¿Cuántos arquitectos hacen falta para cambiar una bombilla? El arquitecto más cachondo de la blogosfera, Jody Brown, adapta el famoso chascarrillo a la profesión en su blog Coffee with an Architect para concluir que son 21 nada menos (aunque para cambiar la bombilla de la lámpara de la foto, diseño, cómo no, de Zaha Hadid, igual hacen falta todavía más). Mi favorito de los 21: "uno para preguntar a la bombilla qué quiere ser". En fin. Sé que esta clase de entradas no ayuda a cimentar la credibilidad de este nuestro blog, serio y documentado como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta que su autoría corre a cargo de un profesor de inglés de Secundaria, pero te prometo que me he lanzado a investigar sobre el estudio que acaba de ganar la Royal Gold Medal del RIBA (O´Donnell+Tuomey), los del Centro para estudiantes de la London School of Economics, edificio que sí conocía (y que me encanta), y al ver esta foto de la pareja en su web como que me he venido abajo, sorry. Menos mal que el blog de Brown me ha alegrado el día. Pero un momento, veo que se te ha quedado la cara demudada, cuéntame qué tienes, querido lector. ¿Que no sabes qué pinta un profesor de inglés haciendo un blog de arquitectura? Acabáramos. Hombre, igual piensas que teniendo en cuenta que vivimos en un país en el que en la carta de algún restaurante aún aparecen cosas como He/she came in a bottle como traducción de Vino en botella (salió en las noticias), debería dedicarme a dar mejores clases de inglés antes que a estas historias para no dormir. Y a lo mejor vas a tener razón. Porque a un arquitecto se le cae un edificio y a juicio que va, pero aquí tenemos a una generación que habla inglés con los pies y la culpa la tiene el cha-cha-cha.
En mi descargo te diré que haciendo este blog estoy ahorrando un montón de jurdeles al contribuyente en tratamientos y ansiolíticos, porque esta afición se ha convertido en una suerte de terapia antiestrés para un servidor. Y, por otra parte, te recuerdo que ser usuario de toda clase de estructuras arquitectónicas (algunas de las cuales he pagado con mis impuestos) me da también cierto derecho a opinar (nunca a hacer crítica) sobre ellas. Como seguro sabes, Mario, no el de las cinco horas en este caso, sino il postino de la película El cartero (y Pablo Neruda) decía que la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita, a lo que el poeta contestaba: "consideraré de manera adecuada esa declaración sumamente democrática". Pues eso también se podría decir de la arquitectura, y para mí por partida doble. ¿Más tranquilo ya? anda, no te sulfures, relájate y disfruta. Si son dos días.
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