Heinrich Helfenstein hizo unas fotografías muy bellas del atrio, pero, contrariamente a mi relato del lugar, las hizo en un día festivo.
En esas fotografías, el patio luminoso y las galerías superiores están completamente vacíos; el edificio no está habitado, y es difícil entender cómo pudiera estarlo; en realidad Helfenstein rechazó representar tanto la pureza como como la vida del edificio. Él captó su disponibilidad a ser vivido. Esas fotografías están en suspenso en relación con la vida que el edificio podía contener, y solo observando esta suspensión he visto con claridad las palmeras del patio acristalado y he asociado todo esto al sentido que tiene un invernadero, una enorme Palmenhaus; asociaba la universidad con el invernadero de Barcelona, con los jardines de Sevilla y de Ferrara, donde siempre experimento una paz casi completa". (Aldo Rossi, Autobiografía científica).
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