Lo dice Martin Lejarraga, arquitecto bermeotarra con estudio en Cartagena, quien también equipara la arquitectura con un "cóctel molotov". Ciertamente con su actitud inciendiaria ha cambiado (y está cambiando) la imagen de Cartagena con diseños tan futuristas como su ascensor panorámico de la calle Gisbert:
Quién sabe si Lejarraga fue el que metió el gusanillo arquitectónico en la ciudad, en la que se acaban de estrenar (o están a punto de estrenarse) proyectos de arquitectos como Moneo, Vázquez Consuegra o Selgas Cano. Este año ha sido incluido en el directorio de Wallpaper como uno de los 30 arquitectos jóvenes más prometedores, su casa para un pintor y dos gatos también en Cartagena ha sido finalista de la X Bienal de arquitectura española y su biblioteca y parque en Torre Pacheco (Murcia), una colorista intervención topográfica al estilo Zaera, ha sido nominado para los Mies:
En Torre Pacheco ha gustado tanto que ya está construyendo un colegio. También está en construcción un auditorio suyo en Puerto Lumbreras. Lejarraga sigue incendiando Murcia...
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