A veces la arquitectura deviene tan intensa y apasionada como una copla, pongamos por caso la icónica Como una ola (escúchala mientras lees la entrada). La gestación de la sede del Netherlands Dance Theatre en La Haya, a cargo de OMA, relatada en forma de diario telegráfico en S,M,L,XL, tiene todos los ingredientes del género lírico más español. Todo comienza en 1958, cuando el director de ópera Carel Birnie, a la sazón sordo incipiente, decide montar la compañía Nederlands Dans Theater. Tras deambular año tras año por todo tipo de recintos decide levantar una sede permanente para lo cual elige a tres estudios, uno de los cuales es, por supuesto, el de Rem Koolhaas, finalmente ganador tras asumir unas draconianas condiciones económicas (reconocer la música de John Cage en un ensayo de la compañía ayudó). Corre el año 1980 y OMA presenta de inmediato propuestas mientras buscan a alguien que pueda diseñar un tejado icónico. Oswald Mathias Ungers les recomienda paradójicamente (Ungers es un arquitecto de lineas rectas y un tanto aburrido) a un "acróbata", el ingeniero Stefan Polónyi (echa un vistazo a su puente sobre el canal Rhin-Herne), que crea para el teatro un cubierta en forma de ola. Tras un cambio de ubicación llega la negociación final de Bernie con el contratista, muy compleja pues el director de ópera está ya sordo como una tapia y, digámoslo así, sus oidos sólo escuchan rumor de caracolas. En el libro se dice melodramáticamente que el acuerdo se firmó "literalmente con sangre", la del contratista, que brotó al estrujar su funda metálica de gafas en un momento de desesperación.
Algún tiempo más tarde ese mismo contratista se queja de la ondulada cubierta de Polónyi, indicando que un tejado recto reduciría los costes en un 30%. Bernie está de acuerdo. Koolhaas, contrariado, construye entonces una maqueta de grandes dimensiones con el tejado rechazado y se las arregla para encerrar con llave dentro a Bernie y al coreógrafo Jiri Kylián, que pasaba por allí. Tras una estancia de tiempo no especificado en el libro, a los dos presos accidentales al parecer les gusta la idea de la cubierta (¿o fue miedo a la salud mental de Rem?) y el director decide finalmente permitirle que se haga el techo diseñado por Polónyi. Ese mismo año (1986) Kylián, quién sabe si inspirado en esta experiencia, crea la obra Silent Cries (gritos silenciosos).
Ese y el siguiente son años duros para el proyecto, siempre amenazado por recortes económicos. El clímax llega a principios de 1987. En enero Birnie se separa de su esposa. La primera semana de febrero se torna dramática: el día 2, su mejor colaborador abandona. El 4, el estresado director echa al ingeniero de estructuras, el 5 al ingeniero acústico, el 6 al ingeniero de servicios y el 8 a OMA. Podríamos decir que se les rompió el amor de tanto usarlo. El 9 Birnie tiene un ataque al corazón. Pese a todo tanto él como Koolhaas siguen trabajando en el proyecto.
Superando toda clase de obstáculos económicos y técnicos, prendidos a su tormenta, Bernie y Koolhaas consiguen acabar el auditorio. La apertura oficial se hace el 8 de septiembre de 1987. El arquitecto regala al director de ópera una reproducción del proyecto inicial con la siguiente dedicatoria: "A Carel, por todo lo que hiciste (im)posible". En 1993 Birnie llama a OMA, quiere otro auditorio. Y sin embargo, te quiero.
Coda delirante (no apta para lectores ortodoxos): Como sabrás si sigues la serie Fringe, la realidad en la que estamos instalados es tan solo una de las muchas posibles. Existen universos paralelos en los que las mismas personas interactúan de diferente modo optando por distintas decisiones que conducen a insospechadas consecuencias. Quiero situarte ahora en una de dichas realidades paralelas, así que abre tu mente. Estamos en Córdoba, en el CAC, precisamente diseñado por Koolhaas. Me dirás que es un proyecto que aún no se ha hecho y probablemente nunca se haga, pero te repito, a ver si pones más atención, que estamos en otra realidad, en la que el auditorio (y según el primer proyecto además) sí se llevó a cabo. Es la inauguración oficial del potente edificio y hay una actuación de una de nuestras mayores folclóricas, así que el recinto está lleno hasta la bandera. El arquitecto está presente para comprobar la acústica y demás cuestiones técnicas. La tonadillera va desgranando sus canciones con el poderío que le caracteriza y Rem queda tan impactado por la desmedida potencia icónica de la cantante que, inflamado, se avalanza al camerino al final de la actuación. Le presentan como el arquitecto del edificio y suelta a la cantante una críptica teoría pergeñada sobre la marcha que un par de semanas más tarde elabora en forma de breve ensayo de apenas cuatrocientas páginas titulado The Copla, a Musical Maelström (Bigness at its Best). De haber sabido inglés ella tampoco le habría comprendido, pero está tan impactada con el icónico edificio y la arrolladora personalidad del holandés que cae subyugada.
Algún tiempo más tarde Rem y la dama son pareja estable y viven en la casa de Burdeos diseñada por OMA, que en esta realidad surreal no está en Burdeos, sino en Chipiona. Con sus interminables paños de vidrio no veas la caló en verano. La plataforma elevadora, funcionando día y noche sin parar, mueve el aire y alivia algo. Los que están encantados son los paparazzi, que gracias a tanta transparencia acribillan a fotos a la pareja en toda clase de situaciones íntimas. Son inmensamente populares y Rem trabaja en España a destajo, cambiando la fisonomía de la piel de toro como una ola, qué digo, como un tsunami. Su último proyecto, la ampliación del Prado. En lugar de ganar el concurso Moneo, es Koolhaas quien se lo lleva calentito colocando en tan delicado emplazamiento el edificio que nosotros conocemos como la Biblioteca de Seattle. Como no cabe, procede a la voladura descontrolada de la iglesia de los Jerónimos (s.XVI) con el beneplácito del ayuntamiento madrileño que quiere una renovación absoluta de la capital ante su carencia cada vez más alarmante de glamour. Ante puntuales manifestaciones de desafección hacia el proyecto (los académicos de Bellas Artes de San Fernando se queman en masa a lo bonzo al grito de Rem, que te den, lo que hay que ver, unos señores tan educados), Rem contesta sin despeinarse (en esta realidad aún le queda pelo) que "el respeto a corsés identitarios es un constructo burgués" y que "la Historia cuando está presente obstruye la pura explotación de su valor teórico como ausencia". Ojo, esta última cita es verídica (está en The Generic City)......
To be continued.
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