sábado, 23 de abril de 2016

Arquitectos y boxeadores



Sé que cientos, acaso miles de mis seguidores no habrán podido dormir carcomidos por la pregunta que planteaba en la anterior entrada. Acabó la espera, sufridos lectores: Se trata del estudio de Tadao Ando en Osaka, puedes ver más fotos en Designboom. A ver, no era tan difícil. Había varias pistas bastante concluyentes, a saber: 1) La profusión por doquiera de cemento descarnado, marca de la casa, del que somos fans entregados; 2) Las líneas rectas, no menos típicas del arquitecto japonés. Es cierto que hay un  rénder o foto de un proyecto en la pared en forma de anillo, pero esa es la pista falsa, o bien la excepción que confirma la regla: puede que se trate del Benesse House Oval, un complejo de varios edificios que incluyen un museo y un hotel en el parque natural de Setonaikai; 3) Fíjate en las banderas estadounidenses enmarcadas y en la frase que puedes leer debajo: "1980, 50 aniversario del museo Whitney": se refiere, claro está, al antiguo, el de Breuer. ¿A quién sino a Ando podría entusiasmarle? 4) Hay libros y un jarrón con caracteres japoneses; 5) Pero como te indicaba en la entrada anterior, la pista derfinitiva son las botas de boxeo (además se ve un guante colgado en la parte superior de la foto), pues Ando fue boxeador antes que arquitecto (autodidacta), menuda combinación. Preguntado por Michael Auping sobre el particular, Ando responde: "Son dos mundos distintos; la arquitectura pertenece al reino de lo creativo y el boxeo al de lo puramente físico. Lo único que puedo decir es que en el boxeo tienes que ser valiente y asumir algunos riesgos, siempre dando un paso más hacia el lado de tu adversario. Debes arriesgarte moviéndote hacia una zona peligrosa para aprovechar plenamente tus habilidades y acabar ganando la partida. En arquitectura, crear algo -no sólo construir, sino crear algo- también requiere valor y riesgo, moverte hacia áreas no tan conocidas, dar un paso más hacia delante. Si te quedas en tu estilo de vida cotidiano, sólo construyendo edificios sin pensar por qué los construyes y sin cuestionarte a ti mismo, entonces no necesitas valor". Ahí queda eso.

Mucho ruido y pocas nueces

Esto seguro que sí lo conoces. Vamos, lo conoce hasta el tato. Desde que por primera vez salió en The Guardian no ha habido medio español, sea prensa o televisión, que no haya aireado el reconstruido torreón gaditano. Seguro que la ascética intervención, recomponiendo aristas y ángulos rectos de la ajada torre con valentía torera, es del gusto de Ando. Su autor, Carlos Quevedo, comparte también con el arquitecto boxeador el haber recibido más palos que una estera por su trabajo, del que se ha mofado hasta el NYT, que ya es decir, donde lo comparan con la restauración del Ecce Homo de Borja. Las explicaciones de Quevedo, la verdad, no es que ayuden mucho: la reconstrucción según él "permite la lectura de la unidad arquitectónica. De la misma forma el cajeado superior delimita sus fases constructivas realzando los remates almenados originales que permanecían ocultos tras su superposición estratigráfica". Lo voy pillando hasta que llega a lo de la superposición estratigráfica. Y es que hay que ver qué peligro tiene trabajar con las preexistencias. Lo avisa, con palabras que parecen escritas para nuestro frankensteiniano castillo, Santiago de Molina en Múltiples estrategias de arquitectura: "Trabajar con fragmentos, como acariciar vidrios rotos, es peligroso. Como destellos oscuros suelen cegar no solo al lector, sino al propio hacedor, que enamorado de la forma pierde fácilmente los ojos dándoles un valor que no tienen o un lugar que no les corresponde". Tiene también guasa que una de las frases más celebres del otro Quevedo sea: “Más fácilmente se añade lo que falta que se quita lo que sobra”... En fin no somos quién para juzgar esta remodelación a las bravas, baste con decir que tanto ruido nos parece exorbitado y que nos alegramos de que le hayan dado un recóndito premio internacional (el Architizer), lo que quizá evite, siguiendo con los símiles pugilísticos, que nuestro sonado arquitecto acabe sonado del todo tras semejante ensañamiento global. Para mí que el verdadero problema del remodelado castillo de Matrera es su descomunal visibilidad. Presuntas barrabasadas iguales o peores hay en España y allende nuestras fronteras, pero pocas tan descaradamente visibles.

Industrial chic
 Hay que ser muy sueco, muy hipster, y más duro que Urtain para coger una antigua fábrica en una cantera de piedra caliza en la isla de Gotland, en el mar Báltico y reconvertirla en hotel. ¿Te lo imaginas en pleno invierno escandinavo? Esta versión industrial del castillo de Matrera ha tenido una acogida bastante más postiva que el reciclaje de Quevedo, y mira que es de belleza distraída. De nuevo The Guardian lo pone en un top-ten de hoteles industriales de diseño "desnudo, audaz y bello". Te vuelvo a dejar un enlace al hotel (Fabriken Furillen de sugestivo nombre); la verdad es que parece ideal para esos fines de semana que te pones metafísico perdido.

La extensión del Museo Nacional Suizo, un "leviatán de cemento"
Sigo con The Guardian (sin el  consabido probablemente, el periódico más arquitectónico del mundo). Y es que o es casualidad o el cemento armado está poniéndose de lo más fashion. Wainwright dedica uno de sus chispeantes artículos a los suizos Christ & Gantenbein (primera noticia), que de nuevo practican una arquitectura dura, opaca y brutal  cual gancho de izquierdas (fotos). Su ampliación del Kunstmuseum de Basilea ganó en concurso a propuestas nada menos que de Hadid, Koolhaas y Chipperfield, que ya es decir. Por momentos más ingenieros que arquitectos ("La mejor arquitectura suiza no son edificios, sino los túneles, las presas y los puentes de los Alpes", dice Gantenbein, su ampliación del Museo Nacional Suizo en Zúrich parece homenajear a dichas estructuras), la pareja suiza bien pueden considerarse discípulos aventajados de Ando.

Creo que fue el jueves pasado cuando Hernando, ese portavoz con un punto de monologuista de Club de la Comedia, endosó a Iglesias un directo a la mandíbula soltándole que tenía la cara de cemento armado. Y ese mismo día, lo que son las cosas, recibía en casa el último Arquitectura Viva con una contudente (y, en mi opinión, bellísima) portada: una pared de cemento a cargo del estudio germano Meili Peter (primera noticia también). Con el título de Abstracción Material, el número da cuenta de un muestrario de soberbios ejemplares arquitectónicos (el Kunstmuseum de Basilea que acabo de mencionar incluido) donde el hormigón desnudo manda. Luis Fernández-Galiano, arquitecto (y boxeador) de la palabra, abre la revista haciendo un pequeño manifiesto ético y estético a favor del crudo cemento parafraseando a Gil de Biedma: "Como bien utilitario e instrumento social de precisión racionalizadora, quizá la arquitectura demanda, al igual que el lenguaje, un esfuerzo de desnudamiento radical y de eliminación de los superfluo (...). Estas arquitecturas ásperas y austeras, grávidamente materiales y despojadamente abstractas, son manifiestos estéticos, pero también expresión de posiciones morales, porque los tiempos reclaman un lenguaje llano que practique la cortesía de la claridad, que muestre su depuración artística con la elegancia seca de sus fábricas, y que alcance su condición esencial a través de su naturaleza desornamentada". Así sea.

sábado, 16 de abril de 2016

Él lo quiere todo recto


Prueba de agudeza visual: Tú que sabes tanto, seguro que adivinas en menos que canta un gallo de qué arquitecto es el estudio que aparece en la foto. Fíjate en las botas sobre la silla de Gehry.

sábado, 2 de abril de 2016

Ella lo quería todo torcido



"Recuerdo cuando tenía siete años que fui con mis padres al estudio de un fabricante de muebles en Beirut para ver el nuevo mobiliario que habían encargado para nuestra casa. El estilo era angular, típico del movimiento moderno, y estaba acabado en el color del licor francés chartreuse. Para mi habitación había un espejo asimétrico. Yo estaba entusiasmada con mi espejo, y ahí empezó mi amor por la asimetría. Cuando llegué a casa reorganicé mi habitación. Pasó de ser la típica habitación de una niña pequeña a ser la de una adolescente. A mi prima le gustó lo que había hecho y me pidió que hiciera la suya, entonces mi tía me pidió que diseñara su dormitorio, y así surgió todo.(...) 
Un resultado concreto de mi fascinación por Malevich en particular fue que empecé a pintar como una herramienta para el diseño. Este medio se convirtió en el primer entorno en el que experimenté con la invención espacial. Me sentía limitada por por la pobreza del sistema tradicional del dibujo arquitectónico y buscaba nuevas formas de representación. Me ofreció la herramienta para explorar en profundidad tanto la forma como el movimiento en un enfoque radical que acabaría desarrollando un nuevo lenguaje para la arquitectura". (Vladimir Belogolovsky, Conversations with Architects; entrevista a Zaha Hadid en 2008).

"Y desde luego su trabajo es especial. Lleva tres décadas aventurándose donde pocos se atreverían: si Paul Klee sacó a la línea a pasear, Zaha puso a las superficies empujadas por esa línea a hacer una danza virtual y a continuación las dobló hábilmente para al cabo llevárselas a un viaje al espacio. Desde luego, en nuestra cultura de cautela y modestia su trabajo no es ciertamente modesto, y ella misma es lo contrario de la modestia. En verdad su vociferante crítica de las obras mediocres o de la estupidez recuerda los comentarios fuera de tono del tenista John McEnroe. Sin embargo, esto es sin duda muestra de la seriedad con la que se toma la profesión. (...) Sus métodos y quizá mucho de su psicología son mesopotámicos y provocan no pocos temores, pero son definitivamente claros.(...) Tal confianza en uno mismo se acepta con facilidad en directores de películas y directivos futbolísticos, pero provoca incomodidad entre los arquitectos, quizá en secreto celosos de su talento incuestionable. Asumámoslo, podríamos haber dado la medalla a un personaje valioso y cómodo. No lo hicimos, se lo dimos a Zaha, desbordante, sobrada y siempre al quite. Nuestra Heroína. Qué afortunados somos de tenerla en Londres". (Artículo de Peter Cook con ocasión de la concesión de la  medalla de oro del RIBA 2016 a Hadid. Texto completo).


"Más artista que arquitecta, y más personaje que artista, Zaha Hadid es la encarnación rotunda de la diva. Temperamental y desbordante, su voluminosa figura envuelta en túnicas plisadas de Issey Miyake se impone con una presencia física que irradia aplomo y energía contenida. Sobre zapatos imposibles, y ornamentada con bolsos y joyas que quitan el hipo, la iraquí afincada en Londres transmite una seguridad en sí misma que sólo puede provenir de quien ha construido su imagen con tanto empeño como su propia obra.(...) La autora de paisajes cristalográficos y topografías fracturadas que demandaba al ingeniero Peter Rice «lo quiero todo torcido», propone hoy sin embargo espacios que fluyen y se penetran sobre territorios de metacrilato, reemplazando el ángulo agudo por la curva, el zigzag por el spaghetti, y las colisiones por los flujos. Seguirá haciendo flotar el hormigón, enredando rampas o agrupando columnas delgadas como bastones de lluvia; pero su vocabulario plástico estará desde ahora al servicio de su empeño por construir una arquitectura líquida. (Zigzag Zaha, artículo de Luis Fernández-Galiano publicado al poco de que la arquitecta recibiera el Pritzker en 2004).

"En sus mejores edificios, las leyes de la Física aparecen momentáneamente suspendidas. Las paredes se funden con los suelos, los techos se ondulan y burbujean, las fachadas se disuelven en pieles perforadas y velas hinchadas por el viento, transportando al visitante a otra dimensión. Parecen sublimes paisajes esculpidos por una fuerza geológica irresistible.(...) En otras ocasiones los ambiciosos proyectos soñados en el planeta Zaha chirrían cuando se estrellan contra la tierra y se ven forzados a encontrarse con la realidad. (...) Por cada una de sus maravillas, es justo decir que han habido un número igual de meteduras de pata.(...) Resuelta a llevar al límite la ingeniería estructural y la ciencia de los materiales (así como los bolsillos de sus clientes) con cada proyecto, su trabajo fue invariablemente controvertido. Cada galardón internacional de importancia fue recibido con un clamor similar. (...). El mundo de la arquitectura habría sido sin duda más aburrido sin ella". (Oliver Wainwright, Zaha Hadid, creadora de ambiciosas maravillas y un buen número de desaciertos, publicado el jueves en The Guardian).



(Fotos de la exposición Beyond Boundaries en Ivorypress, 2012)