sábado, 27 de enero de 2024

Lo anómalo (2)

 


No, esto no es un rénder, probablemente por desgracia. Se llaman Kaktus Towers, obvio, y están a punto de terminarse en Copenhague, por si te interesa te enlazo a la página web de la promoción donde puedes ver fotos, planos y precios. Las vistas, nos dicen animosamente en la web, son lo mejor (si te gusta -mucho- la arista), y quizá compensen los puntiagudos planos de planta que en los apartamentos más pequeños (33 m2) deben producir una experiencia de usuario algo anómala: ¿El hygge era esto? Son de BIG, el macroestudio danés ya tan global que acaso esté perdiendo el norte. ¿Dónde quedó el sobrio estilo escandinavo que en lo más crudo del crudo invierno moderno introdujo un soplo de elegante calidez orgánica? Uno ve esto y se acuerda de aquel artículo en el que Ignacio Pedrosa proponía crear no ya empresas constructoras sino destructoras. Por cierto, que le he conocido (de lejos) junto a su socia Ángela García de Paredes en el último evento organizado por la Fundación Arquia que precisamente giraba en torno a las influencias de la arquitectura nórdica en la arquitectura española, se trataba de la presentación de un libro de nombre Miradas convergentes en torno a la arquitectura nórdica en el que se reproducen conversaciones más o menos informales que durante la pandemia mantuvieron, a menudo por videoconferencia, varios de nuestros arquitectos más escandinavos: entre otros, los Paredes y Pedrosa, Linazasoro (unidos los tres por Valdemaqueda, recordemos también que el estudio de Linazasoro nos está remodelando la Puerta del Sol) o Jaume Mayol e Irene Pérez -de TEd'A arquitectes-, todos ellos presentes en el evento de Arquia en el que podría haber estado también Moneo, acaso nuestro mayor nórdico. Apenas he empezado a leer el libro, pero ya he descubierto interesantes claves que nos hablan de la Conexión Escandinava en nuestro país: Fisac fue el primero en viajar al norte extremo en pos de la arquitectura que allí se hacía, Xavier Ros (de Harquitectes) comenta que una visita a Can Lis, la casa de Utzon (el sufrido autor de la Ópera de Sídney) en Mallorca, cambió para siempre la arquitectura de su estudio al descubrirles esa casi obsesión por abrir la casa al exterior, algo que también puede verse en la casa Muuratsalo de Aalto: ¿hay algo más anómalo que un patio mediterráneo en Finlandia? Otra pista que descubro en el libro de Arquia es que la Escuela de Madrid tuvo siempre una estrecha vinculación con lo nórdico (espoleada por uno de sus más insignes profesores, Fernández Alba, ay, su ballena en la Puerta del Sol se la va a llevar por delante Linazasoro en su reordenación, ahí el profesor se dejó llevar más por Foster que por Asplund); y por si no fuera suficiente, la primera exposición que inauguró en 1983 la Arquería de Nuevos Ministerios madrileña fue "Clasicismo nórdico 1910-1930".   

Hablábamos de la Choricera de Inza y Dols en la entrada anterior y nos sorprendíamos también de sus anómalas formas, surrealistas incluso (y un punto escandinavas), máxime cuando a Dols la familia Postigo le había pedido una fábrica bonita, término que entre nuestros arquitectos provoca sarpullidos. Es curioso, dicho sea de paso (como todo en este tu blog), que no suceda lo mismo en el mundo anglosajón, donde beautiful parece utilizarse sin mayor sonrojo incluso para designar comisiones como la Building Better, Building Beautiful que, erre que erre, llamó a su informe final Living with Beauty (Trump trató de hacer algo parecido). Y en esto me topo en internet con esta cita de Gaugin en una web del estudio Rien de Rien; "Le laid peut être beau. Le joli jamais" (Lo feo puede ser bello, lo bonito jamás). O sea, que la Choricera puede ser, a su manera, bella (¿el cactus de BIG también?). En la exposición Ecosistemas.zip, dedicada a estudios jóvenes y que pude ver precisamente en la cuarentona Arquería de Nuevos Ministerios, que el mes pasado fue renombrada La Casa de la Arquitectura con interesante página web y estatus de museo nacional, descubro al estudio Burr, que hace gala de un cierto feísmo incluso en su nombre (burr en inglés significa rebaba, esto es, la terminación irregular que sobresale en una superficie tras aplicar una herramienta sobre ella, terminación que debe ser más tarde pulida -o no). Esa condición de inacabado o en bruto se hace incluso evidente en su tipografía corporativa, de burdos bordes. Mira, te enlazo a su web y te haces idea mejor. Esa condición de non-finito igual también puede llevarnos de nuevo a los nórdicos (Muuratsalo otra vez) y de vuelta a sus  correlatos hispanos (Harquitectes, etc). Pero voy aquí a detenerme apenas dos líneas en Burr si no te importa, porque este estudio tiene una enjundia interesante. Su casa Blasón en el barrio madrileño de Carabanchel, realizada para un escritor, rehabilita una anónima nave industrial con toda la intención dentro de un proyecto que denominan Elements for Industrial Recovery. La terminación de las paredes es totalmente irregular, y la casa hace gala de protuberancias de toda índole que la convierten en un hogar anómalo, sí, pero atractivo. Más información y excelentes fotos aquí. Otra de las intervenciones del estudio bordea la instalación artística. De nombre Panoramah!, consistió en colocar una furgoneta de reparto boca abajo y colgarla de un cable para servir de contrapeso que permitiera la apertura de una enorme ventana de guillotina (de nuevo, mejor lo ves en este video). Se nos escapa el significado de semejante ocurrencia -acaso no lo tenga y se trate de un mero alarde tecnosurreal ideado para descolocarnos, tipo encuentro entre máquina de coser y paraguas en mesa de disección. Habla RK (Delirio de Nueva York): "Esta es la causa de la "escasez de realidad". Este proceso se intensifica en el siglo XX y viene acompañado por un malestar paralelo: la convicción de que todos los hechos, ingredientes, fenómenos, etc., del mundo, han sido clasificados y catalogados, que las reservas finales  del mundo ya se han repartido. Todo se conoce, incluso lo que todavía es desconocido. El MPC [Método Paranoico Crítico de Dalí] es tanto el producto de esa ansiedad como el remedio contra ella: promete que, gracias al reciclado conceptual, el contenido gastado y consumido del mundo puede recargarse o enriquecerse como el uranio, y que simplemente mediante el acto de la interpretación pueden crearse generaciones siempre nuevas de hechos falsos y pruebas inventadas. El MPC propone destruir, o al menos desbaratar, el catálogo definitivo, cortocircuitar todas las clasificaciones existentes, volver a empezar: como si el mundo pudiese reorganizarse como una baraja de naipes cuya secuencia original fuese decepcionante". En fin. Como decía Bernardo Soares (Pessoa) en el Libro del desasosiego: "Absurdicemos la vida, de este a oeste". Volvemos a Inza, y su énfasis en los absurdo, lo surreal, lo erróneo. Para más inri, cuando los integrantes del estudio Burr realizaron Panoramah! se llamaban El Taller de Casquería... (tenemos candidato ideal para recuperar la Choricera).

Imposible ya retomar me despido con dos regalos por tu aguante. El primero es una conferencia sobre Aalto de Fernández-Galiano, una de mis favoritas de las varias del arquitecto filólogo que pululan por YouTube y que veo mientras friego los platos, si me permites el detalle absurdo (es por dar un toque personal), convirtiendo una labor antaño anodina en un esperado momento de intenso disfrute (niquelados me quedan los platos, perladas las cuberterías, radiantes las encimeras demorándome en su limpieza). El otro es una golosina visual: la magnífica rehabilitación de una casa extremeña, la Casa Cortijo Jamonero (último guiño a Inza) de Jorge Vidal y Marcos Catalán. No será nórdica (aunque Vidal estudió en Mendrisio con Zumthor, así que algo hay) pero tiene hygge para dar y tomar. Aquí la tienes

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