viernes, 8 de octubre de 2010

Dundee no quiere ser Cardiff



En 1994 Zaha Hadid ganó un concurso para construir esta espectacular ópera en Cardiff, capital de Gales. Pronto empezaron a lloverle críticas al proyecto fundamentalmente por ser elitista, económicamente inviable y estar alejado de la realidad cultural galesa. Hadid no tiene empacho en señalar otras razones, en concreto el hecho de ser mujer y extranjera, en esta entrevista. Finalmente no se llegó a hacer. El fallido proyecto no habría pasado de ser otro más de los múltiples rechazados a la anglo-iraquí si no fuera porque poco después se inauguraba en Bilbao el Guggenheim, edificio no menos arriesgado en una ciudad, como la galesa, post-industrial que necesitaba redefinirse o morir. De todos es sabido el éxito planetario del llamado efecto Guggenheim, convirtiendo al edificio en dinamizador de la ciudad y en motor de una serie de cambios que la han convertido en una urbe moderna y atractiva. La valentía vasca, en un país de una intensa complejidad política (de la que el edificio podría considerarse metáfora arquitectónica) desangrado además por el terrorismo, debió escocer bastante a los galeses.



Dundee, cuarta ciudad de Escocia, no quiere ser Cardiff, quiere ser Bilbao. Para ello seis estudios punteros compiten para crear en la ciudad la franquicia museística de rigor (del Victoria and Albert Museum esta vez) que saldrá por 52 millones de euros. La prensa británica compara sin disimulo ambas ciudades: el Independent titula V&A trae el espíritu de Bilbao a Dundee y The Guardian ¿Podría Dundee ser el nuevo Bilbao? (en el rénder la propuesta de REX, aquí tienes los proyectos de los demás estudios).

Y aunque el artículo del Independent matiza la euforia señalando que este tipo de propuestas salvadoras ya están algo pasadas, lo cierto es que se sigue confiando en la arquitectura estrella para regenerar ciudades o incluso regiones. Me hace gracia leer el artículo de Llàtzer Moix, azote de arquiestrellas, sobre el documental de Foster que hoy se estrena (¿Cuánto pesa su edificio, Sr Foster?) reconociendo que lo prefiere a El americano, película protagonizada por George Clooney. Por cierto que el documental se basa en el guión de Deyan Sudjic, el que dijo que cada vez que oía hablar del efecto Guggenheim le daban ganas de desenfundar su arma, quien también ha escrito una biografía del lord y Pritzker (y premio Príncipe de Asturias). Starchitects y starchcritics se atraen (el one en España, Luis Fernández Galiano, ha comisariado la exposición de bocetos de Foster y también la de Fuller junto al propio Foster ambas en Ivorypress, y ya hemos hablado del tándem Nouvel-Ouroussoff), así que menos lobos, seguimos necesitando estrellas.

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