viernes, 12 de marzo de 2010

La insoportable levedad de Siza



Empiezan ya a verse los efectos de la traída y llevada remodelación del Eje Recoletos-Prado en Madrid que tiene como responsable más visible al arquitecto portugués Álvaro Siza: la estatua de Colón (que ya se ha trasladado a la Castellana y se ha colocado en medio de una rotonda rodeada de una lámina de agua), las aceras renovadas y las marquesinas como las de la foto totalmente acristaladas. Siza (como en general sus colegas lusos) parecen sintonizar a la perfección con las últimas tendencias arquitectónicas que hacen hincapié en la modestia y la sostenibilidad, y las paradas de autobús que ya pueden verse desde Colón hasta Atocha son buena muestra de ello. Pasan desapercibidas en su transparencia, tienen un diseño elegante y moderno y protegen bien de las inclemencias. Pues bien, aunque pueda sorprender, en sus poco más de dos meses de vida ya han generado críticas, en concreto de asociaciones de discapacitados para los que precisamente la baja visibilidad de las marquesinas puede ser peligrosa. Y no se quedan ahí, critican otros aspectos de la reforma (rampas excesivas en algunos tramos, obstáculos sin señalizar) y afirman: El proyecto del arquitecto Siza no es un proyecto para todos, integrador y de ciudad moderna, sino algo desfasado, obsoleto y superado en nuestros días que coloca a la capital, sin ningún género de dudas, a la cabeza de los ejemplos europeos de malas prácticas en el ámbito de la accesibilidad universal y el diseño para todos, circunstancia que en ningún caso Madrid merece (Fuente: El País). Durísimas palabras para una remodelación envuelta, como casi todo en la capital, en una agria polémica política. Juzguen ustedes mismos.

¿Más marquesinas? ¿Más aún?

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