martes, 11 de diciembre de 2012

Sobre Niemeyer


Traigo una selección de comentarios de estos últimos días sobre Niemeyer:

-Anatxu Zabalbeascoa, siempre precisa y pedagógica:"Tras ensayar los trazos rectilíneos del Movimiento Moderno en sus primeros edificios de los años treinta, decidió tropicalizar ese estilo sencillo, pero recto, demostrando que el material del siglo XX, el hormigón armado, además de sujetar podía también expresar. Niemeyer apostó por la humanidad de la curva y la plasticidad de las formas libres".

-Norman Foster,  simpático en su artículo para El País: "En lo personal, mi encuentro con él fue vivificante. Ya entonces había superado los cien años. Se hallaba en perfecta forma (a veces me pregunto medio en broma si el secreto de su juventud no sería su matrimonio a los 98 años con su secretaria)"; más académico en el texto que redacta para su página web: "Se dice que cuando el cosmonauta ruso pionero Yuri Gagarin visitó Brasilia, dijo que la experiencia era similar a la de aterrizar en otro planeta.(...) Era atrevida, escultural, llena de color y libre, nunca se había hecho nada igual. (...) Brasilia  no está simplemente diseñada, está coreografiada, cada una de sus piezas, diseñadas con plena fluidez, parecen estar dispuestas, cual bailarines, sobre sus puntos de apoyo congeladas en un momento de equilibrio absoluto".

-Rowan Moore, crítico de The Guardian: "Él trajo el movimiento a la arquitectura moderna, e inventó una versión del mismo expresiva y seductora, claramente no funcional, y claramente distinta a la caja de cristal germánica de la Bauhaus".(...) En sus mejores trabajos se nos pide no solo que nos quedemos boquiabiertos ante sus inventos, sino que se nos invita a interactuar con ellos, tomando parte en una obra teatral de movimiento arquitectónico y humano". 

-William J.R. Curtis, cañero como de costumbre:"Niemeyer, un comunista que construyó casas para ricos, una catedral, viviendas sociales y edificios para numerosas burocracias estatales, era cualquier cosa menos coherente ideológicamente. Los mundos para los que construyó han desaparecido, pero sus edificios mantienen toda su riqueza fascinante. Hacia el final, se le culpaba a veces de un formalismo vacío y de caricaturizarse a sí mismo. Pero su enorme obra incluye numerosos ejemplos de su fecunda imaginación espacial y de su destreza a la hora de resolver tareas a todos los niveles".

-Luis Fernández-Galiano ofrece con su habitual pegada semántica un enjundioso y potente texto en AV.com: "Oscar Niemeyer fue un maestro de inocencia. Más allá de la geometría elemental y la gramática cubista que aprende de Le Corbusier, más allá de las formas curvas y la libertad lírica que provienen del surrealismo o el dadá, y más allá del futurismo naïf y la estética aerodinámica que utiliza el optimismo de los cincuenta, este creador tropical construyó con la ignorancia sabia de quien pone la ley del deseo por encima de la ley de la gravedad.(...)Recibiendo homenajes en vida y añadiendo piezas impetuosas y polémicas a sus conjuntos canónicos, el maestro brasileño mostró al cabo que la cupiditas aedificandi es tan vigorosa como el apetito voluptuoso del cuerpo que desea. Exit ghost".

-Nicolai Ouroussoff  vuelve al New York Times (periódico del que fue starchcritic) para hablar del arquitecto brasileño: "Al celebrar tanto los elementos formales y los objetivos sociales de la arquitectura, su trabajo se convirtió en un recordatorio simbólico de que cuerpo y alma, lo sensual y lo racional, no son necesariamente opuestos. Sin embargo contempló también la sensualidad y el resplandor de los sueños en un trasfondo más oscuro. 'La humanidad necesita sueños para ser capaz de sobrevivir a las miserias de la existencia diaria', dijo en una ocasión, 'aunque sea solo durante un instante' ."





 

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