domingo, 17 de enero de 2021

Renacer

 


¿Vuelve Mies? La foto es del Museo Nacional del ejército de los Estados Unidos, a cargo de SOM, el histórico macroestudio americano que bien podría considerarse heredero del arquitecto de Aquisgrán. La cosa tiene su aquél pues tal edificio se inaugura precisamente ahora que Trump acababa de aprobar una orden para que los edificios institucionales americanos se construyan siguiendo los patrones clásicos (desdiciendo aquello de que sobre gustos no hay nada escrito), así que la imagen acaso podría simbolizar en lo arquitectónico el fin del nefasto mandatario y el renacimiento de los USA como los conocíamos. Que la arquitectura clásica represente los mejores valores de la patria es tan discutible como que los represente la arquitectura moderna: Herbert Read, el crítico británico que organizó la primera exposición sobre el surrealismo en Londres (en 1936), ya lo decía: "Para nosotros ahora el clasicismo (...) representa y siempre ha representado las fuerzas de opresión. El clasicismo es la contrapartida política de la tiranía (...), allí donde la sangre de los mártires manche el suelo encontraréis una columna dórica o, tal vez, una estatua de Minerva" (citado por Pallasmaa en La imagen corpórea). 

En fin. 2021, imposible evitar el comentario, ha empezado torcido, con insurrecciones bochornosas, históricas nevadas y el dichoso virus, como ya todos nos temíamos, desbocado. Hace unos días leí que la sonda Juno de la NASA había detectado señales de radio provenientes de Ganímedes, el más grande satélite de Júpiter. Me desilusionó algo, la verdad, que el origen fueran unos insulsos electrones y no alienígenas porque ya puestos lo habríamos petado, pero qué le vamos a hacer. Por cierto, hablando de la sonda Juno, los fans de Vangelis llevamos esperando desde el verano a que el griego publique de una santa vez un álbum (Juno to Jupiter) inspirado en la gesta espacial de dicha sonda, enviada al espacio para investigar la atmósfera del planeta, adonde llegó en 2016 tras 5 años de viaje. Las fotos tomadas por Juno son realmente espectaculares, aquí te dejo un video de la NASA que reproduce lo que sería un vuelo sobre Júpiter basado en dichas fotos, con música del propio Vangelis. Los afortunados que han podido escuchar los nuevos temas del autor de las BSO de Blade Runner, 1492, Chariots of Fire o Alejandro Magno (resulta que una tienda online se adelantó a la fecha oficial por uno de esos típicos errores de estos tiempos telemáticos para de inmediato retirarlo por exigencia de la discográfica, lo que no impidió que se vendieran algunas copias digitales), hablan de un álbum potente y lleno de sorpresas, haciendo honor al misterioso planeta, y en el que Vangelis renace, volviendo a sus orígenes más experimentales y jazzísticos sin olvidar el empaque clásico que le caracteriza (en el jovial álbum participa la soprano rumana Ángela Gheorghiu que en España, entre otras sonadas apariciones, se la recuerda por inaugurar el Palau de les Arts de Calatrava con la Carmen de Bizet). El caso es que tras tamaña metedura de pata, el lanzamiento parece pospuesto sine die, para desconsuelo de los seguidores del músico al que a punto estuvieron de derribarle su casa ateniense para que no entorpeciera las vistas del Partenón desde el museo de Tschumi. 

Pero no todo son malas noticias. Esta semana nos hemos venido arriba con un notición arquitectónico de impacto. Resulta que hemos conocido la espectacular lista de estudios arquitectónicos (todos ellos extranjeros) que han sido preseleccionados para intervenir el entorno de Azca, el distrito financiero de Madrid. La verdad es que falta le hace. Aunque a nosotros siempre nos gustó (nos trae además tiernos recuerdos de juventud), lo cierto es que tras años de descuido te daba la sensación de que en sus pasadizos te podías encontrar en cualquier momento a la salvaje pandilla de la Naranja Mecánica. Mi rincón favorito es el estanque cuadrado, cuando voy me da la sensación de estar en una peli futurista de serie B, pero resultona, sus ortogonales formas acaso imitando el enorme cuadrado de la supermanzana "A", de 19 hectáreas nada menos, para la que en 1954 Antonio Perpiñá diseñara "un centro cívico comercial de descongestión del centro histórico" (lo de la congestión me suena a Rem) con miesianos rascacielos inspirándose nada menos que en el Rockefeller Center, una Nueva York en miniatura en palabras ahora de Frampton (en Nueva York, capital del siglo XX). Hoy de neoyorquino Azca sólo tiene la torre Picasso, diseñada por Yamasaki, el arquitecto de las Torres Gemelas, y su impresionante trabajo de ingeniería subterránea: un nudo gordiano de túneles para los automóviles que deja su superficie expedita para el peatón. El caso es que los grandes propietarios instalados en la manzana (entre ellos, cómo no, El Corte Inglés) se han unido para darle nueva vida bajo el poético nombre de Renazca, y de paso "poner a Madrid en el mapa internacional". Vuelve el espectáculo, o sea. Según leo en Cinco Días, el objetivo es "parecerse al Meatpacking district neoyorquino" ; alguien tendría que explicar al esforzado periodista que Madrid ya tiene esa idea magníficamente desarrollada en el Matadero, y que nuestro High Line no es otro que Madrid Río, que nada tiene que envidiar al parque sobre los raíles de una antigua via ferroviaria elevada, convertido en nuevo must de la Gran Manzana. Decir también de paso que la mayor parte de los arquitectos tanto de la reconversión del Matadero madrileño como de Madrid Río han sido españoles. 

No es de extrañar por tanto que uno de los glamurosos estudios preseleccionados por Martha Thorne, a cargo del concurso de Renazca (Thorne es directora ejecutiva de los premios Pritzker, americana y residente en Madrid) sean precisamente  Diller Scofidio+Renfro, los autores de la High Line neoyorquina, que han replicado en Moscú y Londres. Por aquello de dar un premio de consolación a los sufridos arquitectos españoles, se ha obligado (como es habitual) a los estudios foráneos a trabajar con arquitectos de aquí. En este caso los elegidos son Fermín Vázquez y su estudio b720, que resulta que protagonizan el último AV. El estudio del madrileño es mayormente conocido por haber sido teloneros de otros arquitectos de más glamour (y carácter totalmente opuesto) en proyectos de envergadura, como la ampliación del Reina Sofía o la Torre Agbar con Jean Nouvel, o junto a Chipperfield, la Ciudad de la Justicia de Barcelona o el edificio Veles e Vents en Valencia (Ingersoll llega a compararlos a los negros literarios). En un artículo de nombre Áreas de intersección (nombre que haría las delicias de Fernández Mallo), Vázquez habla de estos trabajos de colaboración como un interesante ejercicio de "gimnasia proyectual", y nos deja una deslumbrante afirmación que paso con gozo a transcribir: "Cambiar la caligrafía es un excelente ejercicio para la muñeca, pero también lo es para el consciente y honrado entrenamiento de discursos justificativos no coincidentes". Destacar finalmente el brillante editorial que Fernández-Galiano dedica al estudio, en el que mezcla de manera sorprendente referentes tan inconexos como Descartes, Stanislawski y Melville (llama momento Bartleby - el "preferiría no hacerlo" del protagonista del cuentoa aquella vez en la que el estudio, en un inaudito arranque de modestia y profesionalidad, se salió del concurso para la torre Agbar aduciendo falta de suficiente información; más tarde acabarían colaborando con Nouvel para ese mismo proyecto). Confiemos en que si Diller & Co pretenden hacer una réplica descafeinada del High Line aquí como ya han hecho en Londres, en un descarado intento, lo dice Wainwright, de los promotores de rigor por revalorizar unos terrenos frente al Támesis (otros criticaron su famoso The Vessel como un intento de blanquear los Hudson Yards), Vázquez tenga otro de sus momentos Bartleby. 

Otro de los estudios seleccionados por Renazca es nada más y nada menos que OMA. No se puede pedir más morbo a un concurso que la participación del arquitecto más controvertido y provocador del orbe, el jupiterino Rem Koolhaas, quien aún no ha conseguido estrenarse en la piel de toro. Ganó el concurso para un auditorio en Córdoba, pero hasta la fecha es un proyecto nonato, y en la remodelación del Salón de Reinos del Prado su propuesta perdió frente a la de Foster. Llama poderosamente la atención su compañero de viaje: nada menos que Batlle i Roig, el estudio catalán que destaca por un exquisito orden miesiano y una sosegada elegancia (ver su intervención en Can Bisa, donde lo viejo y lo nuevo encajan como un guante de terciopelo, los equilibrados bloques de Viladecans o probablemente la depuradora más bella del mundo, en Vacarisses), rasgos que casan mal con la arquitectura errática y fragmentaria del de Róterdam. Pero ojo que el holandés no tiene un pelo de tonto y sabe a quién elige: El Jardín de la Metrópolis se llamó la tesis doctoral de Enric Batlle, y es que si algo caracteriza al estudio catalán es su empeño en fusionar arquitectura y paisaje, con una especial predilección por la jardinería (Jardineros y albañiles se titulaba el editorial que de nuevo Fernández- Galiano les dedicaba en un AV hace dos años): el primer proyecto que firmaron se llamó "Il Segretto Giardino", para un parque catalán. Ideales colaboradores pues para dar nueva vida a un jardín urbano. No olvidemos además que Koolhaas ha vuelto sus ojos al campo con el furor del converso y se nos ha resilvestrado, como ya demostró en la exposición que presentó el pasado año en el Guggenheim neoyorquino. Quién sabe si (nosotros somos de ficcionalizar la realidad, e incluso de friccionalizarla) la idea de escogerles se la dio a Rem ese mismo número de AV, que tiene como foto de portada su "hotel de insectos" e incluye propuestas como estas (del propio Batlle): "Los balcones, las cubiertas y las fachadas de nuestros edificios, así como las calles y las plazas de nuestras ciudades se pueden renaturalizar y conectar con los parques y jardines que tenemos y con los espacios agrícolas y naturales que todavía conservamos. Un nuevo paradigma, desde el mundo urbano, reivindica con fuerza los valores éticos y estéticos del mundo rural; la ciudad quiere ser campo, así como el campo quiere ser más ciudad". Nexo arquitectura acompaña también al equipo de Koolhaas, no muy lejos de Azca tienen ahora mismo en construcción las oficinas centrales del Metro de Madrid, una torre que se nos antoja muy holandesa. 

Hay nada menos que dos estudios neerlandeses más en la lista de Thorne: los siempre imaginativos MVRDV (presentes ya en Madrid con el edificio Mirador), junto al estudio GRAS, y West-8, expertos en paisajismo que ya participaron en Madrid Río. Les acompañan Porras Guadiana arquitectos, con los que ya colaboraron en el el proyecto del Manzanares, seguro que has utilizado alguna vez uno de sus simpáticos mini-puntos limpios. Cierra la lista el británico Thomas Heatherwick, al que le va el showbusiness más que a nadie. Su Vessel, otra chuche arquitectónica compañera de The Shed de Diller Scofidio+Renfro en Hudson Yards dio que hablar, y no siempre para bien: tú mismo. Vertiginoso su museo para Ciudad del Cabo, no te lo pierdas si lo tuyo son las emociones fuertes.Trabajarán con CLK, estudio madrileño muy activo en Rusia fundado por Joaquín Vaquero Ibáñez, familia de Vaquero Palacios y Vaquero Turcios, el autor del monumento al descubrimiento de América en la madrileña plaza de Colón (que también por cierto está pidiendo a gritos una intervención). 

Nos vamos ya. ¿Quién se llevará el gato al agua y firmará el renacimiento de Azca? Habrá que ver los proyectos (esperemos se hagan públicos), pero teniendo en cuenta la vocación neoyorquina de la supermanzana A ya desde sus inicios mucho nos tememos que Diller parte con ventaja. ¡Vuelve, Mies! 


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