martes, 9 de octubre de 2012

Las cosas de Curtis



El critico inglés William J.R. Curtis ha visitado Valencia para dar una conferencia sobre Kahn. Pero sabiendo que el tema no iba a dar titulares al final se dedicó a dar caña a Calatrava y a su Ciudad de las Artes y las Ciencias y consiguió el ruido mediático que posiblemente deseaba (titular del artículo de El País: Contra el "ruido visual" de Calatrava). El ruido llama al ruido ¿Y qué harían los críticos sin él? Los argumentos de Curtis ya los conocemos desde hace tiempo. Ha vuelto a hablar del techno-kitsch para referirse a la obra de Calatrava, aunque esta vez no se ha referido al urbanismo viagra, otra de sus célebres etiquetas, y es que estamos para pocas bromas, conviene no pasarse. En todo caso, los starchcritics necesitan de los starchitects -incluso cuando están de capa caída- como caja de resonancia. Cansado de tanto palo y tentetieso a los arquitectos, mira, yo reivindico la traca valenciana frente al silencio de los cementerios.

Por lo demás hay un dato en el artículo que no entiendo. Curtis, hablando del complejo de Calatrava, señala, entre otras muchas quejas: "Fíjese en esos pilares, con sus formas curvas. Es una idea puramente formalista. Se impone una forma sin resolver su funcionamiento. Todo aquí es retórico". Un poco más abajo, quizá para honrar a la ciudad que le invita, alaba la profunda y extraordinaria arquitectura de la bella Lonja gótica de Valencia, en concreto su escalera de caracol y sus columnas en espiral (primera foto). Y yo me pregunto qué diferencia hay que haga tan execrable al primero y tan magnífica a la segunda. Ambas son arquitecturas realizadas para agradar a la vista, para impresionar con su técnica. Se dice que la fabulosa torre Chicago Spire del valenciano (que iba a tener 600 metros y que finalmente encalló por la crisis) estaba basada precisamente en esas columnas góticas. ¿Le habría gustado a Curtis?


No hay comentarios:

Publicar un comentario