jueves, 4 de agosto de 2011

Žižek y Moby



Slavoj Žižek es un filósofo esloveno al que descubrí recientemente en un intrigante artículo para Arquitectura Viva de nombre El tercer espacio. Vacíos, intersicios y residuos en el que hablaba de un misterioso espacio situado a medio camino entre el interior y el exterior: "el Interior y el Exterior nunca ocupan el espacio completo: siempre queda un Tercer Espacio, que permanece perdido en la división entre el Interor y el Exterior. En las construcciones humanas existe un espacio intermedio del que se reniega. Todos sabemos que está ahí, pero en verdad, no aceptamos su existencia, permaneciendo como una realidad ignorada y casi siempre innombrable". El filósofo marxista experto en Lacan y autor del profético Living in the End Times introduce uno de sus al parecer típicos símiles tomados de la cultura popular para explicar el concepto:"Dependemos, por tanto de este espacio, pero hacemos caso omiso de él -por eso no es extraño que en la ciencia-ficción, en las películas de terror y en los thrillers tecnológicos este espacio oscuro entre las paredes o los muros sea el lugar donde se esconden horribles amenazas, desde artefactos para el espionaje hasta monstruos o animales infectos como cucarachas o ratas-". Ciertamente así es: en Alien, el bicho galáctico siempre daba el susto desde terceros espacios de los que surgía de manera imprevista y letal, y buena parte de las más memorables escenas de La guerra de las galaxias acontecían en dichos lugares, lúgubres, sucios y llenos de desagradables sorpresas. A su vez, Blade Runner puede deber su atmósfera única (asfixiante, oscura, decrépita) a que en Los Ángeles de 2019 ya no hay apenas división entre los tres espacios quedando interiores y exteriores, apenas perceptibles, contaminados y dominados por el fatídico tercer espacio.

Moby es un músico electrónico estadounidense de bastante más fama que el filósofo esloveno. Formado como dj, es capaz de poner a las masas a bailar enfervorizadamente a ritmo de uno de sus anthems sintéticos para a continuación dejarles sofronizados con alguno de sus típicos temas de corte melancólico y sutil. Acaba de publicar el álbum Destroyed, cuya carátula puedes ver arriba. El título en realidad es la última palabra de un mensaje electrónico en un aeropuerto americano que avisa de que todo equipaje que no se recoja será destruído. Pues bien, al músico, contra todo pronóstico, le gustan los terceros espacios. No los llama así, probablemente ni conozca a Žižek, pero en el álbum mencionado deja constancia de ello al incluir en el libreto interior un buen puñado de fotos de esos lugares innombrables que decía el filósofo (pasillos vacíos, vestíbulos sin vida, tristes corredores) que parecen estar en mitad de ningún sitio, visitados a horas extremas en los que la soledad se puede cortar y que debemos a las noches de insomnio y jetlag provocados por los innumerables viajes del músico a sus conciertos. La música del álbum, intimista, nostálgica y un punto escalofriante, va en consonancia con esos non-places. Música para Terceros Espacios, vaya. Hace unos días Moby estuvo firmando en Madrid, nada menos que en Ivorypress, la sede de la editorial de Elena Ochoa diseñada por su marido Norman Foster. Como muestra, escucha el hipnótico primer tema del álbum, Los lugares rotos.

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