sábado, 15 de septiembre de 2012

El músculo, la grasa y la no arquitectura



Enrique Encabo ha dicho en la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU) celebrada este año en Cádiz que los arquitectos son músculo, no grasa. El argentino Ramón Gutiérrez por su parte se queja de que en la otra gran Bienal de Arquitectura (la de Venecia), que curiosamente se celebra también casi a la par que la Iberoamericana, "el 80% de las intervenciones deberían estar en una feria de arte. O de vanidades" y se está premiando la no arquitectura (lee el artículo completo aquí). Cuesta creerlo en una bienal dirigida este año por el fibroso (arquitectónicamente hablando) Chipperfield y que lleva como título Common Ground, de hecho así lo ha entendido gran parte de la prensa, que destaca la austeridad y el alejamiento de la arquitectura espectáculo como objetivos de la bienal veneciana. Este artículo  de The Telegraph, por ejemplo, arranca con la que considera la más poignant (dolorosa) de las exposiciones de la bienal, Spain Mon Amour, que muestra a un puñado de estudiantes de arquitectura vestidos de blanco nuclear con caretas carnavalescas portando maquetas de edificios significativos recientes de nuestro país pero sugiriendo también que la fiesta terminó y les va a tocar enfrentarse a un futuro profesional sombrío. Es cierto que Foster o Hadid tienen también sus propias exhibiciones glamurosas, pero más parece la guinda de un pastel light que otra cosa.

Hablando de Hadid, la arquitecta angloiraquí tiene en esa delicatessen artística que es la sala de exposiciones de Ivorypress en Madrid una exposición de cuadros y objetos diseñados por ella (en las fotos). No arquitectura, grasa exquisita, ambientes gélidos, la exposición me recordó al atrezzo de un improbable remake de aquella serie de ciencia ficción de mi adolescencia, Espacio 1999, que nos tenía encandilados.

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