Aquí tenemos el último magnífico ejemplo de cómo las marcas
premium no se andan con chiquitas a la hora de diseñar museos para sus vehículos de colección. La última ha sido
Porsche, con un soberbio edificio de los arquitectos austríacos
Delugan Meissl en
Stuttgart; más información
aquí.
Antes fueron
BMW y
Mercedes; el primero diseñado por el rompedor equipo austríaco
Coop Himelblau en
Munich (página web
aquí),
Y el museo de Mercedes de los holandeses
UNStudio en
Stuttgart; más info
aquí:
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