domingo, 18 de septiembre de 2016

Y van 64



"Independientemente del estado de ánimo, el subidón es transparente cada vez que llego a esta preciosa ciudad. La tensión desciende placenteramente: si ha salido un sol razonable, es fantástica, pero si cae un diluvio y el mar ruge, aún es mejor; la melancolía y la hipnosis que provoca algo tan inclemente como ver llover tiene efectos curativos en mi caso. Únase esto al terrible y metafísico dilema de tener que elegir un restaurante o un bar excelente cada noche para que tu sentido gastronómico se alborote y reencontrarte con amigos de siempre para percibir la llegada de la euforia. ¿Y el cine, que es la presunta y más trascendente razón para aterrizar aquí a mediados de septiembre durante más de 30 años?...." (Carlos Boyero, Ganan los buenos. Pues qué bien en El País de ayer)

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