lunes, 26 de agosto de 2024

Life Electric

 



Life electric es el nombre de la escultura de Libeskind en honor a Alessandro Volta en Como. Sí, ya sé que te hablé de ello en la entrada anterior pero no esperes aquí una narrativa lineal y ordenada (hoy especialmente, me ha quedado un engrudo incomible por momentos). Y es que nosotros, posmodernos muy a nuestro pesar, gustamos de relatos deconstruidos en espiral (si policéntrica mejor), así que iremos y volveremos, subiremos y bajaremos en vertiginosas vueltas y bandazos mezclando espacio y tiempo sin solución de continuidad, te lo digo porque si eres riguroso cartesiano puedes acabar descompuesto, cuando menos avisado quedas. Se me ocurre que si escucharas de fondo el álbum Electric de los Pet Shop Boys podría igual ayudarte a sobrellevar el trago, no sé, prueba a ver


Y es que Como y sus combativos hijos no pudieron ser más eléctricos (la ciudad lo sigue siendo, hace unos días se celebraba un campeonato de lanchas eléctricas en el famoso lago, uno de los equipos patrocinado por Rafa Nadal: fíjate aquí quién es su promotor, a ver si te suena). La foto de hoy, que no representa la escultura de Libeskind (ya empezamos a dislocar), es el también referenciado monumento a los caídos de Terragni basado en un diseño de Sant'Elia. Volvamos por un momento al aguerrido futurista, que nos tiene obnubilados. Observa la cita que puede leerse en la base del monumento: "Stanotte si dorme a Trieste o in paradiso con gli eroi”, acompañado de su nombre y la fecha de su muerte en el frente, al parecer la pronunció el día que cayó en combate. El arquitecto, tan virulento en la batalla como en sus escritos, guerrero romántico acaso heredero de Byron o Torrijos, fue enterrado en un cementerio que él mismo acababa de diseñar cerca del frente (paradójico encargo para un futurista, siempre obsesionado por el movimiento, erigir un camposanto), más tarde sus restos serían inhumados en Como. Una pizca de historia ahora si me lo permites. Trieste devino obsesión para los italianos en la Primera Guerra Mundial, tras numerosas ofensivas consigueron arrebatársela a los austrohúngaros, que también la defendían con denuedo al tratarse de la única salida al mar del imperio. Tras la Segunda Guerra Mundial Italia perdería parte de los terrenos conquistados entonces (el Carso, que no es otra cosa que el Karst germánico, zona de rocas porosas que daría nombre al término geológico, en la otra cara del monumento puede leerse:"La cittá esalta con le pietre del Carso la gloria del suoi figli")
 y Trieste quedaría en una especie de limbo territorial con estatus de "ciudad internacional" para finalmente volver a ser italiana. Terragni por cierto tuvo ocasión de hacer su propio monumento a los caídos en Erba, muy cerca de Como, considerado por muchos, según Saggio, el primer monumento "moderno" de esta índole hecho en Italia, "una cascata lapidea che dalla sommità della collina erompe a valle" (fotos). Volviendo al monumento de Como decir que tiene justo al lado un rival considerable, el Tempio Voltiano en honor a Volta levantado en 1928 en estilo palladiano por Federico Frigerio apenas cinco años antes que el inspirado por Sant´Elia (decir como curiosidad que Frigerio y Terragni se enzarzaron en encendido debate durante la restauración que el primero realizaba de la cúpula de la catedral de Como, obra de Filippo Juvarra -te sonará, es el starchitect del XVIII autor de la fachada principal de Palacio de la Granja y de los primeros bocetos del actual Palacio Real madrileño que debieron concluir sus discípulos Sachetti y Sabatini tras su repentina muerte, en Madrid precisamente). El debate está servido: ¿cuál de los dos, el moderno de Terragni/Sant'Elia o el clásico de Frigerio, cumple mejor como monumento? A la modernidad nunca se le dio bien diseñarlos y este puede resultar "artificial" (como afirma mi contraria, amante y estudiosa del arte que se quedó en las Vanguardias), a mí personalmente lo que me parece artificial es que bien entrado el siglo XX se siga construyendo como se hacía cuatro siglos atrás, como si nada hubiera pasado (una guerra mundial salvaje sin ir más lejos): "Cuanto más horrible es el mundo, más abstracto es nuestro arte" que decía Klee. Y es un monumento que, pese a su muda abstracción, sigue "activo", no ha quedado en el olvido como tantos otros que ya ni sabemos lo que evocan. En junio se generó una polémica importante ya que se programó un espectáculo de "danza vertical" sobre el mismo, lo que provocó la airada protesta de políticos locales por lo sensible del emplazamiento. 

Efectivamente Terragni junto a seis colegas (el Gruppo 7, Adalberto Libera entre ellos) ofrecieron pronto, nada más acabar sus estudios, las claves de una nueva forma de sentir la arquitectura inspiradas por Vers une architecture. En cuatro artículos publicados en Rassegna Italiana entre 1926 y 1927 hablan de la necesidad de un "spirito nuovo" que muestre "una stretta aderenza alla logica, alla razionalità" pero al mismo tiempo reclaman una vuelta al orden tras la "sistematica distruzione del passato" que tan furiosamente como veíamos en la anterior entrada defendían los futuristas con Sant´Elia a la cabeza. Así, llama la atención su crítica a la casa Schröder (la que, paradójicamente, Banham comparó con la casa Giuliani-Frigerio), como una "scenografia per balleto meccanico" en clara alusión a Léger, y el último artículo lleva como revelador título Una nuova epoca arcaica: " Algunos predecesores nuestros, refiriéndose al futuro, predicaron la destrucción en favor de un falso algo nuevo. Otros, refiriéndose al pasado, creyeron salvarse con un retorno a lo clásico. Nosotros queremos únicamente, exclusivamente, exactamente, pertenecer a nuestro tiempo, y nuestro arte quiere ser el arte que nuestro tiempo requiere" (aquí tienes, en español, el texto del primero de estos artículos y puedes también ver el logo del grupo, con un potente 7 que con cierta imaginación puede hacer referencia a un eléctrico rayo comasco). 

Creo que ya te he torturado bastante por hoy. Me despido como siempre pero más que nunca agradecido por tu inmensa paciencia, en la próxima entrega rematamos, a ser posible (lo dudo) mejor estructurados. 

lunes, 19 de agosto de 2024

Arquitectura como profecía

 


Pues sí, era Como, la capital de la arquitectura racionalista italiana, y el edificio del que te traía fotos la casa Giuliani-Frigerio de Giuseppe Terragni, máximo exponente del movimiento en su país a pesar de una carrera de poco más de 13 años que como veíamos quedó abruptamente interrumpida por culpa de la Segunda Guerra Mundial, en la que combatió primero en los Balcanes y luego, durante 16 duros meses, en el frente ruso antes de ser licenciado. Me resultó emocionante ver en vivo y en directo su obra ya que me había dejado impactado una magnífica exposición celebrada años ha en las Arquerías de Nuevos Ministerios sobre el italiano (recuerdo especialmente una enorme maqueta del Novocomum, el edificio que como te señalaba se valoró derribar por lo novedoso de sus formas). Pero deja que antes de entrar en harina te resuelva los pequeños enigmas que te proponía en la anterior entrada. En Como -cuando aún era Comum- nacieron también Plinio el Viejo, quien murió en la erupción del Vesubio, y su sobrino Plinio el Joven, gracias al que conocemos su vida, ambos tienen calle y escultura en la fachada del Duomo de la ciudad. Ya en el siglo XX te comentaba de un arquitecto también nativo de la ciudad de poca obra erigida y de nuevo brevísima carrera (igualmente interrumpida por la guerra) pero gran influencia teórica, Antonio Sant´Elia, adalid del futurismo en arquitectura, creador de potentes dibujos que imaginaban la Milán del año 2000 con una estética rompedora de inspiración maquinista e industrial y autor del virulento Manifesto dell´archittectura futurista de 1914 que, partiendo del que cuatro años antes había elaborado Marinetti, incluye postulados que recogerán, a un nivel menos beligerante, los arquitectos racionalistas, te escojo un par para que veas cómo se las gastaba el caballero: "La nueva belleza del cemento y del hierro se profana con la aplicación de carnavalescas incrustaciones decorativas, que no están justificadas ni por las necesidades constructivas, ni por nuestro gusto y que tienen sus orígenes en la antiguedad egipcia, india y bizantina y en ese desconcertante florecimiento de idioteces e impotencia que tomó el nombre de NEOCLASICISMO". (...) Esta es la suprema imbecilidad de la arquitectura moderna que se repite gracias a la complicidad mercantil de las academias, exilios forzosos de la inteligencia, donde se obliga a los jóvenes a la onanística copia de los modelos clásicos en lugar de abrir de par en par sus mentes a la búsqueda de los límites y a la solución de un nuevo e imperioso problema: La Casa y la Ciudad Futurista. La casa y la ciudad material espiritualmente nuestras, en las cuales nuestro tumulto pueda desarrollarse sin parecer un grotesco anacronismo". Puede recordar al manifiesto de Aizpurua que te mencionaba recientemente ("¿Cuándo habrá arquitectura?"), quien tanto en recorrido vital como profesional tiene mucho en común con Terragni. Es curioso pero la máquina hace también presencia en los llamados maestri comacini, gremio de contructores, albañiles y artistas medievales de la zona (en la preciosa iglesia local de Sant' Abbondio, de románico lombardo, han dejado buena muestra de su trabajo), siempre se pensó que el término comacini provenía de Como pero teniendo en cuenta que el gentilicio de la ciudad es comasco, hay estudiosos que prefieren asociar el adjetivo a una etimilogía procedente de "cum machinis", refiriéndose a los andamios y demás aparatajes utilizados por estos constructores, precusores lejanos de los afanes maquinistas de Sant' Elia. Por cierto que en Como tiene el futurista una de las poquísimas obras que en parte está basada en uno de los dibujos para su Cittá Nuova, se trata del monumento a los caídos en la Primera Guerra Mundial (él uno de ellos) para el que el propio Terragni había presentado un proyecto. Desestimado por la intervención de Marinetti, que sugirió se utilizara un diseño de Sant´Elia, sería paradójicamente el autor de la Casa del Fascio el que llevaría a cabo el monumento cuando su hermano Attilio, ingeniero al que tras varias vicisitudes se había encargado la obra, recurrió a él. A Giuseppe debió resultarle difícil plasmar las líneas futuristas de su colega comasco sin traicionar sus propias raíces racionalistas, mucho más sobrias, y las propias reticencias del municipio, que al final dio por buena una versión descafeinada, descartando dos potentes luminarias en lo alto de la construcción tal y como aparecían el dibujo de Sant`Elia y que, en interesante dos por uno, habrían hecho también referencia al hijo más querido de la ciudad.  

Sí, el verdadero local hero de Como no es otro que Alessandro Volta, inventor de la pila allá por 1799 (se conserva una en un templete construido en su honor en 1928 en estilo palladiano desoyendo el airado manifiesto de Sant' Elia, eso sí, su Monumento ai Caduti está, desafiante, justo al lado en brutal contraste) y al que debemos términos como voltio o voltaje. Acaso el primer futurista, la ciudad le dedica su mejor plaza con rimbombante estatua, faro en lo alto del monte de Brunate y como te decía curiosa escultura de Daniel Libeskind, de profesión sus tremendas deconstrucciones, que de vez en cuando nos sorprende con estos alardes artísticos. La obra está dedicada a la tensión eléctrica provocada entre dos polos contrarios; también te comentaba que en Almería tenía otra escultura, trabajo que le encargó la española Cosentino, y que lleva por título Beyond The Wall, que aquí encajaría a la perfección pues ir más allá de las paredes es uno de los mayores afanes a los que se dedica Terragni en sus obras comascas, horadar sin descanso el cubo moderno descomponiéndolo de todas las maneras posibles (y sin embargo manteniendo su forma), algo que como te mencionaba dejó impactado a Eisenman tras el descubrimiento de Como en los 60; el arquitecto de la Cidade da Cultura de Santiago es otro deconstructivista que acaso descubrió en Terragni el tortuoso camino a la deconstrucción (le dedicó un potente libro en cuya portada pueden verse las perforadas axonometrías de la Giuliani-Frigerio y la Casa del Fascio). Si me permites volver brevemente a Libeskind apuntaré como curiosidad que presentó en primicia la escultura almeriense en Milán nada menos, que queda muy cerca de Como, y en la capital lombarda tiene original grattacielo, el conocido como Il Curvo para el que dijo haberse inspirado en la Piedad Rondanini de Miguel Ángel, uno de los musts de la ciudad. Nunca dejará de sorprenderme que los deconstructivistas más fieros, que pasan del contexto olímpicamente (o directamente lo destrozan con ahínco), hablen de influencias formales del entorno para justificar los diseños de sus edificios.  

La magnífica librería comasca Plinio il Vecchio tiene un estante completo dedicado a la obra de Terragni. Compré Giuseppe Terragni. Una biografia critica de Antonino Saggio (no, no me he olvidado de las tildes, está, ovvio, en italiano, entiendo un 40% aprox. pero menos es nada) dado que era el más reciente e incluye un contributo de Eisenman, fechado en 2022, en el que habla de su descubrimiento de Terragni, primero gracias a Colin St John, quien le prestó un libro de Alberto Sartoris (buen amigo de Terragni) donde se incluían fotos de sus edificios y después gracias al insigne crítico y profesor Colin Rowe, quien le llevó en peregrinazione estive en julio del 61 por Europa en un Volkswagen Escarabajo conducido por él mientras Rowe le iba leyendo en voz alta. Cuando estaban llegando a la Casa del Fascio, Colin, inglés perdidamente enamorado de Italia donde acabaría tras la jubilación (acaso no hay amor más intenso por un país que el del hijo adoptivo, así Zóbel con España o Pevsner con Inglaterra), le avisó de que la visión que estaba a punto de contemplar iba a convertirse en su Epifanía. Y así fue: "La mia vita archittectonica è segnata da quel giorno, vi è un "prima" e un "doppo" Como". Terragni, al contrario que sus compatriotas, solo tiene en la ciudad un recoleto piazzolo al lado del que fuera su despacho, en el palacete familiar. Sobre el alto muro (en la foto de hoy) que rodea la propiedad, ya ajado, un lema que reza: "Dove Giuseppe Terragni (1904-1943) visse l´archittetura come profezia" colocado allí en el 25 aniversario de su muerte, el mismo año que Bruno Zevi organiza un congreso en Como sobre él y recoge en su revista un número monográfico que presenta por primera vez toda su obra. La lacra fascista, que había obligado a Zevi a hacer malabarismos para defender su obra, empieza a olvidarse (en 1956 la Casa del Fascio estuvo a punto de ser demolida pero un movimiento popular lo impidió como recuerda Fernández-Galiano), a lo que ayuda sin duda el interés ya comentado por el arquitecto comasco en el mundo anglosajón. Como te percibo ya fatigado, si te parece lo dejamos aquí, en una próxima entrada te cuento alguna cosa más. 

miércoles, 7 de agosto de 2024

Abstracciones (9)

 


Pues ya estamos otra vez con adivinanza, qué pesadez. A ver si te suena el edificio, el último de un arquitecto que además tuvo que acabar a distancia. Lo pudo ver terminado pero sus ojos ya eran otros. Acaso la visión de su proyecto finalizado espantara por un momento los fantasmas que poco después lograron acabar con su vida. Muy famoso el inmueble no es, pero atrajo la atención de críticos de postín. Banham lo comparó a la casa Schröder y a Eisenman le encandiló su descoyuntada sección. 

Como te percibo algo perdido, voy a darte un par de pistas más. El edificio se encuentra en una ciudad eléctrica que luce escultura sobre el tema diseñada muy apropiadamente por un arquitecto experto en tensiones varias (tiene otra en Almería, aunque esta no invoca a la electricidad). Nuestra ciudad vio nacer a ilustres personajes, uno de ellos arquitecto, que en su mayoría terminaron sus vidas de manera trágica. Así un ilustre naturalista, soldado y estudioso que se aproximó demasiado a un famoso volcán en espantosa erupción y murió asfixiado por sus emanaciones tóxicas. El arquitecto por su parte construyó poco pero sus ideas y dibujos inspiraron a muchos, la muerte le sorprendió agazapada en una trinchera enemiga en 1916. El autor del edificio que hoy nos ocupa no nació en esta ciudad pero aquí estudió y murió al poco de combatir a su vez en terrible guerra de la que volvió enajenado. Tiene aquí varios edificios de valiente abstracción, uno de ellos, que se encuentra para más inri junto a otro de pastelero diseño, fue tan polémico que se debatió en el municipio su posible demolición (además el caballero había hecho trampa: presentó unos planos convencionales para su aprobación y luego hizo lo que le vino en gana). Otro devino icono racionalista. Como con estas pistas no seas capaz de descifrar la adivinanza de hoy tendremos que ponerte un negativo. Te subo más fotos y me despido hasta nueva ocasión.