¿En qué ciudad europea conviven o convivirán de aquí a tres años en un espacio reducido rascacielos de
Foster (2),
Koolhaas, Piano, Mecanoo, Siza (sí, has leído bien, un rascacielos de Siza) y
Cruz y Ortiz (nada menos que 4)? Pues en
Rotterdam, en concreto en el
Wilhelmina Pier, un muelle del que durante más de un siglo partieron los barcos de la Holland-America Line con destino a puertos americanos. Con la popularización de los viajes en avión en los 70 del pasado siglo, los viajes transatlánticos en barco se conviertieron en artículo de lujo y el muelle quedó prácticamente en desuso. Procedía su reconversión en zona urbanística (similar al Canary Wharf londinense) y en ello están. Se han proyectado nada menos que diez rascacielos, de los que tres ya están terminados, otro muy avanzado y los demás en su mayoría se construyen en estos momentos. Todos ellos llevan nombres de ciudades americanas salvo los dos primeros que se ultimaron hace 10 años ya, el de
Foster (
World Port Centre) y el de
Piano (
Toren Op Zuid); además de ellos, la torre de
Koolhaas, que tendrá el honor de llamarse
De Rotterdam cuando se concluya en 2013. El resto son la torre
Montevideo, finalizada ya por el estudio local
Mecanoo (que acaba de inaugurar la
Lotja de Lleida), la
New Orleans que
Siza está a punto de terminar y que imita en estilo a los rascacielos art decó neoyorquinos, la
Baltimore de
Foster (el lord hace doblete como decíamos), que será la más alta con 170 m, la
Havana de los sevillanos
Cruz y Ortiz (que no por nada tienen estudio en Amsterdam, allí tienen pendiente la remodelación del
Rijksmuseum, a ver si los ciclistas les dejan empezar de una santa vez, en Madrid trabajan ya en la ampliación de su
estadio de La Peineta), los españoles tienen también asignadas tres más de más baja altura (70 m.) pero de diseño muy original con su planta triangular (las
San Francisco, Boston y Filadelfia: las puedes ver en primer plano del render de arriba junto a la Havana a la derecha y la New Orleans a la izquierda). Aquí tienes un
plano muy útil del muelle tal y como quedará.
Hemos titulado la entrada la "mini-Dubai", pero hay importantes diferencias: el rascacielos no es aquí una construcción trivial sino necesaria teniendo en cuenta la importante densidad de población de un país que sabe mejor que nadie lo que vale un palmo de terreno (especialmente si es ganado al mar), y las alturas de las torres no son en ningún caso exageradas (de los 170 m. de la Baltimore a los 830 de la Califa dubaití hay un gran trecho).
