domingo, 24 de marzo de 2019

Antimonumentos

Haz memoria
Cincuenta años antes que Piano y Rogers pretendieran hacer un antimonumento con su Pompidou parisino (así lo declaraba el propio Piano en una reciente entrevista en El Mundo), hubo un arquitecto español al que se le encomendó levantara un monumento conmemorativo a un pintor y fíjate con lo que salió. La prensa local, con mucha retranca, alegó que no diría nada del monumento hasta que lo desembalaran. Su iconoclasta arquitecto se dedicaría a "predicar la buena nueva del Norte" (como dijo Giménez Caballero) con inusitada energía en diferentes conferencias, como la que pronunció en el Ateneo Guipuzcoano el 21 de mayo de 1928 en San Sebastián (poco después de que Le Corbusier hiciera lo propio en la Residencia de Estudiantes de Madrid), donde arremetería contra el "falso culto a lo viejo" y la "ausencia de razón" de los edificios de la época, como el madrileño Palacio de Comunicaciones de Palacios y Otamendi (hoy ayuntamiento) señalando que el dinero que se gastó en su fastuosa fachada bien podría haberse utilizado en crear más estafetas y mejorar el sueldo de los carteros. No, no es Aizpurúa, aunque le imaginamos escuchando con arrobo en primera fila. Te toca hacer memoria y averiguar de qué monumento (obviamente fallido, ya nadie lo recuerda como tal y tiene otro uso) se trata y quién fue el apóstol de la modernidad al que se le ocurrió.


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