sábado, 14 de abril de 2012

Dopajes


"Muchos museos, muchas universidades, muchos catedráticos y auditorios nacidos estos años y convertidos en signos de un vertiginoso desarrollo socio-cultural, han unido al despilfarro la vacuidad y la corrupción a su máscara. Ahora, no obstante, se ve que tras esa carcasa muchas de esas edificaciones, físicas y no físicas, van cayendo a pedazos. Bien porque fueron construidas de arena, bien porque fueron abandonadas sin apuntalar(...). En suma, al hecho de una cultura que necesitaba albergues para hacerse mejor se ha respondido con la farsa de grandes contenedores sin vida interior. ¿Cómo no esperar que su resistencia a la crisis fuera tan débil y, en ocasiones, igual a cero?
Hay drogas que diseñan impresionantes atletas pero fundamentalmente sus músculos no son el efecto de proteínas dosificadas sino de esteroides que acrecientan pronto la masa muscular. Y la envenenan. Esta viene a ser la fábula de Zapatero y de Rajoy. Los deportes nos llevan a la Champions League , al mundial de baloncesto y a la final de la Copa Davis pero sus merecimientos despiertan recelos en medio mundo. Porque si España en tantos asuntos ha crecido con drogas (anfetas especulativas, chutes de la Unión Europea, supositorios megalómanos) ¿cómo no deducir —aun falsamente— que los éxitos deportivos, desde el fútbol al waterpolo, son partes del omnipresente doping nacional? Universidades, aeropuertos, museos o auditorios inspirados en el culturismo y no en la cultura. Grandes pero no fuertes, gigantes con pies de barro, idóneos para ser derribados y, en ciertos casos, hasta por el menor temblor". (Vicente Verdú, Drogas que hacen creer en el más allá, en El País.)

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