jueves, 26 de julio de 2012
El árbol y el agua
A veces no hace falta construir un icono de precio exorbitante y formas excepcionales como recordatorio de un hecho especialmente significativo. Un simple árbol puede hacer ese papel. En el Memorial 9/11 neoyorquino un peral recuerda la tragedia, aunque no es un árbol cualquiera, así lo relata Vicente Molina-Foix, uno de nuestros mejores articulistas, en su crónica El parque de las almas para El País: es " el Survivor Tree o árbol superviviente, un peral de flor que originalmente estaba en el jardín de la plaza interior situada entre las dos torres abatidas y que las brigadas de salvamento encontraron, dañado pero no muerto, en las ruinas humeantes de la llamada Zona Cero. Como un herido más de la masacre, el peral fue atendido y sanado en otro parque-hospital de la ciudad, hasta que renació y floreció de nuevo cada primavera, sobreviviendo también a los efectos de una devastadora tormenta sufrida, en su vivero provisional, en marzo de 2010. En diciembre de ese año el Survivor Tree fue replantado en el Memorial 9/11, donde hoy tiene un sitio de honor cerca del lado oeste de la Piscina Sur". Las "piscinas" de Michael Arad, un símbolo igualmente simple y nada extravagante, como el negativo de las antiguas torres, ofrecen también una significación profunda: "Y así llegamos al punto culminante de nuestra historia, situado en las dos inmensas piscinas que ocupan el perímetro exacto donde estaban las moles gemelas desplomadas. En esas piscinas o fuentes, en su hermoso y sobrio granito negro, en sus parapetos grabados, en el fluir moroso de un continuo canal de agua que forma una cascada sin estruendo y un lago sin profundidad, se guarda el luto, y en lo que constituye su mayor logro estético, los anchos pozos centrales por los que cae el agua a un fondo insondable y sombrío, se da la imagen más elocuente de la pérdida, de la oquedad y la carencia. No el olvido. Para desafiar al olvido se dispuso que los nombres completos de todas las víctimas de los dos atentados del World Trade Center, unidos en la Piscina Sur a los de los muertos en los vuelos pilotados por terroristas que se estrellaron en Pensilvania y Washington, estén inscritos en letras de bronce en los rebordes, también de piedra negra, que flanquean las piscinas, siguiendo en su disposición una 'contigüidad con significado'". Símbolos sencillos y arquitectos desconocidos (frente a las grandes figuras como Foster, Calatrava o Libeskind que también trabajan en la zona), serán probablemente los que dejen una mayor huella en el recuerdo de los visitantes.
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