piezas impetuosas y polémicas a sus conjuntos canónicos, el maestro brasileño mostró al cabo que la cupiditas aedificandi es tan vigorosa como el apetito voluptuoso del cuerpo que desea. Exit ghost".

-Nicolai Ouroussoff  vuelve al New York Times (periódico del que fue starchcritic) para hablar del arquitecto brasileño: "Al celebrar tanto los elementos formales y los objetivos sociales de la arquitectura, su trabajo se convirtió en un recordatorio simbólico de que cuerpo y alma, lo sensual y lo racional, no son necesariamente opuestos. Sin embargo contempló también la sensualidad y el resplandor de los sueños en un trasfondo más oscuro. 'La humanidad necesita sueños para ser capaz de sobrevivir a las miserias de la existencia diaria', dijo en una ocasión, 'aunque sea solo durante un instante' ."





 

viernes, 7 de diciembre de 2012

El poeta del cemento ya es infinito



“Si una línea recta es el camino más corto entre dos puntos, la curva es lo que hace al cemento buscar el infinito”. (Oscar Niemeyer)

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hotel cápsula rural



Sin duda conoces los hoteles cápsula japoneses, un invento del arquitecto metabolista Kisho Kurokawa y que vienen a ser algo así como nichos individuales para pasar la noche. Ahora los rusos ArhNah Bureau  han pergeñado la versión vintage y rural del hotelito de marras dándole un feel oldie a base de maderas, ventanas y puertas de lo más retro. El hotel lleva por nombre Your Closet (Tu armario). Los espacios para descansar siguen siendo mínimos, pero ahora la cosa echa menos para atrás (los nichos toman forma de acogedores armarios, arcones, baúles, etc). Cuando salgas del armario te sentirás como si estuvieras en un capítulo de aquella entrañable serie La Casa de la Pradera. O como un Amish. Tiene también -qué detalle- unidades mínimas familiares, para que disfrutes (tú y tus vecinos de tablón) de los niños de cerca las 24 horas del día non-stop. Y es que el que no viaja es porque no quiere. Más en el siempre interesante blog de Judit Bellostes

lunes, 3 de diciembre de 2012

martes, 27 de noviembre de 2012

Elogio de lo inacabado (2)


Este es el Parque de las Cuatro Libertades en Nueva York, proyectado hace casi 40 años por Louis I. Kahn como homenaje a Roosevelt y finalmente inaugurado hace unos días (más información aquí). Otra buena muestra de arquitectura inacabada que deja a la imaginación del flâneur arquitectónico su culminación y posibles interpretaciones. El parque conmemorativo es de una abstracción tan extrema que resulta sugerente pero quizá demasiado árido y frio, al estilo del memorial del Holocausto de Eisenman en Berlín o el monumento a las víctimas del 11-M que el dibujante y arquitecto Peridis levantó junto a la estación de El Pozo en Madrid y que, a mí por lo menos, me transmite poco (aún peor es el de Atocha, al menos por fuera). ¿Recuerda a las victimas del terrorismo el monumento que Cristina Iglesias creó para Vitoria o es solo otra de sus típicas celosías-laberinto? Quizá si las arquitecturas son demasiado inconclusas acaban perdiendo fuerza de evocación y se quedan en vacíos ejercicios de estilo. Dándole vueltas al tema pienso en un posible ejemplo arquitectónico de equilibrio entre lo sugerente de lo inacabado y la referencia clara que ayuda a la comprensión del mensaje y lo encuentro en el Palacio de Congresos de Badajoz de Selgas Cano o en las piscinas que marcan la huella de las Torres Gemelas en Nueva York, de Michael Arad .























domingo, 25 de noviembre de 2012

Elogio de lo inacabado




"Nada es más fuerte que la ausencia para crear presencias, la falta para otorgar realidad, ni nada es más seductor que la imposibilidad de poseerlo por completo todo. (...) La idea de completar todos los ángulos de un proyecto ahoga las soluciones más agudas. Esto lo saben bien los grandes arquitectos, los buenos pintores y los escritores con impulso. El cuadro no debe acabar con la mirada del receptor sino promover su opción sobre lo que no pudo haberse pintado. O no está filmado o no está escrito o referenciado". (Vicente Verdú, La elocuencia del defecto).

Fotografía: Jardín Social El Porvenir de Giancarlo Mazzanti en Bogotá: "En El Porvenir todo lo que está al interior de ese óvalo pertenece a los niños y los protege, pero todo lo que está al exterior –que se pega como una especie de ameba– tiene otros tipos de usos. Por eso, dejamos partes inacabadas, vacías, para que las comunidades se apropien de ellas. Es como una obra abierta que permite utilizar los edificios de maneras inesperadas.(...) El valor de la arquitectura no puede estar en entenderla simplemente como un objeto de arte construido, sino en saber lo que es capaz de producir en términos de acciones".

domingo, 18 de noviembre de 2012

Dos museos


Hoy traemos dos museos últimos que no podrían ser más contrapuestos. En la primera foto, el Museo de la Biodiversidad de Panamá (llamado Puente de Vida), aún en obras, y que como habrás adivinado es de Frank Gehry: parece un Guggenheim low cost. Gehry se adapta a los tiempos, pensarás, pero lo cierto es que a él siempre le fue el deconstructivismo puro y duro, el estrellato llegó después y nunca le gustó demasiado. Su casa en santa Mónica, que en algunas fotos más parece una favela, lo demuestra. Partiendo de una casa tradicional de los años 20, la envolvió con estridentes capas metálicas que tenían al vecindario encantado (se dice que un vecino llevaba diariamente a su can a hacer sus necesidades mayores en el césped de la residencia del arquitecto). Según cuenta Gehry le dijeron que la casa original tenía fantasma, y él decidió que era un fantasma cubista.

El segundo, en las antípodas del museo panameño, es el Parrish Art Museum de Herzog y De Meuron. Está situado en el East End de Long Island, cerca de Nueva York, habitual refugio e inspiración para artistas estadounidenses a los que está dedicado el museo. Los suizos han dibujado un edificio sobrio, espiritual, basado en la línea recta y con tejado a doble vertiente que recuerda a la VitraHaus o a su casa Rudin, de nuevo nada que ver con la residencia de los Gehry, aquí se busca justamente lo contrario: recuperar el dibujo más puro de una casa con un diseño prácticamente infantil. Como dijo Herzog en una ocasión, un edificio es un edificio. Y punto. En fin, en la variedad está el gusto.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Kafka vs Moneo


La línea recta será rancia y aburrida, pero cuando tienes un día kafkiano te puede arreglar el cuerpo (y el alma). Si eres un control-freak y tienes unos de esos días en los que de pronto todo se desencaja, corre al edificio de Moneo más cercano y súmergete en su estructura legible, coherente y lógica. Contempla cómo todo parece encajar a la perfección, aférrate a sus limpias formas y encontrarás la paz en los ángulos de 90 grados. Moneo es cartesiano, es gramático. Y al igual que la gramática vertebra y pauta el lenguaje, los cubos del navarro nos ofrecen el espejismo de que el mundo, la vida, puede ser ordenada, controlada, domada. Quién no ha intentado alguna vez meter en cintura a la realidad mediante  una tabla de Word o de Excel para percatarse pronto de que la realidad, como dice Bauman, es líquida y se escapa por los múltiples resquicios de nuestras torpes estructuras. Pues bien, los cubos de Moneo, aparentemente banales, son perfectas tablas tridimensionales que al acogernos consiguen el milagro de hacernos olvidar el caos y la entropía. Si tienes un día torcido no se te ocurra ir al Guggenheim de Gehry o al ático austriaco de los Coop Himmel(b)lau. Lo mismo acabas con una crisis de ansiedad de caballo. La curva, tan ruidosa, tan evocadora del inquietante infinito, es para días mejores. Lo que te digo, corre a un cubo de Moneo.

martes, 6 de noviembre de 2012

Arquitectura=optimismo+civilización



"Al final construimos porque creemos en el futuro: nada muestra más compromiso con el futuro que la arquitectura. Y construimos bien porque creemos en un futuro mejor, porque creemos que pocos regalos se pueden ofrecer a las generaciones venideras que sean mejores que las grandes obras de la arquitectura, como símbolo de nuestras aspiraciones comunitarias y también como símbolo en nuestra fe no solo en el poder de la imaginación, sino en la capacidad de la sociedad para seguir creando. El argumento a favor de la arquitectura -si queremos llamarlo así- no radica únicamente en la experiencia de estar en edificios notables y maravillosos (...). Pero esos son los grandes momentos de la arquitectura, esos momentos que nos dejan sin habla; y son los más importantes, los que crean la civilización; son nuestras catedrales, tanto en sentido real como figurado, las obras de arquitectura que amplían nuestra cultura de la misma manera que lo hacen las obras de Beethoven o Picasso". (Paul Goldberger, Por qué importa la arquitectura). 

domingo, 28 de octubre de 2012

"Mirar, volver a mirar y luego mirar un poco más"


Mis señores padres me debían un regalo, así que me los llevé el otro día a Ivorypress y les invité a que me compraran Por qué importa la arquitectura, de Paul Goldberger, crítico de arquitectura del New York Times (ahora ha fichado por Vanity Fair) y premio Pulitzer en 1984. Se trata de un libro publicado por la editorial de Elena Ochoa. Ya puestos les hice de guía para la exposición de Zaha Hadid que aún se puede visitar en la sala de exposiciones anexa y de la que aquí ya hablamos (a pesar de mis esfuerzos creo que no acabaron de cogerle el punto). No es mi primera visita familiar a la editorial.

La primera agradable sorpresa que reporta el libro es la calidad de su edición, las tapas por ejemplo ofrecen un agradable tacto más cercano al cuero que al papel. La segunda, que está prologado por Luis Fernández-Galiano, amigo cercano de los Foster. Se trata, como indica en el título, de un insólito prólogo solo para arquitectos, lo cual tiene su explicación en una voluntad del catedrático de proyectos y académico de Bellas Artes por animar a los arquitectos (al parecer reacios ante un crítico que va de generalista) a que lean el libro. A Goldberger no le gusta mucho la teoría:
"El único modo de aprender es mirar, volver a mirar, y luego mirar un poco más.  Aunque esto no garantiza que nos convirtamos en entendidos en arte -al igual que probar muchos vinos no convierte a nadie en experto catador-, se trata del único comienzo posible y, en única instancia, de la parte más urgente de ese largo proceso de aprendizaje. Este libro se pone decididamente de parte de la experiencia. Entre caminar por las calles y leer un libro de historia de la arquitectura, siempre escogeré caminar, y así experimentar el poder de la percepción real. Los datos -ya sean rasgos estilísticos, nombres de recónditas piezas de ornamentación clásica o fechas de nacimiento de grandes arquitectos- se pueden encontrar luego en los libros. La sensación de estar en el espacio arquitectónico -qué se siente, cómo salta a la vista, nos revuelve las tripas y, si tenemos mucha suerte, nos produce escalofríos- no puede entenderse salvo estando allí".
 Dos últimas consideraciones: a ver cuando don Luis se anima a publicar un libro. Sus prólogos y artículos editoriales en AV siempre nos dejan con ganas de más. Con Elena Ochoa como madrina lo tiene fácil. Y si no tiene tiempo entre sus múltiples ocupaciones, que al menos nos ofrezca una selección de los artículos que escribió para El País durante 13 años nada menos. Segundo: la traducción de Jorge Sainz (arquitecto, profesor de la ETSAM y traductor especializado en temas arquitectónicos) es impecable, algo que se agradece. Sainz, en un intento de acercar el texto al lector español, ha ido más allá de lo que quizá cabría esperar de un traductor fiel, introduciendo ejemplos de arquitectura y cultura españoles que no estaban en el texto original (muy centrado en el ámbito norteamericano y neoyorquino en particular). Goldberger alaba esta españolización -que diría Wert- en su propio prólogo para esta edición. A mí no me acaba de convencer. Quizá si no supiera que las alusiones a El Escorial o al Juan Tenorio de Zorrilla -por poner dos ejemplos- son probables añadidos del traductor me encantaría encontrarlas en el texto. Sabiendo que seguramente son morcillas de Sainz me resultan postizas y poco sinceras. Esperemos que esto no se generalice y acabemos encontrando ediciones customizadas por ejemplo de El Quijote en las que se puedan encontrar cosas como "En un lugar de las Midlands del que no quiero acordarme"... Anécdotas aparte, recomendamos este libro, especialmente a los simples aficionados como yo. Como dice Fernández-Galiano: "Su oído atento al rumor de la calle hace tanto por acercar la arquitectura a la gente como por introducir la opinión de la gente en el universo a menudo endogámico de la arquitectura".


lunes, 22 de octubre de 2012

Y el ganador es...



A parecer Florentino Pérez ya se habría decidido. El Santiago Bernabéu no será remodelado ni por Foster y de la-Hoz, ni por Herzog y de Meuron junto a Moneo, ni por Lamela y Populous, sino por el más desconocido de todos los tándems arquitectónicos que optaban a la elección (al menos para mí): GMPArchitekten junto a L35 y Ribas (por este orden en las fotos de El Confidencial).

viernes, 19 de octubre de 2012

Lecorbusierizar


  

Quién iba a decir que el hormigón podría llegar a ser tan bello. No es una arquitectura muy última que digamos (tiene casi 50 años), pero en nuestra opinión da sopas con honda al revival miesiano del que hablábamos en la última entrada.  Es la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de Osvaldo Bidinost, Jorge S. Chute, Jose M. Gassó, Mabel Lapacó y Martín Meyer, en la Córdoba argentina. Tienes más fotos (soberbias todas) en el blog Arquitectura+Historia.




martes, 16 de octubre de 2012

Miesizar


“Hemos hecho demasiado para favorecer y promover la arquitectura espectáculo. Pero aunque sean muy visibles, los edificios de las estrellas no son los causantes de la crisis económica. Por cada edificio excesivo de un arquitecto famoso hay miles de inmuebles sin calidad. Esos miles de edificios sin calidad acabaron con la economía. La prensa no habló de ellos. De eso somos culpables. No de apoyar la arquitectura-espectáculo”.

 Lo dice Paul Goldberger, historiador, crítico de arquitectura del NYT y premio Pulitzer, en El País de hoy. Al fin un crítico que se sale del camino trillado, da nueces en lugar de ruido (ver entrada anterior), y asume responsabilidades. En las fotos, el flamante premio Stirling del RIBA, el laboratorio Sainsbury de la Universidad de Cambridge del estudio Stanton Williams. No estaba en ninguna de las quinielas, y no me extraña. El edificio tiene una excelente apariencia, la pega es que estas formas están más vistas que el tebeo. En el museo Marburg de Chipperfield sin ir más lejos. O en Mies. Se premia esta arquitectura déjà vu, sobria, rectilínea, silenciosa, por complejo de culpa: muchos jueces y críticos, como señala el propio Goldberger, se sienten culpables de haber encumbrado tanto exceso arquitectónico. Una juez del premio Stirling dice que el laboratorio "es una pieza sublime de bella y tranquila arquitectura". Pues eso, que estamos para sopitas y buen vino. Y eso que el resto de los contendientes (entre ellos un edificio del propio Chipperfield, al que últimamente vemos hasta en la sopa: ha sido director de la Bienal de Venecia nada menos, sin duda es el líder del zeitgeist arquitectónico) eran tan sobrios como el vencedor. ¿Toca miesizar -que diría Wert- la arquitectura actual? ¿Volver al racionalismo, olvidar las peligrosas curvas, evitar el formalismo? Pues vaya plan.