lunes, 25 de octubre de 2010

Fetichismo arquitectónico

Lo flipo. Jamón(eo), jamón(eo). Rafael Moneo, nuestro único Pritzker, nuestro arquiestrella number one ha diseñado nada menos que un estuche jamone(r)o (perdón por las bromitas léxicas, no puedo evitarlo) para una marca de ibéricos de prestigio. Y eso no es lo más increíble, sino que encima le sale un pedazo diseño (la colaboración de su hija Belén, también arquitecta, habrá tenido algo que ver) que parece sacado de los lápices de Syd Mead. "Crisálida" en palabras de Belén, "aguja gótica"(?) en las de su padre, el estuche se las trae ya que es reutilizable: una vez jalado el exquisito contenido puede servir de lámpara gracias a unos leds en su interior y a su exterior translúcido. La lampara-jamonero sale por 3.000 euros, porque él lo vale, pero también han diseñado cajas para salchichón (que igualmente tienen espíritu transformer: se convierten en estuches porta-CDs -!!-) a precios más módicos (algo más de 200). Fotos en eg.com.

Es curioso los extremos a los que llega esta especie de fetichismo arquitectónico. Leo en The Independent una noticia también sorprendente: Le Corbusier diseñó en los 50 la ciudad de Chandigarh en India, donde no sólo construyó unos edificios de gran belleza sino que los dotó de mobiliario e incluso diseñó farolas y hasta tapas de alcantarilla. Pues bien, algún listo local ha ido despistando muebles y demás objetos que mira tú por dónde han aparecido en exclusivas subastas en Europa y EEUU. En Christie´s de Nueva York se subastó una mesa de teca que alcanzó 144.000 dólares y una tapa de alcantarilla con la paloma que diseñó Le Corbusier como símbolo de la ciudad, que llegó a 21.000 (¿la colgará su dueño en el salón de su mansión? Jobar, qué estómago). Artículo completo aquí.

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