domingo, 28 de julio de 2013

Pesadillas entrópicas


"Al igual que en el pasado las ruinas clásicas ocuparon un lugar privilegiado en el imaginario poético y emblemático de los pensadores, pintores y eruditos, en la actualidad los vetustos complejos industriales están marcados por un halo de melancólica añoranza por lo pretérito. Las viejas y desafectadas fábricas y minas de carbón, los enormes altos hornos y los arruinados tinglados industriales constituyen un paisaje industrial en el que la naturaleza mancillada y torturada está impregnada por el recuerdo del sufrimiento y del esfuerzo inmenso llevado a cabo en aras de la producción por los humanos.(...) Las fábricas y las máquinas inútiles de la arqueologia industrial, herrumbrosas, quietas y olvidadas son como las imágenes cadavéricas de la vanitas, como emblemas fúnebres que, con su siniestra belleza, nos hacen saber que el esfuerzo y las obras de los titanes, un día esplendorosas y plenas de vida y fuerza, pueden quedar reducidas a la nada".(Antonio Bonet Correa, Arquitecturas singulares. Ingeniería y arqueología industrial). 

"La capital del nuevo planeta -la que, quiero decir, acabará consigo misma- es por supuesto Detroit. Me dí cuenta en el preciso momento en que llegué.(...) No sospecharías que podría existir eso que llamamos alma si fueras a Detroit. Todo es demasiado nuevo, demasiado logrado, demasiado brillante, demasiado implacable. Las almas no crecen en las fábricas. En las fábricas se mata a las almas, incluso a las más miserables". (Henry Miller, La pesadilla de aire acondicionado, 1945)

Fotografía de Detroit por Andrew Moore.

No hay comentarios:

Publicar un comentario