martes, 29 de marzo de 2016

El andamio poeta


Pues no, hoy no te traigo un edificio esplendente sino un humilde andamio. Eso sí, no es un andamio cualquiera, sino uno con vocación poética e incluso filosófica, algo inusual en elemento tan prosaico. Te transcribo el mensaje que desde las alturas nos deja esta singular estructura:

"Hola,
soy un andamio.
Me han puesto aquí
para poder cubrir
esta obra.
Dicen que las obras 
molestan y son feas.
Pero las obras son 
sobre todo proceso,
camino, búsqueda.

Soy muro, aunque 
puedo ser también 
ventana. Y contarte 
lo que está pasando
aquí adentro.
Que es mucho 
e importante.

En la vida lo importante 
siempre sucede
en el camino 
y adentro.
Eso lo aprendí
como andamio". 

Casi nada. Bien está reivindicar estas humildes excrecencias a menudo escondidas tras enormes anuncios o acolchados forros que evitan que te dejes las endodoncias mientras te empeñas en caminar consultando el móvil. Andamio es el médico o el maestro, las madres y no pocos abuelos. Y no te rías, porque más temprano que tarde acabarás necesitando uno.

jueves, 17 de marzo de 2016

Topofilia

Pues sí, los arquitectos telúricos a los que nos referíamos en la entrada anterior no son otros que RCR Arquitectes, de los que puedes ver una excelente exposición estos días en el museo ICO comisariada por Josep Maria Montaner. A ver si has acertado con los proyectos a los que estos bocetos suyos hacen referencia:

Espacio público Teatre La Lira (Ripoll)

Museo Soulages (Rodez, Francia)

Crematorio (Hofheide, Bélgica)

Estadio de atletismo Tossols Basil (Olot)
Biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver (Barcelona)
Te llevo ahora de paseo por la exposición:












Y acabamos con la cita de rigor, del último libro de Josep María Montaner (comisario de la exposición), La condición contemporánea de la arquitectura:

"En la obra de RCR, estudio compuesto por Rafael Aranda (1961), Carme Pigem (1962) y Ramón Vilalta (1960), la síntesis de abstracción e integración en el paisaje se expresa en el uso de unas acuarelas de intenciones. Todos sus proyectos van acompañados de unas pequeñas aguadas en las que plasman las ideas del proyecto; una especie de diagramas o ideogramas que se realizan a lo largo del proceso. Estos diagramas encontraron su máxima sintonía en el Musée Soulages (Rodez, 2008-2014), obra en la que se produce una coincidencia entre la pintura gestual, abstracta y monocromática del pintor francés, hecha sobre gamas de grises y negros, y las acuarelas de los arquitectos (...) Todas las obras de RCR demuestran que la materia de la arquitectura es el espacio, tratado de una manera singular y secuencial, y relaciona el interior y el exterior. Esto se manifiesta también en los grandes vacíos, como el puente y la plaza cubierta del teatro La Lira (Ripoll, 2003-2011). Este énfasis en las cualidades del espacio les acerca a la tradición de la denominada "topofilia o búsqueda de la capacidad para crear espacios felices" teorizada por Gaston Bachelard, Yi Fu Tuan y Christopher Alexander. La investigación de RCR tiende a la desmaterialización para conseguir la simbiosis con el entorno y la desaparición brumosa de los límites".
 



domingo, 13 de marzo de 2016

Los arquitectos telúricos

Hoy vamos a subir un poco el nivel, que ya es hora, y te voy a plantear la siguiente pregunta: ¿A qué estudio de arquitectura y a qué obras construidas de dicho estudio corresponden estos bellos bocetos?








Venga, te doy una pista:



domingo, 6 de marzo de 2016

Fallas

Meme(z): Fallera imperial apatrullando el Cabanyal
Hoy toca entrada petarda, estás avisado. Hace poco se celebraron las Fallas, y nosotros desde queremos unirnos a la celebración subiendo a la cabecera una impactante foto de dos souvenirs que me traje recientemente de la tierra de las flores, de la luz y del amor. Por un lado un especie de pequeño decorado desplegable representando las coloridas casas en vías de extinción del popular barrio de El Cabanyal, y por otro una creación, puro mestizaje cultural, de Lulu Monster, artista local al que tuve oportunidad de conocer en un variopinto local que alojaba diversas tiendas y con el que tuve la ocasión de desternillarme de la risa al hilo de su Fallera imperial  (le sugerí como más potente el nombre de Fallera Stormtrooper), las cosas de la política valenciana, las de Calatrava, y tal. Como quiera que en el decorado de El Cabanyal aparece (a la derecha en la foto) un bar que se llama Imperial, decidí aunar felizmente ambos souvenirs. Son esas sorprendentes coincidencias surreales que demuestran que existe una fuerza superior, y que tiene un sentido del humor que lo flipas.

Falla neoyorquina
Hablando de Calatrava (y las Fallas) no podemos dejar escapar la ocasión de comentar livianamente su última obra estrenada el jueves en Nueva York: un intercambiador de transportes en plena zona cero que ha recibido, cómo no, feroces críticas por su coste, 4.000 millones de dólares de dinero público (!!), un 70% más de lo previsto, a lo que se une un retraso de siete años en su ejecución. Michael Kimmelman, crítico de arquitectura del NYT, lo pone a caldo, y habla, desde el mismo titular, de boondoggle, exótica palabra que desconocía y que significa despilfarro (se da un aire fonético a nuestra tongo). Añade con razón que el diseño está más visto que el tebeo en otros edificios del valenciano (menciona Lyon y Milwaukee, a lo que podríamos añadir Bilbao), y que le recuerda a un Pokémon, para acabar con este comentario demoledor: "El señor Calatrava ha dado a Nueva York algo por sus miles de millones. Pero si la moraleja que podemos extraer de este proyecto es que los arquitectos necesitan carta blanca, un cliente banal y sumiso, y una chequera abierta para crear un espectáculo público, entonces el intercambiador es un desastre para la arquitectura y por las ciudades". Nosotros eso ya lo sabemos hace tiempo.

El edificio tiene además una forma inquietante, como un ave con un ala mutilada que intentara volar en vano, quizá una velada referencia al 11-S. De pronto me ha recordado a la investidura fallida del viernes. Señor, si es que no remontamos vuelo. Mi contraria, historiadora y nada de derechas, viendo los bochornosos rifirafes, soltó que aquí para ponernos de acuerdo necesitaríamos otro 23-F. Virgen Santa. En fin, en este país de fallas, valencianas y tectónicas, al menos la no-investidura nos ha enseñado que esto ya no es tanto cuestión de izquierdas o derechas, emergentes o viejos, corruptos o puros, como de arquitectos o dinamiteros.