"Este mundo, pues, asaltado hoy por el colapso, al borde del abismo, rodeado de ignorancias, implora a un Salvador. Sin embargo, para evitar que la alineación religiosa suceda a la alineación democrática, que a la sumisión del sujeto a un Dios siga la sumisión a un líder, autores como Alain Badiou (...) proponen que la supuesta toma del poder no sea a través de una organización o agitación, sino mediante la "sustracción".
Sustracción de diferentes parcelas de poder al Poder. Reducción de la Divinidad o el Estado que si probablemente produciría un vacío o nihilismo, crearía una alternativa de grandes o pequeñas constelaciones de poderes. Partición del poder en poderes parciales fue el propósito de la democracia sobre la que Maquiavelo proyectó los dominios del poder ejecutivo, legislativo y judicial. Los tres, sin embargo, han venido a apelmazarse en uno con las pegajosas supuraciones de la corrupción.
Frente a este cuerpo enfermo en el que se ha convertido la falsa democracia representativa, la alternativa es un orden donde no se trate de apoyar el sistema en tres pilares cuyo pequeño número les permite, tarde o temprano, la colusión, sino apoyarlo sobre una constelación de poderes que ahora podría ser posible a través de las participaciones directas y diversas en el ámbito de la red.
Y no participaciones para quedar enfriadas en comunicaciones y comunicados circunstanciales, sino creando una estructura de mil pilotes sobre los que Le Corbusier levantaría edificios a la vista, expuestos sus fundamentos y fáciles de cuidar (...). Numerosos pilares representados por la proliferación de responsabilidades. Ciudades o circunscirpciones de pequeño tamaño donde la visibilidad es mayor y resulta más fácil al control y apoyo recíprocos". (Vicente Verdú, La hoguera del capital).
Interesante. Pero ¿sería este modelo factible en España? Me da que nuestro modelo es más Mansilla+Tuñón en Santander (o Soria):
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