martes, 28 de septiembre de 2010
La gotera democrática
Todos asociamos las goteras a casas viejas y/o cutres, realizadas de cualquier manera por arquitectos chapuceros. Los que las hemos sufrido pensamos que los ricos desconocen el fenómeno, perteneciente en exclusiva a la sufrida working class. Pues no. En apenas un par de días me he encontrado con referencias a la pertinaz gotera en sendos edificios de estrellas como Koolhaas o Foster. La primera gotera me la encuentro en la última y desternillante entrada del blog Arquitectura+Historia donde se describe el video (Koolhaas Houselife) de la famosa vivienda unifamiliar que el holandés hizo para un paralítico cerca de Burdeos. Como es sabido la casa gira en torno a un ascensor central diseñado para que su morador recobrara parte de la movilidad perdida. Mostrada en el video por el ama de llaves, la oronda dama no oculta otros detalles menos glamurosos, como las alarmantes e inesperadas goteras que la casa sufre... sigue leyendo aquí. A su vez, hace pocos días leía también en el Daily Telegraph los problemas similares que está teniendo la Bexley Business Academy (foto de arriba), terminada por Lord Foster en 2003, debido a las dichosas goteras. El centro costó 37 millones de euros. Más goteras famosas: recuerdo ahora que en la ampliación del Reina Sofía en Madrid, de Nouvel, el vistoso tejado-visera dio también problemas de filtraciones. En fin, los starchitects también son humanos, y como decía Lloyd Wright “If the roof doesn’t leak, the architect hasn’t been creative enough” (Si el tejado no tiene goteras, es porque el arquitecto no ha sido lo bastante creativo).
viernes, 24 de septiembre de 2010
Música y arquitectura
Desde que el curso pasado se dedicaron varias exposiciones en Madrid al ingeniero y músico de origen griego Iannis Xenakis (incluyendo conciertos de su música en el Auditorio) había querido hacer esta entrada. Por desgracia no pude ir a ninguna, pero gracias a las reseñas y a la interesante página web que se creó descubrí que Xenakis era mucho más que el músico experimental que yo creía, y que había colaborado nada menos que con Le Corbusier en varios de sus proyectos, destacando el pabellón Phillips para la feria mundial de Bruselas de 1958 (primera foto de arriba), encargo de la marca holandesa como escaparate de sus logros tecnológicos o el monasterio de Saint Mairie de la Tourette (segunda foto), cerca de Lyon, edificio contemporáneo del pabellón que sorprende por su modernidad (si me dijeran que había sido construído el año pasado me lo creería). Xenakis fundió música y arquitectura para sus creaciones: basado en el Modulor, el sistema de medidas inventado por Le Corbusier a partir de las dimensiones humanas, creó la composición Metastasis que a su vez le sirvió como referente para el diseño del monasterio. El pabellón fue una continuación en esa misma línea, y su resultado final un diseño extremadamente original que además fue pionero en técnicas constructivas. Le Corbusier fichó también para el proyecto al músico concreto Edgar Varèse, quien elaboró una inquietante pieza de ocho minutos (Poème électronique) que acompañaba a una proyección de imágenes no menos inquietante dentro del pabellón, creando una experiencia sensorial sin duda escalofriante que se fundía con el propio edificio. El propio Xenakis compuso también una pequeña pieza para el pabellón (escucha ambas aquí). Más sorpresas: resulta que para la inauguración del Centro Pompidou de Rogers y Piano en París en 1977, el griego ya nacionalizado francés realizó un proyecto multimedia (Le Diatope) alojado en un pequeño pabellón parecido al Phillips que albergaba un espectáculo de luz y sonido con algunas de sus composiciones (más aquí).
Es curioso que el Pompidou inspirara también el álbum Beaubourg (1978) de otro músico griego también pionero en la música electrónica: el mucho más popular Vangelis. El autor del omnipresente hasta hace bien poco Carros de Fuego compone un álbum maldito, profundamente experimental, alejado de los himnos bombásticos y sensibles baladas que le harían famoso unos pocos años después (escucha un fragmento aquí). No hablaré más de su banda sonora de Blade Runner para que no digas que me repito más que las sardinas, sólo apuntar que la música se adhiere como pocas a los fotogramas (muchos de ellos pura arquitectura) y contribuye a ahondar en los sentimientos de nostalgia y soledad que son ejes centrales de la película. Decir también que en 2001, el músico dio uno de sus infrecuentes conciertos eligiendo como escenario nada menos que el Templo de Zeus Olímpico en el centro de Atenas, muy acorde con el giro clásico que ha tomado su música los últimos años, y que generó una intensa polémica en el país heleno liderada por un ¿envidioso? Theodorakis dado lo delicado del emplazamiento (el más ligero toque durante la instalación del escenario y las gradas para los más de 2.000 afortunados que lo presenciamos podrían haber desgraciado el imponente monumento). Echa un vistazo a un breve extracto del concierto aquí (está en DVD). Finalmente, más como anécdota que otra cosa, señalar que la casa del músico en Atenas ha estado a punto de sucumbir a los buldozers por culpa del recién inaugurado museo de Tschumi ya que estropeaba la vista de la Acrópolis desde el mismo. Finalmente se salvó dado el valor arquitectónico del edificio, algo habrá influido también la condición de celebrity local de Vangelis.
La starchitecture y la música también se dan la mano. Para la inauguración en 2001 del Museo de Arte de Milwaukee (foto de arriba) de Calatrava se encargó al músico de culto Philip Glass una breve composición (Dancissimo). El músico habla sobre la experiencia (y otras similares: también compuso un tema para la inauguración de un museo de Eisenman o para esculturas de Serra) en esta entrevista. El caso contrario también se da: Michael Nyman (el compositor de la famosa BSO de El Piano) eligió la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia (de nuevo de Calatrava) para el estreno mundial de la BSO de Gattaca, un magnífico canto al esfuerzo y la superación en un mundo futuro dominado por una gélida perfección genética. Grandes edificios estrella como el Swiss Re de Foster o el Lloyd´s de Rogers han servido igualmente como inesperadas salas de conciertos durante los eventos organzados con ocasión del Festival de la Ciudad de Londres de hace algunos años.
Se acaba mi tiempo, sigue tú investigando este interminable mundo de conexiones. Me despido con una de mis referencias musico-arquitectónicas favorita: La cathédrale engloutie (la catedral sumergida) de Debussy, bellísima composición que alude a la leyenda de la ciudad sumergida de Ys, cuya catedral se elevaba por encima de la superficie una vez al día para recordar la gloria de la ciudad perdida. Escúchala aquí.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Crescents
El Crescent es una intervención urbanística típicamente británica por la que una serie de viviendas se construyen unidas formando una semicircunferencia. En la foto de arriba vemos quizá el más famoso, el Royal Crescent de Bath diseñado por John Wood el joven a finales del XVIII. Ya hablamos de ello al comentar el nuevo bloque que César Ruiz Larrea (RLA) ultimaba en Móstoles (foto de abajo), una revitalización pop del concepto que incluye lo último en sostenibilidad y ahorro energético, una de las señas de identidad del arquitecto, quien lo llama Hemiciclo Solar. Una de las más interesantes aportaciones del edificio es un sistema de aireación que permite prescindir de acondicionadores de aire y que a través de conductos dirige el aire caliente hacia una cavidad subterránea donde se enfría para después volver a llevarlo a las viviendas, una idea que ya en los 70 ponía en práctica el griego Alexandros N. Tombazis en su vivienda Helios 1. Tienes más información y fotos sobre el edificio de Ruiz-Larrea en AV. A su vez, El País hacía una pequeña entrevista al arquitecto hace unos días.
Más crescents. El último, el del post-moderno Ricardo Bofill en Salerno. En la ciudad italiana el arquitecto catalán ha diseñado un monumental bloque semicircular de 280 metros de longitud ya en construcción que, precisamente, ha bautizado Crescent. Los italianos también le han dado nombres: Pegote y Monstruo. Obviamente no es muy popular (hay incluso una plataforma muy activa de taxativo nombre Nocrescent que ha llevado la polémica hasta el parlamento, critican las desproporcionadas dimensiones y el anacronismo del proyecto). Aquí vemos al arquitecto junto (imaginamos) al artífice del proyecto, el alcalde Vincenzo de Luca, obsesionado por convertir a su ciudad en la Barcelona italiana (para lo cual ha fichado también a Hadid, Chipperfield, Calatrava o Nouvel) posando tras la maqueta de il Mostro:
Bofill, que ya hizo otro crescent en Estocolmo, tiene también proyectado un hotel con forma de vela para la ciudad italiana de 120 metros de altura. Qué hombre más repetitivo, en Barcelona estrenó no hace mucho otro hotel de forma muy similar. Más información sobre la polémica aquí.
lunes, 20 de septiembre de 2010
El parque de las Cuatro Libertades
En 1941, año crucial en nuestra historia reciente, F.D.Roosevelt dio un conocido discurso en el que enumeraba las cuatro libertades/liberaciones que debían garantizarse para conseguir un futuro digno para la humanidad: la libertad de expresión, la libertad religiosa, la liberación de las penurias económicas y la liberación del miedo a la guerra. En 1973 el mítico arquitecto Louis I. Kahn, ferviente seguidor del político americano, diseñó un parque para honrarle en la isla Welfare, en Nueva York, que por aquel entonces pasó a llamarse Roosevelt island. La idea de utilizar la isla con ese fin partió del New York Times, ya que hasta entonces había servido como emplazamiento de hospitales y asilos (después tendría un plan urbanístico a cargo de Philip Johnson y John Burgee, los arquitectos de nuestras inclinadas Torres Kio, cuyo masterplan fue bautizado como "La isla que nadie conoce"). La repentina muerte de Kahn en 1973 y la crisis del petróleo hicieron olvidar el proyecto, que volvió a la actualidad con una exposición sobre Kahn en el MoMA en 1992. Aprovechando la circunstancia, el NYT vuelve a la carga pidiendo en un editorial la construcción del memorial. Siguió la lucha por conseguir fondos (en los que de nuevo el NYT tendría un papel primordial) hasta el momento actual, en el que podemos al fin decir que el Parque de las Cuatro Libertades, así llamado en honor al emblemático discurso, es ya una realidad en construcción casi 40 años después de su diseño.
Como puede verse en el rénder, el proyecto, de líneas geométricas puras como gustaba a Kahn, consiste en una zona triangular cubierta de césped y flanqueada por tilos conocida como "El jardín" y en el extremo del parque una zona más recogida delimitada por muros de granito diseñada para la reflexión y contemplación ("La habitación"). Los encargados de llevar a cabo el proyecto siguiendo el diseño original de Kahn son el estudio Mitchell + Giurgola Architects.
Más en la web del parque.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Gehry, Bernini y Nolan
Lo leo en el Daily Mail. Al autor del artículo el edificio de mareantes fachadas que Frank Gehry está terminando en Nueva York (la Beekman Tower) le recuerda a la película Origen de Christopher Nolan (protagonizada por Leonardo di Caprio y unos cuantos edificios mutantes, tráiler aquí). Gehry por su parte señala una inspiración de altos vuelos para su torre: Bernini nada menos, el escultor y arquitecto barroco autor de la plaza de S. Pedro en Roma o de la Fontana dei Fiumi:
Yo lo pondría más sencillo: la torre es un Guggenheim vertical. Hablando de cine y arquiestrellas, señalar también que el documental "¿Cuánto pesa su edificio, Sr. Foster?" (frase de Fuller) está presente en el Festival de Cine de San Sebastián y puede verse también en un preestreno en los cines Verdi de Madrid hoy mismo. ( Por cierto que Gehry también tuvo su documental, dirigido por su amigo el gran cineasta Sidney Pollack).
jueves, 16 de septiembre de 2010
The Robots en Trafalgar Square
We're functioning automatic
And we are dancing mechanic
We are the robots, we are the robots, we are the robots, we are the robots
Ja tvoi sluga, (I'm your slave)
Ja tvoi Rabotnik (I'm your worker)
We are programmed just to do anything you want us to
We are the robots, we are the robots, we are the robots, we are the robots
Lo cantaban los Kraftwerk en su clásico de 1977 The Robots (escúchalos aquí), y al final se hizo realidad en Londres, en Trafalgar Square nada menos. Ocho robots prestados por Audi de su planta de ensamblaje de automóviles de Ingolstadt danzan en una singular instalación de Clemens Weisshaar y Reed Kram. Y no sólo eso, sino que puedes interactuar con ellos mandando un mensaje a la web del evento (máximo 70 caracteres) que, de ser elegido, será proyectado en la noche londinense mediante una luz colocada en el brazo mecánico del robot. Y hay más: una serie de cámaras inmortalizan tu mensaje lumínico y te lo mandan via e-mail. (A mí esto me recuerda a aquel genial anuncio del Citroën Picasso). La instalación se inscribe dentro de la Semana del Diseño de Londres y acabará el próximo jueves no vaya a ser que el Príncipe Carlos tenga que recurrir a dosis severas de ansiolíticos.
Es una pena que en Madrid no tengamos semejantes instalaciones. ¿O quizá sí? Lo cierto es que hasta hace bien poco podías interactuar con máquinas de importante tonelaje en Serrano (aún quedan un par de potentes extractores de humos que limpian con sonoro brío el enésimo tunel de la risa entre las estaciones de Atocha y Chamartín para que los AVEs levantinos crucen la ciudad non-stop), y en el mastodóntico Proyecto Madrid-Río aún queda tela que cortar, así que no nos quejemos. Ah, the man machine...
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Deberes: construir mi cole
Está en Rudrapur (Bangladesh), y se llama The Handmade School (el colegio hecho a mano). Ha sido levantado a mano por los propios alumnos del colegio siguiendo el diseño de Anna Heringer y la colaboración de una ONG local y otra alemana. Se han utilizado materiales autóctonos (arcilla, bambú) y se han creado espacios muy atractivos para los pequeños como por ejemplo pequeñas cuevas. Finalmente, los alumnos-constructores han plasmado sus nombres en la puerta del colegio. Es uno de los proyectos seleccionados para la exposición Small Scale, Big Change: New Architectures of Social Engagement (Pequeña escala, gran cambio: nuevas arquitecturas del compromiso social) que podrá verse en el MoMA en Octubre. Otro de los proyectos seleccionados es el colegio de Diébédo Francis Kéré en Burkina Fasso (Kéré ya fue invitado del Congreso Más por Menos en Pamplona en junio). Más sobre el colegio de Bangladesh aquí.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Clones y avatares
A veces pienso que lo que Rafael Moneo realmente querría hacer es un edificio invisible. En el Bankinter madrileño y en Cartagena se oculta tras edificios que ya existían. En Estocolmo hace falta un GPS para encontrar su museo. El Kursaal donostiarra no puede dejar de verse, pero que conste que él quería hacer unas rocas translúcidas que se confundieran con las del malecón de la playa de la Zurriola. Pues bien, con su ampliación del Banco de España en Madrid (2006), lo ha conseguido. ¿Cómo? Muy fácil: clonando el edificio existente, de tal forma que una vez acabado y olvidadas las obras el edificio nuevo quedara oculto como una continuación natural del antiguo. El truco de ilusionista (a la altura de David Copperfield, el que hizo desaparecer la Estatua de la Libertad) funciona a la perfección: a ver quién es el listo que sabe dónde empieza la ampliación y acaba el viejo banco o viceversa.
Y sin embargo, Moneo no ha querido desaparecer del todo. Nos deja sutiles pistas para marcar su territorio. Al igual que hicieron los arquitectos en el edificio original, coloca sobre la fachada medallones (mi mujer, historiadora, me sopla que su nombre técnico es clípeos) con caras pero las descompone (ahora diríamos que las pixela) con formas angulosas como si se trataran de futuristas avatares de las deidades grecolatinas que supuestamente representan. Sólo visibles para el paseante tranquilo y contemplativo, muestran una desconocida vena lúdica del sobrio arquitecto navarro.
Y sin embargo, Moneo no ha querido desaparecer del todo. Nos deja sutiles pistas para marcar su territorio. Al igual que hicieron los arquitectos en el edificio original, coloca sobre la fachada medallones (mi mujer, historiadora, me sopla que su nombre técnico es clípeos) con caras pero las descompone (ahora diríamos que las pixela) con formas angulosas como si se trataran de futuristas avatares de las deidades grecolatinas que supuestamente representan. Sólo visibles para el paseante tranquilo y contemplativo, muestran una desconocida vena lúdica del sobrio arquitecto navarro.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Fe de errores
Pues me he columpiado. Y no quiero decir que me haya animado a probar las atracciones de Zuloark para la Noche en Blanco madrileña (ver entrada anterior), es una metáfora. Hace unos meses hablábamos del bloque de viviendas que (creía) Solid Arquitectura (Soto y Maroto) habían ultimado en Madrid cerca de Atocha, criticando que rénder y resultado final fueran tan dispares en el remate superior (recuérdalo aquí), claro, como que el edificio no es de ellos! Justo al lado de la torre verdigris (en los foros la llaman Tetris) se está finalizando otra con la terminación almenada como la del rénder de los Solid, y como me resultó sospechoso me he metido a bucear en la red. Tras no poco rastreo he descubierto la pifia. La Tetris es en realidad del estudio Araujo Brieva (AB-A), autores también de un bloque-manzana en el ecobulevar del Ensanche de Vallecas que como ésta va pintado de gris y verde. Para mayor lío, la torre que se está terminando, que es la de Solid, no respeta los colores de su rénder (gris y verde, igual que las de la torre de AB-A, de ahí la confusión), sino que por ahora luce un tristón gris con remates negros en los pisos más altos. En la foto de arriba, a la izquierda está la torre de Solid, sin terminar, y a la derecha, acabada, la Tetris de Araujo-Brieva (hay una tercera proyectada por el estudio LLPS que aún no se ha iniciado e imaginamos conectará con la de Araujo-Brieva por el muro ciego de la derecha). En fin, subo más fotos del bloque de Solid:
La fachada posterior, que da a las vías, no tiene ninguna sorpresa desagradable (al contrario que la Tetris, que como comentábamos está cubierta por una horrorosa verja):
Por cierto, que, como si de una intervención de Patrick Blanc se tratara, algunos vecinos de la Tetris han empezado a colgar plantas por fuera de la verja, reduciendo en parte el deprimente efecto carcelario:
En todo caso, la diferencia en acabado entre la torre de Solid y la de Araujo-Brieva es descarada, obviamente está mucho más trabajada la piel del edificio de Solid:
Lástima que Solid no hayan elegido colores más vivos. En un día soleado como hoy no importa, pero en el crudo invierno el gris se nos vendrá un poco encima...
miércoles, 8 de septiembre de 2010
De Madrid al cielo en la Noche en Blanco
El próximo sábado llega a Madrid la ya popular Noche en Blanco durante la cual la capital se trufa de actividades de tipo cultural o similar para amantes de la nuit. La ya centenaria Gran Vía tendrá una intervención arquitectónica o similar de gran vistosidad: dos columpios de siete metros, una grúa-columpio que elevará una rueda de tractor a nueve metros de altura, dos subibajas de 13 metros de ancho, toboganes "de competición" y la farola más alta del mundo según El País de hoy, todos ellos construidos con materiales de desecho. Los madrileños, infantes y adultos, podremos así además hacer honor al lema de la ciudad (De Madrid al cielo) confiando que nadie se rompa la crisma en el intento (repito: la idea es subirse siete metros a un tobogán hecho con materiales sacados de contenedores de escombros, quedáis avisados). El colectivo responsable, Zuloark, que posa para la foto tras caretas al más puro estilo Daft-Punk (dos de ellos se ocultan tras las caras de Moneo y Hadid, el resto ni idea: ¿por qué no dan la cara...?), pretende hacer un parque lúdico urbano que después se reutilice: particulares y colectivos podrán solicitar por internete las atracciones efímeras. El lema de la noche de este año es "Hagan Juego" y los comisarios del evento, Bananarama, uy perdón, Basurama, han gastado 1,1 millones de euros (con los que podrían hacerse, por ejemplo, dos guarderías públicas para que un puñado de papás no tuvieran que gastarse 450 eurillos al mes en guarderías privadas y así quizás pasaran menos noches en blanco cuadrando presupuestos).
La capital del reino ha sido también noticia reciente en la exclusiva revista británica Monocle, que la considera la décima mejor ciudad del mundo en una lista de 25, por encima por ejemplo de Berlín (number 11) o Londres, Amsterdam o Roma (que ni aparecen). Barcelona aparece... la 17 (!). No he tenido acceso al artículo de la exquisita revista pero por comentarios veo que se han valorado los grandes proyectos como el Plan Río (el monumental soterramiento de la M-30), los servicios de calidad como el 112 de urgencias y el carácter innovador y vanguardista de nuestro alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (¿conocerán la deuda galáctica que arrastra la ciudad?). Se habla también del "espíritu incontenible" de los madrileños, que no sé muy bien a qué se referirá: ¿a nuestro espíritu de sacrificio quizás? Muchos sufridos usuarios de la M-30 mientras estaba en obras podrían ganar sin problemas el París-Dakar. Qué acido estoy hoy.
La capital del reino ha sido también noticia reciente en la exclusiva revista británica Monocle, que la considera la décima mejor ciudad del mundo en una lista de 25, por encima por ejemplo de Berlín (number 11) o Londres, Amsterdam o Roma (que ni aparecen). Barcelona aparece... la 17 (!). No he tenido acceso al artículo de la exquisita revista pero por comentarios veo que se han valorado los grandes proyectos como el Plan Río (el monumental soterramiento de la M-30), los servicios de calidad como el 112 de urgencias y el carácter innovador y vanguardista de nuestro alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (¿conocerán la deuda galáctica que arrastra la ciudad?). Se habla también del "espíritu incontenible" de los madrileños, que no sé muy bien a qué se referirá: ¿a nuestro espíritu de sacrificio quizás? Muchos sufridos usuarios de la M-30 mientras estaba en obras podrían ganar sin problemas el París-Dakar. Qué acido estoy hoy.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Fuller, Foster y el futuro que ya fue
A menudo me había preguntado de dónde le vendría a Norman Foster ese gusto por las pieles de cristal enfundadas en mallas metálicas que son una de las señas de identidad del arquitecto y que podemos ver entre otros en la sede londinense de Swiss Re, el Great Court del British Museum o la torre Hearst de Nueva York.
Pues bien, al fin lo descubrí. Ha sido en la exposición Bucky Fuller & Spaceship Earth que acaba de inaugurarse en la sala de exposiciones de Ivorypress como ya comentábamos en julio. El estadounidense Richard Buckminster Bucky Fuller, inventor autodidacta, diseñador visionario y filósofo mediático, fue entre otras muchas cosas el creador de las cúpulas geodésicas (como la de la Expo 67 de Montreal junto a Shoji Sadao), que son sin duda inspiración para las fachadas y cubiertas de Foster (el Pritzker británico colaboró con él los últimos 12 años de su vida, llegando a trabar una fructífera amistad). Fuller inventó la cúpulas, que se convirtieron en ubícuo símbolo futurista de los 60 y 70, junto a sus alumnos en los cursos de verano del Black Mountain College, donde también impartían otros personajes de culto como John Cage, Merce Cunningham o Willem de Kooning.
Fuller fue un adelantado a su tiempo, quizá el primero que se preocupó por la hoy famosa sostenibilidad que reflejó en la expresión Spaceship Earth (la nave espacial Tierra) e ideó proyectos tan curiosos como torres ligeras que pudieran volar con ayuda de dirigibles, una piragua-catamarán en la que el piloto estaba suspendido sobre el agua (se muestra en la exposición a tamaño real), casas modulares de montaje rápido (la Dymaxion house), el Dymaxion map (un mapa que permite una visión más realista del mundo sin las distorsiones típicas de los mapas tradicionales) o su conocido Dymaxion car (la palabra Dymaxion es una amalgama de tres conceptos típicos de Fuller: dynamics, maximum y tension). Ya hablamos de este prototipo de automóvil de tres ruedas, similar al típico avión de pasajeros de los años 30 pero obviamente sin alas, y que se caracterizaba por una ligereza y una maniobrabilidad fuera de lo común. Por desgracia, en la Expo de Chicago de 1933 sufrió un accidente que costó la vida a su conductor (en un vídeo de la exposición se nos relata que Fuller tira de la teoría de la conspiración para explicar el accidente, provocado según él por otro automóvil que desapareció sin dejar rastro), lo que acabó con su futuro. Foster ha reconstruído el coche (que además funciona) y lo ha traído a Ivorypress. A pesar de sus casi 80 años tiene un halo retrofuturista espectacular (y resultaría totalmente galáctico en su época):
Observa la protuberancia en la joroba posterior, en realidad una especie de periscopio que permite la visión trasera. Leo en un artículo del New York Times de 2008 que H.G.Wells, creador del género de la ciencia-ficción, se hizo fotos con él y anunció que en una próxima película basada en una de sus novelas aparecería (luego no fue así). En la exposición se muestra un video con infografía que recrea un Dymaxion mini, que bien podría convertirse en alternativa a microcoches como el Smart. Posiblemente su diseño haya inspirado automóviles como la mítica Volkswagen Transporter o el Z.Car de Zaha Hadid:
Lanzado al estrellato tras la mencionada cúpula de la Expo de Montreal (unos pocos años antes ya había sido portada de Time), Fuller buscaba en 1971 un arquitecto para otro de sus proyectos vanguardistas: un teatro subterráneo bajo el patio del St Peter´s College en Oxford que nunca llega a realizarse. Y lo encuentra en Norman Foster, con el que comienza una relación profesional y de amistad que dura hasta la muerte del diseñador en 1983. Su esposa, Anne Hewlett, con la que llevaba casado 66 años (en eso también fue revolucionario) le siguió un día y medio después. Mucho antes, en 1927, parado y en quiebra, la muerte de una hija de cuatro años aquejada de meningitis y polio le llevó a una profunda depresión de la que afortunadamente fue capaz de salir con un nuevo objetivo: convertir su vida en "un experimento para descubrir si un individuo puede contribuir a cambiar el mundo y beneficiar a toda la humanidad".
Más información sobre la exposición, comisariada por Norman Foster y Luis Fernández-Galiano, aquí.
Pues bien, al fin lo descubrí. Ha sido en la exposición Bucky Fuller & Spaceship Earth que acaba de inaugurarse en la sala de exposiciones de Ivorypress como ya comentábamos en julio. El estadounidense Richard Buckminster Bucky Fuller, inventor autodidacta, diseñador visionario y filósofo mediático, fue entre otras muchas cosas el creador de las cúpulas geodésicas (como la de la Expo 67 de Montreal junto a Shoji Sadao), que son sin duda inspiración para las fachadas y cubiertas de Foster (el Pritzker británico colaboró con él los últimos 12 años de su vida, llegando a trabar una fructífera amistad). Fuller inventó la cúpulas, que se convirtieron en ubícuo símbolo futurista de los 60 y 70, junto a sus alumnos en los cursos de verano del Black Mountain College, donde también impartían otros personajes de culto como John Cage, Merce Cunningham o Willem de Kooning.
Fuller fue un adelantado a su tiempo, quizá el primero que se preocupó por la hoy famosa sostenibilidad que reflejó en la expresión Spaceship Earth (la nave espacial Tierra) e ideó proyectos tan curiosos como torres ligeras que pudieran volar con ayuda de dirigibles, una piragua-catamarán en la que el piloto estaba suspendido sobre el agua (se muestra en la exposición a tamaño real), casas modulares de montaje rápido (la Dymaxion house), el Dymaxion map (un mapa que permite una visión más realista del mundo sin las distorsiones típicas de los mapas tradicionales) o su conocido Dymaxion car (la palabra Dymaxion es una amalgama de tres conceptos típicos de Fuller: dynamics, maximum y tension). Ya hablamos de este prototipo de automóvil de tres ruedas, similar al típico avión de pasajeros de los años 30 pero obviamente sin alas, y que se caracterizaba por una ligereza y una maniobrabilidad fuera de lo común. Por desgracia, en la Expo de Chicago de 1933 sufrió un accidente que costó la vida a su conductor (en un vídeo de la exposición se nos relata que Fuller tira de la teoría de la conspiración para explicar el accidente, provocado según él por otro automóvil que desapareció sin dejar rastro), lo que acabó con su futuro. Foster ha reconstruído el coche (que además funciona) y lo ha traído a Ivorypress. A pesar de sus casi 80 años tiene un halo retrofuturista espectacular (y resultaría totalmente galáctico en su época):
Observa la protuberancia en la joroba posterior, en realidad una especie de periscopio que permite la visión trasera. Leo en un artículo del New York Times de 2008 que H.G.Wells, creador del género de la ciencia-ficción, se hizo fotos con él y anunció que en una próxima película basada en una de sus novelas aparecería (luego no fue así). En la exposición se muestra un video con infografía que recrea un Dymaxion mini, que bien podría convertirse en alternativa a microcoches como el Smart. Posiblemente su diseño haya inspirado automóviles como la mítica Volkswagen Transporter o el Z.Car de Zaha Hadid:
Lanzado al estrellato tras la mencionada cúpula de la Expo de Montreal (unos pocos años antes ya había sido portada de Time), Fuller buscaba en 1971 un arquitecto para otro de sus proyectos vanguardistas: un teatro subterráneo bajo el patio del St Peter´s College en Oxford que nunca llega a realizarse. Y lo encuentra en Norman Foster, con el que comienza una relación profesional y de amistad que dura hasta la muerte del diseñador en 1983. Su esposa, Anne Hewlett, con la que llevaba casado 66 años (en eso también fue revolucionario) le siguió un día y medio después. Mucho antes, en 1927, parado y en quiebra, la muerte de una hija de cuatro años aquejada de meningitis y polio le llevó a una profunda depresión de la que afortunadamente fue capaz de salir con un nuevo objetivo: convertir su vida en "un experimento para descubrir si un individuo puede contribuir a cambiar el mundo y beneficiar a toda la humanidad".
Más información sobre la exposición, comisariada por Norman Foster y Luis Fernández-Galiano, aquí.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
La vuelta al cole
La vuelta al cole siempre es dura. Pero quizá para los profesores y alumnos del colegio Flor del Campo en Cartagena de Indias lo sea un poco menos. Una verja (membrana lo llaman los arquitectos) que acoge más que separa, espacios diáfanos, sensación de ligereza, colores alegres... Está diseñado para 1.440 alumnos de una barriada complicada y su precio resulta muy bueno al menos para nuestros estándares: no llega a 3 millones de euros (4,5 millones cuesta por ejemplo el colegio público que ahora mismo se ultima en Madrid enfrente del Auditorio y que parece bastante más pequeño). Sus arquitectos son Felipe Mesa (planb) y Giancarlo Mazzanti. Excelente video en AV.
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