martes, 28 de junio de 2011

Más trampantojos



Citábamos en la entrada anterior a Nouvel y su gusto por los trampantojos visuales, efectos casi cinematográficos que ayudaran a la deseada desmaterialización de sus edificios y a la desubicación del espectador, perdido en un juego de reflejos donde apenas distinguimos lo real de su copia replicada (ahora me explico aquella jocosa foto en el Serpentine). Traemos hoy un reciente ejemplo que también plantea al espectador un juego de apariencias que finalmente no son. Se trata de la ampliación del Museo de Ciencias Naturales de Berlín, de los suizos Diener & Diener, destruido en parte en los bombardeos de 1945 y que ellos han rehabilitado (reconstruido más bien) mimetizando al milímetro sus formas, al contrario de lo que hicieron en la misma ciudad para ampliar la embajada suiza, donde optaron por un bloque moderno que dialogaba a grito pelado con el edificio preexistente. No obstante, por aquello de que hasta el más humilde tiene su vanidad, y por plantear ese juego con el visitante, a la parte restaurada se le ha dado un tono diferente (está hecha de hormigón encofrado con moldes de silicona), un guiño que nos recuerda a otro clon con pistas, la ampliación del Banco de España de Moneo. Las ventanas no son tales, están tapiadas pues lo que se guarda detrás son más de un millón de restos animales conservados en formol que podrían resultar dañados por la luz solar. En fin, el objetivo es el mismo: la creación del que Nouvel llama el territorio de la desestabilización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario