sábado, 2 de septiembre de 2023

Territorios formalizados

 


La arquitectura aspira al placer perfecto del jardín. Lo dice Fernández-Galiano en el editorial del último Arquitectura Viva, texto que lleva por título Bondades Botánicas. El tema está presente también en una exposición en el Vitra Museum (hasta el 3 de octubre) de nombre Garden Futures: Designing with Nature a la que The Architectural Review dedica un interesante artículo en su número de Junio a cargo de Kristina Rapacki, quien nos recuerda que la última adición al campus basiliense de Vitra, cuajado de piezas arquitectónicas de los más granados starchitects del momento, es precisamente un jardín de Piet Oudolf (autor de la High Line neoyorquina). Recordemos que el veterano arquitecto paisajista, holandés como no podía ser de otra manera, tiene en España dos intervenciones: los jardines de la galería Hauser &Wirth en Menorca, y los del museo Chillida Leku en Hernani (gestionado por la misma galería). Siguiendo con el artículo de Rapacki, lo que más nos ha sorprendido en su análisis de la exposición es la idea de que el jardín es profundamente político, la influyente Garden City de Ebenezer Howard, con su énfasis en dotar a las ciudades de espacios verdes (en una proporción de 3 a 1 con respecto a las zonas urbanizadas) reflejaría según la exposición "una sutil forma paternalista de control social", algo así como que si nos dedicamos a nuestro jardín no se nos ocurrirán malas ideas. La ciudad "moralizante" de Howard fue un éxito internacional que condujo como nos recuerda Fernández-Galiano al sprawl (desparrames urbanos de pareados con jardín), hoy denostado por poco sostenible; nada hay más verde que lo gris, la ciudad compacta, como nos ha recordado tantas veces el arquitecto filólogo, aunque sea imprescindible resilvestrar las ciudades para hacerlas más habitables. Otra idea que también resaltaríamos en el artículo de Rapacki gira en torno a otro invento del siglo XIX aparentemente inocuo que traería igualmente veladas consecuencias políticas: la Wardian case, una especie de invernadero portátil inventado por Nathaniel Ward en 1829 que permitía transportar plantas vivas de las naciones colonizadas a la metrópolis de turno afectando a los ecosistemas locales de manera irreversible, en el proceso además se civilizaba dichas plantas salvajes etiquetándolas con el correspondiente nombre en latín como mandaban los cánones europeos y su origen acababa perdiéndose. Recordemos que según Clemens Driessen, el profesor de la universidad de Wageningen que mencionábamos en la entrada anterior (la misma universidad por cierto en la que estudió paisajismo el autor del jardín que te traemos hoy, solución al final), uno de los primeros ejemplos de ese presunto expolio vegetal sería el palacio y jardines holandeses de Honselaarsdijk, del siglo XVII. 

Rapacki nos ofrece ejemplos de jardines y paisajistas paradigmáticos, así, los jardines del brasileño Carlos Burle Marx, los de la holandesa, cómo no, Mien Ruys o el jardín del Prospect Cottage en Kent que cultivara Derek Jarman en 1986 tras ser diagnosticado como portador del HIV  (cuántos jardines no habrán surgido de las penurias de sus jardineros fieles: Garcilaso por su mano plantado tenía un huerto que le hacía olvidar "el oro y el cetro" acaso cansado de su azarosa vida militar y cortesana; Miguel Hernández quería ser el hortelano de la tierra que ocupaba y estercolaba su gran amigo Ramón Sijé recién fallecido; el maestro jardinero del que te traigo hoy trabajo inició igualmente el suyo tras un serio revés amoroso).

Ejemplos de jardines hay cientos, te he seleccionado un par más últimos que nos han gustado especialmente y te dejo ya en paz. Andrés Jaque, decano de la Columbia GSAPP con obra en la colección permanente del MoMA (aquí ya hemos hablado de él en varias entradas) gusta de incorporar la naturaleza en sus casas y edificios, el ejemplo quizá más obvio es la Casa Rambla-Clima en Murcia junto a Miguel Mesa del Castillo. Para su innovador colegio Reggio en Madrid, al que Miguel Fernández-Galiano (sí, es hijo de don Luis) dedica un interesante artículo de nuevo en AR, el estudio de diseño de jardines Mingobasarrate  ha realizado varios pequeños jardines que, con plantas cuidadosamente seleccionadas, quieren dar refugio a comunidades de mariposas, pájaros e incluso murciélagos para delicia de los más pequeños, culminando en un jardín de invierno en la azotea del colegio para los estudiantes mayores. El propio edificio, realizado con los materiales más sostenibles posibles (y aquí de verdad, no es greenwashing), está recubierto con un atractivo corcho amarillo que está pensado para servir de hábitat para hongos, plantas e insectos. El colegio, casi más por tanto un ecosistema que un edificio, está deliberadamente inacabado y será el tiempo el que lo vaya moldeando "haciendo evolucionar lo que ya existe, interviniendo en lo que ya está ahí" (volvemos a Aires Mateus). Sus peculiares formas disgustarán a los más modernos pero Jaque sostiene que esta "estética desordenada" es la que nos aguarda en el futuro. 

Nos vamos ahora a Suecia. O si no casi mejor lo dejamos para una próxima entrada, que te veo ya fatigado. Nos despedimos hasta pronto no sin antes disculparnos por final tan abrupto.