Rem Koolhaas acaba de estrenar su última obra, un brutal rascacielos (De Rotterdam) de 160 metros de alto y nada menos que 100 de largo (como un campo de fútbol) en su ciudad natal, Rotterdam. Es el edificio más grande de Holanda. Su fijación por Manhattan, presente desde su ensayo Delirious New York, puede verse en la forma y piel del edificio, que pueden recordar -en palabras de Oliver Wainwright- a las Torres Gemelas devueltas torpemente a la vida por un doctor Frankenstein metido a arquitecto. Ciertamente el edificio, que juega al despiste en sus formas, parecería que de un momento a otro se va a derrumbar pues los bloques superiores apenas parecen sostenerse sobre los inferiores formando vertiginosos huecos y voladizos. Como señala el crítico de The Guardian, esos cortes entre los inmensos bloques ya estaban presentes en un proyecto que Koolhaas hizo para la ciudad hace más de 30 años y que según el arquitecto producirían al pasar frente a ellos "flashes estroboscópicos de la ciudad" y un "movimiento acordeón" que daría a la composición un "dinamismo infinito". Esta "ciudad vertical", lema del proyecto, ha costado 375 millones de euros y alojará viviendas (de entre 190.000 y 650.000 euros), oficinas, zonas comerciales y un hotel NH y forma parte de la urbanización de un antiguo muelle (ya hemos hablado aquí del proyecto) que incorpora torres de Piano (la que puedes ver a la izquierda, como apoyada en un bastón), Siza o Foster (al fondo a la derecha). La torre ya ha sido por supuesto criticada: según Wouter Vanstiphout, incendiario profesor de diseño en la universidad de Delft, "el edificio es un monumento cínico y brutal a los delirios de grandeza de la ciudad". En su twitter publica una foto del vestíbulo del edificio con el pie "¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!" cita de la Divina Comedia de Dante. Es el aviso que según el poema figura a la entrada del infierno...
(El País también dedica al edificio un interesante artículo, lo tienes aquí. Más fotos aquí). Y hablando de Nueva York...
pues nos vamos al Manhattan de verdad. Te presento la torre One World Trade Center que SOM acaba de terminar en la Gran Manzana en la conocida como "zona cero". Alcanza los 541 metros (o 1.776 pies, número que se corresponde con el año de la independencia americana) y su diseño ha causado, como el edificio de Koolhaas, polémica, solo que justamente por lo contrario. Resulta que Bansky (el grafitero más famoso del mundo, Pérez-Reverte se ha basado en él para crear el protagonista de su última novela, El francotirador paciente) ha dedicado una falsa portada al edificio en un New York Times de pega llamándolo "eyesore" (pegote) y "shyscraper" (un juego de palabras con la palabra skyscraper que vendría a significar algo así como el rascacielos tímido), atacando su absoluta falta de fuerza y personalidad: "Parece como si nunca hubiera querido que lo construyeran, recuerda a un chaval muy alto en una fiesta que gira torpemente los hombros para no destacar en la multitud. Es la primera vez que veo un rascacielos tímido". Y el grafitero es aún más duro cuando señala que el nuevo edificio es una traición a todos aquellos que perdieron sus vidas el 11 de septiembre porque "proclama con absoluta claridad que los terroristas ganaron (...). Nadie viene a Nueva York a darse un baño de sentido común y buenos modales, estamos aquí por el espíritu y la audiacia, de los que el One World Trade carece".
Arquitectos, abandonad toda esperanza. Si hacéis un edificio con fuerte personalidad os atacarán por prepotencia, si hacéis uno que intente pasar desapercibido, os dirán que vaya falta de gancho. Así que haced lo que os dé la real gana.
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