lunes, 10 de noviembre de 2025

La vida de los edificios

 


Bjarke Ingels, líder del estudio BIG, ha sido durante 2025 guest editor (director invitado) de la icónica revista Domus sucediendo a otros starchitects de la talla de Foster (2024), Nouvel (2022) o Chipperfield (2020). Con la última revista del año que ahora acaba de salir, el danés que recién terminó el GOe donostiarra ha comisariado en total diez números para la revista italiana. En su manifiesto inicial, en el que ponía las bases de su curación editorial, comentaba que su interés era centrarse en la materia desde distintos -y, típico en él, contrapuestos- puntos de vista, con un refrescante punto final: "En una época donde la polarización amenaza con silenciar el debate crítico mediante el aislamiento o la cancelación, el manifiesto materialista puede servir de base para un diálogo verdaderamente diverso. Nuestra odisea material dará cabida a la colisión de visiones del mundo opuestas, por lo que en las páginas de Domus encontrarán juntos al tradicionalista y al vanguardista, a artesanos y tecnófilos, lo ornamental y lo austero, lo expresivo y lo tectónico, lo global y lo local, lo pragmático y lo utópico. Ideas contradictorias, unidas por la materia". En el número de octubre, Ingels se centraba en el reciclaje arquitectónico, dejándonos una brillante frase de nuevo digna de citar (es a su vez una cita de William Gibson, el escritor de ciencia ficción que creó los términos cyberspace o cyberpunk e inspiró películas como Blade Runner): "El futuro ya está aquí, solo que lo estamos utilizando para otra cosa". La foto que ilustra su editorial en la web de la revista es del famoso Taller de Bofill, ejemplo magno de reciclaje de una antigua fábrica de hormigón para reconvertirla en estudio y vivienda y comenta que él mismo vive en un antiguo ferry en Copenhague, su sala de estar por ejemplo ocupa el espacio donde antaño aparcaban cuatro hileras de automóviles. Aporta variopintos ejemplos de reciclaje arquitectónico (Lacaton y Vassal y su conocido mantra -"Nunca demoler, eliminar o sustituir, siempre añadir, transformar y reutilizar”- no podían faltar , como tampoco Herzog & de Meuron de los que destaca la Tate Modern), no pocos de dichos ejemplos los sitúa en España, donde tiene Ingels importantes lazos, recordemos que hizo el Erasmus en Barcelona (donde tiene hoy estudio), experiencia que le marcó profundamente, y su pareja es española: Habla de HArquitectes, Moneo en Atocha o incluso la Mezquita de Córdoba, epítome de la reutilización arquitectónica: "La Mezquita de Córdoba es un testimonio de la naturaleza fragmentaria de sucesivas reutilizaciones adaptativas. En medio del bosque de columnas moriscas se alza una catedral católica, ambas unidas como una quimera de estilo, cultura y religión". No me resisto a ponerte una última cita: "El edificio preexistente, por muy deteriorado o descuidado que esté, posee la pátina de vidas pasadas combinada con la generosidad que le confiere su presencia. En un contexto de economía de medios, los espacios que no es necesario construir son gratuitos y, por lo tanto, pueden ser más altos, anchos y espaciosos que los de una construcción nueva estándar". Lee el resto del editorial aquí

Las fotos de hoy son de Madrid, de un edificio que va a ser, esperamos, reciclado por BIG precisamente para convertirlo en hotel de lujo en General Perón 27, cerca del Bernabéu. Según la empresa propietaria (Ibervalles Socimi), el hotel estaría dirigido en parte a una clientela que se alojara en él tras acudir a algún espectáculo en el carismático recinto madridista, recién reconvertido a su vez, no sin polémica, casi más en escenario para eventos artísticos que en un estadio deportivo propiamente dicho. Y digo que esperamos sea reciclado porque en alguna prestigiosa web he leído, con pasmo -después del maravilloso editorial de Ingels sería llamativo cuando menos-, la palabra demolición. He acudido, mosqueado, a la web oficial del estudio danés y no aparece mención alguna al proyecto salvo una breve alusión en el apartado de Noticias que no da información al respecto. En algunos artículos en periódicos económicos o del sector turístico encuentro más información sobre el hotel (que si rooftop, que si restaurante de postín, que si zona wellness y demás amenities de rigor), pero no encuentro más referencias al tema en cuestión, que tiene ciertamente poco glamour en comparación. En una se incluyen declaraciones, un punto -o dos- sonrojantes de un miembro español del estudio BIG en la presentación del proyecto: "Es un proyecto icónico que va a contribuir al crecimiento de Madrid y dinamizar la zona de Azca. Somos la mejor ciudad para vivir y debemos ser la mejor ciudad para visitar. Gracias Ibervalles por contribuir a la evolución del sector del turismo y del lujo". Compárese con esta cita de Metalocus sobre el mismo tema: "Se trata de un conjunto compacto que refleja una concentración vertical en un núcleo urbano consolidado. Al mismo tiempo, plantea interrogantes sobre la privatización del centro urbano y la pérdida de diversidad funcional, ya que constituye una pieza de densidad selectiva: intensa en forma, materialidad y visibilidad, pero limitada en su capacidad de integración social". Dicha web por cierto habla de rehabilitación, no demolición. Es cierto que los andamios que vimos cubriendo el edificio desmentirían una demolición al uso, pero teniendo en cuenta que el potente inmueble, de 13 plantas, está pegado a otro similar, una salvajada tipo Pruitt-Igoe está descartada por lo que la demolición podría aún hacerse en plan manual. Poco después me entero de que los socios españoles de BIG para este proyecto van a ser Ortiz.Leon arquitectos, que también trabajaron en la capital con Foster en las oficinas de la calle Ombú y con H&dM en la sede de BBVA y busco, y encuentro, más información. En cinco puntos, diáfanos y palmarios, explican el proyecto: Punto 4, titulado Sostenibilidad activa y pasiva: "Desde el punto de vista técnico y medioambiental, General Perón 27 incorpora estrategias activas y pasivas de sostenibilidad. La doble piel de fachada actúa como filtro climático: reduce la radiación solar directa, favorece la ventilación natural y optimiza la eficiencia energética. Los interiores se diseñan con materiales reciclables y de bajo impacto, y la gestión lumínica y térmica se adapta a las condiciones estacionales mediante sistemas inteligentes". Punto 5, de título Estado del proyecto"El edificio se encuentra en fase de demolición. La ejecución está prevista para inicios de 2028 (calendario sujeto a tramitación y obra)". Y punto final. Se me han caído todos y cada uno de los palos del sombrajo. 

El tema del reciclaje arquitectónico vs demolición, al que hemos dedicado unas cuantas entradas (permíteme que te dirija a esta sobre el Hipercor de Méndez Álvaro también en Madrid, ya vaciado y deshauciado y esperando a su verdugo), aburre ya a las mismísimas ovejas. Y lo peor es que la teoría parece estar clarísima, pero seguimos por lo que se ve en las mismas: se nos llena la boca con la consabida sostenibilidad pero no tenemos empacho en meter la piqueta y aquí paz y después gloria. Qué hartura. La semana pasada acudí al Espacio Arquia para ver un documental (The Demolition Drama) seguido de debate precisamente sobre este tema. Las cifras son demoledoras si me permites el chiste sin gracia: Cada minuto se demuele un edificio en Europa, y en términos económicos cuesta menos destruir un edificio antiguo y construir uno nuevo que reciclar una construcción preexistente porque las leyes simplemente no incentivan la rehabilitación. No se tiene en cuenta la energía embebida en los edificios, en sus materiales, en su misma construcción (por no hablar del valor sentimental -la memoria- o histórico que da sentido a sus barrios). La emisión de CO2 producida por este proceso incesante de demolición-construcción supone casi un 40% de toda la que se genera en nuestro planeta, una contaminación que se realiza en secreto y pasa casi inadvertida (a esa cifra podíamos añadir que el sector es responsable del 36% de todos los residuos que se generan en el planeta, frente al 8% que suponen los generados por nuestros hogares). Resulta sorprendente, y muy triste, que haga mucho más ruido el debate sobre la movilidad sostenible y ecológica, la traída y llevada electrificación, cuando la emisión de CO2 producida por automóviles y furgonetas representó en 2022 en torno al 10% del total. Del mismo modo todos somos conscientes de que debemos reciclar y reutilizar al máximo una bolsa de plástico, que no debemos desperdiciar comida o permitir que se prueben compuestos químicos en animales, pero de los edificios pasamos olímpicamente, como sucede en general con la arquitectura: parece invisible. Hasta la cuestión de volar en avión, que supone tan solo un 3,5% de las emisiones totales de CO2, ha generado mucho más debate. Para 2050 habremos demolido una extensión mayor que Atenas, Berlín, Bucarest y París juntas, por no hablar de que se trata de un fenómeno antisocial y especulativo que provoca gentrificación: la expulsión de los ciudadanos menos pudientes de los centros de las ciudades para crear nuevas barriadas solo aptas para una población de mayor poder adquisitivo y para los turistas (Reinier de Graaf dice directamente que esta dinámica supone un ataque a los valores progresistas). Solo un 11% de los edificios europeos han sido rehabilitados alguna vez, al año se renueva solo un ridículo 1% del parque inmobiliario. ¿Podemos crear algún tipo de fórmula mágica que haga comprender al común de los mortales la dimensión de este problema? Jean-Philippe Vassal, no podría ser otro, la tiene, y es sin duda la mejor aportación del documental: "1-1+1=1" (demolemos un edificio antiguo y erigimos en su lugar uno nuevo, pero seguimos teniendo un solo edificio) frente a "1+0,5=1,5" (renovamos, mejoramos, incluso ampliamos un edificio y tenemos un edificio y medio aparte de ahorrarnos la demolición, en su caso el ejemplo es literal, véase su famoso proyecto de Burdeos junto a su socia Anne Lacaton, mencionados como decíamos por Ingels en Domus, en el que se añade al bloque de viviendas original un voladizo por planta que amplía la vivienda gracias a una terraza que puede cerrarse a voluntad y que supone añadir 14 m2 más de media a cada piso). Por si te interesa te enlazo al documental, merece la pena. También te recomiendo una visita a HouseEurope!, la incisiva web de la plataforma europea que intenta sensibilizar sobre este problema. En nuestro país, aunque las inercias y los intereses son también poderosos, sería injusto no reconocer brotes verdes en el campo de la concienciación.

Hemos cogido prestado el título de la entrada de hoy del libro La vida de los edificios de Moneo, una recopilación de tres artículos sobre otros tantos edificios que han merecido la atención del arquitecto navarro. El primero versa sobre la "compleja e inaprensible" Mezquita de Córdoba, también mencionada por Ingels en su editorial como revelador ejemplo de reciclaje arquitectónico. En un primer apunte, decir que podría sorprender que tras siglos de cruentas guerras entre cristianos y musulmanes, los primeros cuando al fin conquistaron la ciudad andaluza no decidieran demoler el magnífico edificio para construir un templo cristiano sino que se hiciera inserto en la propia estructura de la mezquita según el proyecto de Hernán Ruiz el Viejo, respetado maestro de obras de la catedral de Sevilla. De hecho Carlos I, que aprobara el proyecto de la catedral en 1523, era un ferviente admirador de la mezquita y al parecer se arrepentiría pronto de permitir la intervención: "Yo no sabía lo que era esto, pues no hubiera permitido que se llegase a la antigua; porque hacéis lo que puede hacerse en otras partes y habéis deshecho lo que era singular en el mundo" según cita Antonio Ponz en Viaje de España (1792). Moneo sin embargo alaba el trabajo de Hernán Ruiz con sentida admiración: "La inserción de la catedral fue realizada con tal precisión que su presencia en el interior de la mezquita constituye una continua sorpresa para quien ama detenerse ante los problemas que gravitaron sobre el trabajo del arquitecto" y hace hincapié en el hecho de que dicha intervención, ciertamente significativa, no ha destruido la mezquita, sino que gracias a su fuerte integridad estructural, "sigue siendo ella misma". El navarro nos regala sabias reflexiones sobre la rehabilitación de edificios: "Se tiende a pensar que la vida de los edificios concluye con su construcción y que la integridad de un edificio consistiría en mantenerlo exactamente como lo dejaron sus constructores. Esto reduciría dicha vida a la realidad consolidada de un preciso instante. En ocasiones se puede insistir en la conservación estricta de un edificio; sin embargo, eso significa, de algún modo, que el edificio ha muerto, que su vida -tal vez por razones justas e inteligibles- ha sido interrumpida violentamente".  

Nos despedimos con un ejemplo último de edificante rehabilitación (los hay a montones), por alegrar un poco el tono. 3XN va a rehabilitar en Londres la Torre Euston inaugurada en 1970. Según la web del estudio, danés por cierto como BIG, el proyecto comenzó con un análisis riguroso de las condiciones de la edificación, vacante desde 2021, para asegurar una rehabilitación que minimice las emisiones de CO2 y los residuos originados en el proceso, intervención que mantendrá los cimientos y estructura del edificio. El diseño se propone "romper barreras" entre la comunidad local y el nuevo edificio a través de espacios que serán "accesibles e inclusivos" y se basa en la reutilización y el reciclaje de los materiales cuando no sea posible mantenerlos tal cual, tienes más información aquí. Desearíamos un enfoque similar para General Perón 27. 




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