viernes, 18 de mayo de 2012

La casa Usher jienense


"Contemplé la escena que tenía ante mí -la casa, el simple paisaje de la parcela, los muros descarnados, las ventanas como ojos vacíos, unas junqueras fétidas y los pocos troncos de árboles agostados- con una fuerte depresión de ánimo, que sólo puedo comparar, como sensación terrena, al despertar del fumador de opio, al amargo transcurrir del tiempo cotidiano, al horrible descorrerse del velo. Era una frialdad, un decaimiento, un malestar del corazón, una irremediable tristeza mental que ningún acicate de la imaginación podía desviar hacia ninguna forma de lo sublime. ¿Qué era, me detuve a pensar, qué era lo que me desalentaba tanto al contemplar la Casa Usher?" (Edgar A.Poe La caída de la casa Usher)


La de la foto podría ser una versión patria de la casa Usher. Es un edificio de Rafael Moneo nada menos que languidece en Jaén. El cubo vaciado (en realidad tiene forma rectangular), es de una sobria belleza zen (con la que contrasta, todo sea dicho, la rancia tipografía de la letras del dintel, que desprenden un tufo a posguerra que echa para atrás), y alojó a la delegación del Banco de España en la ciudad andaluza desde 1988 hasta 2004. Lleva desde entonces vacío y en estado de abandono, su fachada está adornada por pintadas y la parcela que lo rodea a menudo parece un estercolero. Varios intentos de reconvertir el inmueble en comisaría, biblioteca, casa de la cultura o conservatorio de música han fracasado sucesivamente. La falta de entendimiento entre la administracíon central, dueña del edificio, y la autonómica (más ahora con distintos partidos al frente de cada una), parece ser la causa principal de esta situación. El edificio es también triste metáfora de nuestro sistema financiero, en la picota con la prima de riesgo remontando los 500 puntos tras el horrible descorrerse del velo de Bankia (la hasta ayer torre Caja Madrid de Foster puede acabar también zombificada, tendría bemoles siendo la torre más alta de España). El edificio zombi de Moneo también puede recordar al descrédito de nuestro banco nacional, ahora que el estado se ve obligado a contratar a sendos auditores independientes (anglos) para investigar nuestros bancos, compañías que nos darán la puntilla, sí, pero con flema e in style. El Banco de España, vaciado (como el cubo de su sucursal jienense) de su función primordial. ¿Primer paso hacia la famosa intervención? A ver cómo acaba el relato de Poe:


"De aquel aposento, de aquella mansión huí aterrado. Afuera seguía la tormenta en toda su ira cuando me encontré cruzando la vieja avenida. De pronto surgió en el sendero una luz extraña y me volví para ver de dónde podía salir fulgor tan insólito, pues la vasta casa y sus sombras quedaban solas a mis espaldas. El resplandor venía de la luna llena, roja como la sangre, que brillaba ahora a través de aquella grieta casi imperceptible dibujada en zig-zag desde el tejado del edificio hasta la base. Mientras la contemplaba, la fisura se ensanchó rápidamente, pasó un furioso soplo del torbellino, todo el disco del satélite irrumpió de pronto ante mis ojos y mi espíritu vaciló al ver desmoronarse los poderosos muros, y hubo un largo y tumultuoso clamor como la voz de mil torrentes, y a mis pies el profundo y corrompido estanque se cerró sombrío, silencioso, sobre los restos de la Casa Usher".

Válgame. No podemos acabar así la entrada. Otro final es posible para la ruinosa casa, pensemos cómo Herzog y De Meuron hacen maravillas a partir de inmuebles en plena decadencia. Así, la vetusta estación eléctrica, de dudoso valor arquitectónico, que decidieron perpetuar para el Caixafórum madrileño manteniendo su fachada pero recreando su interior y su estructura superior, todo un ejemplo de respeto al pasado. Es tiempo de arquitectos reparadores.



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