Dopajes
"Muchos museos, muchas universidades, muchos catedráticos y auditorios
nacidos estos años y convertidos en signos de un vertiginoso desarrollo
socio-cultural, han unido al despilfarro la vacuidad y la corrupción a
su máscara. Ahora, no obstante, se ve que tras esa carcasa muchas de
esas edificaciones, físicas y no físicas, van cayendo a pedazos. Bien
porque fueron construidas de arena, bien porque fueron abandonadas sin
apuntalar(...). En suma, al hecho
de una cultura que necesitaba albergues para hacerse mejor se ha
respondido con la farsa de grandes contenedores sin vida interior. ¿Cómo
no esperar que su resistencia a la crisis fuera tan débil y, en
ocasiones, igual a cero?
Hay drogas que diseñan impresionantes atletas pero fundamentalmente
sus músculos no son el efecto de proteínas dosificadas sino de
esteroides que acrecientan pronto la masa muscular. Y la envenenan. Esta
viene a ser la fábula de Zapatero y de Rajoy. Los deportes nos llevan a
la Champions League , al mundial de baloncesto y a la final de la Copa
Davis pero sus merecimientos despiertan recelos en medio mundo. Porque
si España en tantos asuntos ha crecido con drogas (anfetas
especulativas, chutes de la Unión Europea, supositorios megalómanos)
¿cómo no deducir —aun falsamente— que los éxitos deportivos, desde el
fútbol al waterpolo, son partes del omnipresente doping nacional?
Universidades, aeropuertos, museos o auditorios inspirados en el
culturismo y no en la cultura. Grandes pero no fuertes, gigantes con
pies de barro, idóneos para ser derribados y, en ciertos casos, hasta
por el menor temblor". (Vicente Verdú, Drogas que hacen creer en el más allá, en El País.)
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