Hace poco hablábamos de lo que se dio en llamar el paquebot-style a vueltas con el Club
Náutico donostiarra. Y hoy te traigo fotos del Museo Stedelijk de
Amsterdam con ampliación a cargo de
Benthem Crouwel que con cierta imaginación podríamos calificar de Star Trek-style. Ambas varadas naves en
color blanco nuclear, parecen estar a punto de partir hacia fronteras ignotas.
Los holandeses, seguramente con mejor criterio, han apodado al edificio con un
nombre mucho más de andar por casa: la bañera. La ampliación, que conocimos en render años atrás, nos puso los pelos
como escarpias, y es que hay que tener valor para colocar semejante anexo realizado con una fibra sintética (de nombre Twaron) extremadamente ligera y resistente justo
delante de un edificio de tradicional arquitectura holandesa a base de ladrillo que data de 1895.
Anexo y museo en pleno diálogo (de sordos) |
Estaría bien que en Arquia se plantearan cerrar esta serie
de entrevistas con una al propio Fernández-Galiano conducida, se me ocurre, por
Andrés Jaque o Eduardo Prieto. Igual iba a ser la más interesante de todas. Testigo de excepción de la década
prodigiosa y su ominosa coda, don Luis tendría mucho que decir. Entre una infinidad de temas podría por
ejemplo responder a aquellos blogueros que se dedican a ver vigas en ojos
ajenos, actividad por descontado esencial, especialmente cuando internet parece estar
convirtiéndose en un inocuo pastizal en el que el ánimo crítico pasó a la
historia, abunda un exhibicionismo sonrojante entre famosos y aspirantes
(los demás no andamos a la zaga: el exceso de exposición e interacción virtual
nos acabará volviendo majaretas) y en el que cualquiera (empezando por un
servidor) tiene libertad para meterse en jardines ajenos. Lástima que alguno
de esos críticos, a pesar de sus innegables dotes, siempre vea la viga en el
mismo ojo. Resulta cansino y poco imaginativo, especialmente cuando para una misma situación suele haber variados culpables. En fin, qué fácil es para los que vemos los
toros desde la barrera emitir juicios (a veces durísimos). Todos deberíamos
recordar más a menudo ese demoledor dicho tan español según el cual la virtud no
sería otra cosa que la ausencia de oportunidad.
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