sábado, 14 de diciembre de 2019

Arquitectura parlamento

Jaque mate a Mies
"El desafío que asumimos en nuestro trabajo consiste en explorar cómo desarrollar una arquitectura de anfitrionazgos, el diseño de dispositivos materiales que permitan restituir sin consenso el día a día, como un ensamblaje de actores diferentes que no liman sus asperezas. Una constitución de humanos y no humanos, de generaciones presentes y otras por venir, de lo hortera, lo cursi y lo afectado, junto con lo austero y lo optimizado. Una arquitectura parlamento que, en lugar de garantizar la supervivencia de lo mejor o de lo normativo, lo haga de aquello desposeído de prestigio, de lo subversivo y lo repulsivo, y que, en lugar de eliminar las disputas -lo que solo puede ocurrir por simplificación, control e imposición-, medie en ellas y construya una cotidianeidad problemática.

(...) Durante un tiempo se ha pensado que la arquitectura debía fabricar nuevos territorios, nuevos espacios, nuevas realidades desde cero; sin embargo, en mi opinión, la reinvención depende de la capacidad de rearticular los parentescos entre los fragmentos de realidad ya existentes que podemos llegar a detectar y movilizar. Colocar en primer plano, en el mundo de las cosas que importan, lo que antes permanecía en la marginalidad, y relacionarlo, con garantías, con lo que ya estaba allí instalado. La democracia parece ser el marco en el que, en lugar de buscar la optimización de los procesos colectivos, se construye un espacio para la simultaneidad y la coexistencia de lo diferente. La arquitectura es en estos momentos más política que científica, y en lugar de optimizar, creo que es el momento de construir simultaneidad". (Andrés Jaque, Mies y la gata Niebla. Ensayos sobre arquitectura y cosmopolítica. En la foto, el restaurante Run Run Run diseñado por Jaque).

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