domingo, 18 de noviembre de 2012

Dos museos


Hoy traemos dos museos últimos que no podrían ser más contrapuestos. En la primera foto, el Museo de la Biodiversidad de Panamá (llamado Puente de Vida), aún en obras, y que como habrás adivinado es de Frank Gehry: parece un Guggenheim low cost. Gehry se adapta a los tiempos, pensarás, pero lo cierto es que a él siempre le fue el deconstructivismo puro y duro, el estrellato llegó después y nunca le gustó demasiado. Su casa en santa Mónica, que en algunas fotos más parece una favela, lo demuestra. Partiendo de una casa tradicional de los años 20, la envolvió con estridentes capas metálicas que tenían al vecindario encantado (se dice que un vecino llevaba diariamente a su can a hacer sus necesidades mayores en el césped de la residencia del arquitecto). Según cuenta Gehry le dijeron que la casa original tenía fantasma, y él decidió que era un fantasma cubista.

El segundo, en las antípodas del museo panameño, es el Parrish Art Museum de Herzog y De Meuron. Está situado en el East End de Long Island, cerca de Nueva York, habitual refugio e inspiración para artistas estadounidenses a los que está dedicado el museo. Los suizos han dibujado un edificio sobrio, espiritual, basado en la línea recta y con tejado a doble vertiente que recuerda a la VitraHaus o a su casa Rudin, de nuevo nada que ver con la residencia de los Gehry, aquí se busca justamente lo contrario: recuperar el dibujo más puro de una casa con un diseño prácticamente infantil. Como dijo Herzog en una ocasión, un edificio es un edificio. Y punto. En fin, en la variedad está el gusto.


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