domingo, 30 de marzo de 2014

La escuela de papel



Se trata de una escuela temporal levantada en Chengdu (China) tras un terremoto. La estructura está hecha a base de cartón, seña de identidad de Shigeru Ban, el nuevo Pritzker (séptimo japonés en lograr el premio), quizá el arquitecto más preocupado por la dimensión social de la arquitectura y su función primordial de proteger, especialmente tras grandes desastres naturales. Ban ha creado con papel hasta una iglesia en Nueva Zelanda:




En Madrid recientemente construyó un pabellón de papel reciclado que fue ensamblado por estudiantes de arquitectura:


Uno de sus trabajos más espectaculares es este club de golf en Corea:


Aunque su obra más famosa (y quizá la de belleza más distraida) es esta sucursal del Pompidou en Metz (Francia) :


En su "Casa Desnuda" en Japón, las habitaciones, montadas sobre ruedas, pueden moverse libremente por el interior de la vivienda. Su dueño quería una casa donde los miembros de la familia no pudieran esconderse unos de otros:


Esta lujosa villa en Sri Lanka es una reseñable excepción en la carrera del japonés:



En fin, que tras perder los papeles con la burbuja, la arquitectura vuelve a premiar a arquitectos que trabajan por recuperar el papel esencial de la disciplina. Ban, que de pequeño quería ser carpintero, decidió dedicarse a la arquitectura cuando a la edad de 11 años su maestro propuso a la clase hacer un diseño de una casa. La de Shigeru fue elegida como la mejor. En los 90, tras la crisis humanitaria de Ruanda y el terremoto de Kobe, comenzó su concienciación con las víctimas de catástrofes creando la ONG VAN (Voluntary Architects´ Network) y desarrollando en la estela de Prouvé o Fuller una dimensión política de la arquitectura. Su novedoso uso del papel como material constructivo lo explica en clave oriental: "Aprendí que la duración de un edificio no tiene que ver con la fortaleza de los materiales con que está construido: el hormigón puede ser destruido por un terremoto, y el papel, sobrevivir a ese mismo terremoto". Su modestia y un discurso sencillo y directo ("mientras estudiaba arquitectura me daba cuenta de que no trabajábamos para la sociedad. Solo lo hacíamos para la gente privilegiada. Pensé que era una pena") le aleja del arquitecto estrella. Ban no va ni de iluminado revolucionario, ni de artista, ni de artesano, es un arquitecto social, ni más ni menos. Como ha dicho Tom Pritzker, presidente de la fundación Hyatt que otorga el premio, Ban ha hecho de nuestro mundo un lugar mejor.

Fotos de otros trabajos aquí. Te enlazo también a una entrevista.

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