miércoles, 14 de septiembre de 2011
Les cabanes tchanquées
Cada uno supera el síndrome postvacacional como puede, a mí me funciona ponerme a ver fotos de pasados veranos. Hace unos años estuve en Arcachon, cerca de Burdeos, famoso por su bahía y sus ostras. En las tiendas de souvenirs no dejaba de ver postales de las llamadas cabanes tchanquées (algo así como cabañas zancudas). Lo curioso es que no veía las cabañas por ninguna parte, hasta que finalmente me enteré de que estaban lejos de la ciudad, en el centro de la bahía, posadas al lado de la Isla de los pájaros, a salvo de las fuertes mareas de la zona gracias a sus enormes pilotis de madera. La primera cabaña, construida a finales del XIX como puesto de observación de una granja ostrícola, aguantó hasta que una tormenta acabó con ella allá por los años 40 del pasado siglo. Poco después se levantaron dos más con fines ya puramente recreativos, denominadas número 51 y 53. La primera, con sus contraventanas rojas, aún sigue en pie, la segunda fue reconstruida hace unos años. No me importaría nada pasar un fin de semana robinsoniano en una de ellas.
Es curioso que viviendas tan frágiles y sencillas se hayan convertido en símbolos de Arcachon, rivalizando con otros iconos identitarios de la región como la arquitectura modernista de las mansiones de la ville d’Hiver o la impresionante duna de Pyla (de más de 100 metros de altura). Tanto interés en crear iconos epatantes y exorbitantes cuando quizá lo único que tenemos que hacer es valorar más lo que ya tenemos.
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