En la rueda de prensa que Norman Foster ha dado hoy en Oviedo con ocasión de la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias (recordemos que es Premio Príncipe de Asturias de las Artes de este año), ha hecho varias declaraciones que, sin ser nuevas, resumen la dirección que la arquitectura está tomando en los últimos tiempos. Foster habla de dos grandes retos pendientes de la arquitectura del futuro: primero, la transición hacia edificios que consuman menos energía pero al mismo tiempo aprovechen más las energías naturales, modelo que la presente crisis económica ayudará a consolidar y que debe ir acompañado de formulaciones urbanísticas más eficientes desde el punto de vista energético (poniendo como ejemplo las ciudades europeas, "densas y compactas", se habló también de Masdar); el segundo gran reto es la creación de viviendas a un precio razonable.
Ante la difícil pregunta de cuál es su edificio favorito de entre los muchos que ha creado, Foster se moja y dice que el Reichstag berlinés por las numerosas implicaciones que conlleva: se trata del símbolo de una ciudad, tiene gran importancia histórica, recuerda la reunificación alemana, es "un manifiesto de energías limpias" y cuestiona los límites entre los poderes políticos y el ciudadano de a pie. Como curiosidades, el arquitecto inglés comenta que la edad media de los arquitectos de Foster + Partners es de 32 años, que es curiosamente la misma de los tres miembros que fundaron el estudio en 1967, y que sólo un 5% de sus trabajos son para el Reino Unido (una periodista le etiqueta de "arquitecto global"). Ver la rueda de prensa completa aquí.
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