Esto es lo último (construido) de Zaha Hadid. Se llama Galaxy Soho, es un centro comercial, y está en Pekín. Mira el video y observa las cuatro imponentes masas ovoidales en torno a un patio central que las conecta a diferentes niveles. Hadid es una de las pocas superestrellas que no conocen la crisis, pero el camino hasta ahí ha sido duro como todos sabemos: mujer y árabe, ha sido ninguneada y zancadilleada como pocos en una profesión nada femenina. Pero Hadid es como el toro bravo, que se crece con el castigo, por utilizar el españolísimo símil macho del ministro Wert. Vuelve a verla (y a oírla) en el video que te enlazo: está claro que la angloíraquí es una mulier potens acostumbrada a recibir (y repartir) estopa. A lo mejor hasta le ha encontrado el punto.
Más ovoides. Esta especie de extraño edificio de belleza distraída es el Museo del Cómic y la Animación a construir en Hangzhou (China) por MVRDV. Nada menos que ocho globos interseccionados lo conforman, inspirados en los bocadillos de diálogo de los cómics. El estudio holandés, autor del edificio Mirador madrileño, suele preferir la línea recta aunque aquí se han liado la manta a la cabeza y así les ha quedado. Es un poco lo que le pasó a Moneo con su proyecto para el Palacio de Congresos de Córdoba, una suerte de huevera invertida quizá inspirada en los aparcamientos de la estación de Atocha, aunque el diseño era totalmente ajeno a su estilo. Afortunadamente no fue elegido. Otro ovoide que se quedó en el plano fue el diseñado por André Bruyère para Nueva York en los 70 (llamado precisamente "The Egg"), que iba a tener nada menos que 100 metros de alto. Veamos otros que sí vieron la luz:
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