Arquitectura ¿última? |
Pues este castillo, querido lector, quién lo iba a decir, fue cabeza de un señorío feudal (el de Villena), que llegó a extenderse hasta las actuales provincias de Albacete y Alicante, y fue díscola bisagra entre los reinos de Castilla y Aragón cuando España aún estaba por formarse. Desde aquí ejerció su poder Don Juan Manuel nada menos, el autor de El Conde Lucanor, que aparte de escritor fue un ambicioso señor de la guerra que no tuvo empacho en poner en jaque a reyes castellanos con tal de medrar. En este castillo se casó por poderes el 28 de marzo de 1336 su desdichada hija Constanza con el príncipe Pedro de Portugal, y allí y no en Lisboa tuvo que hacerlo porque el rey castellano Alfonso XI, temeroso de la alianza de Juan Manuel con la monarquía portuguesa, estaba empeñado en impedir el matrimonio y cercó el castillo para que la futura princesa no pudiera salir de él. Se da la circunstancia de que once años antes este mismo rey había ofrecido a Juan Manuel casarse con Constanza para asegurarse su apoyo en las innumerables intrigas palaciegas, a lo que Juan Manuel accedió gustoso. Como Constanza contaba a la sazón sólo con nueve años, se dispuso que el matrimonio (celebrado en 1325) no se consumara hasta que ella cumpliera los doce. Lo que son las cosas, Alfonso XI poco después vio la posibilidad de afianzar una alianza ventajosa con Portugal y casó con una princesa lusa alegando que el matrimonio con Constanza aún no se había consumado. Para más inri, la confinó en un castillo en Toro convirtiéndola en rehén para tratar de evitar así las iras de su padre. Don Juan Manuel no se arredró y combatió a Alfonso hasta que finalmente pudo recuperar a su desdichada hija. Me vas a permitir que siga la pista de Constanza un poco más, porque su vida es de película y aquí nos pierden las narrativas. Volvamos a su boda con el príncipe Pedro de Portugal, que como decíamos hubo de celebrarse en un primer momento por poderes en Garcimuñoz, aunque finalmente la ceremonia oficial pudo celebrarse con todo el boato en Lisboa. ¿Será al fin feliz doña Constanza?
Arrea ¿y esto qué es? |
Tras tanta intensidad dramática te veo exhausto. Casi mejor dejo el resto de la entrada para otro día, que queda tela por cortar. Hay que ver el juego que da el castillo de Don Juan Manuel.
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